La brecha de gobiernos efectivos en América Latina, por Marino J. González R.

Valorar el desempeño de los gobiernos se ha convertido en una gran paradoja. Al mismo tiempo que existe una demanda creciente por conocer si los gobiernos funcionan adecuadamente, no se encuentran disponibles las fuentes de análisis y datos que permitan satisfacer esta exigencia. De allí que un problema de especial relevancia sea mejorar la calidad de las mediciones de la efectividad de los gobiernos.
La calidad de la información disponible para la valoración de los gobiernos se convierte entonces en una condición crítica para las democracias.
Que no se cuente con fuentes de información regulares sobre el desempeño de los gobiernos es, en consecuencia, una restricción técnica, pero también política. Esto puede explicar que los pocos esfuerzos existentes para acumular datos y valoraciones de la efectividad de los gobiernos sean realizados por instituciones de ámbito internacional.
El Índice de Funcionamiento Gubernamental (IFG), una de las pocas medidas existentes, es elaborado por Freedom House. La última valoración de este índice se encuentra disponible en el informe anual (con datos de 2024). El cálculo del índice toma en cuenta tres aspectos: (1) capacidad del gobierno para determinar las políticas públicas, (2) medidas efectivas contra la corrupción, y (3) gestión abierta y transparente. El IFG oscila entre 0 (valor mínimo) y 12 (valor máximo).
En el gráfico se muestra el valor del IFG para cada uno de los países de América Latina. Se pueden distinguir al menos tres grupos de países.
América Latina: Índice de Funcionamiento Gubernamental (IFG) por países, 2024
Fuente: Freedom House
En el primer grupo se encuentran los países con el mejor desempeño de los gobiernos (Uruguay, Chile, Costa Rica). Este nivel de desempeño es comparable con el alcanzado por los países de mejor índice a escala global. Demostración de que en la región se pueden lograr altos valores de funcionamiento de los gobiernos.
En el segundo grupo (12 países) están incluidos los países con puntuaciones intermedias, aunque tiene variaciones importantes (por ejemplo, Colombia tiene un IFG de 8 y Guatemala de 4). En el tercer grupo están los países de menor desempeño (El Salvador, Haití, Cuba, Nicaragua, y Venezuela).
La gran diversidad de funcionamiento de los gobiernos en la región demuestra la importancia de los ámbitos específicos de los países. Los países que han logrado conformar democracias más sólidas tienden a contar con gobiernos más efectivos. De la misma forma, aquellos países con gobiernos autoritarios tienden a tener menor calidad en el desempeño.
La implicación es bastante directa: las mejoras en las políticas públicas, y, por ende, de los gobiernos, es más bien una consecuencia de la calidad de las democracias. Todo lo que se haga por fortalecer las democracias liberales es fundamental para contar con gobiernos efectivos y adecuadas políticas públicas.
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Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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