La brecha de innovación en América Latina, por Marino J. González R.

La decisión del comité para otorgar el Premio Nobel de Economía de 2025 ha puesto nuevamente en la agenda pública la importancia de la innovación. Los galardonados de este año han realizado notables contribuciones para comprender mejor la evolución de las prácticas de innovación, así como los procesos que permiten potenciarlas. La innovación es un factor clave para el crecimiento sostenido, condición a su vez del bienestar de las sociedades.
La Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés) publica desde hace 18 años el Índice Global de Innovación (IGI). El más reciente informe del IGI corresponde al año 2025. El IGI es el resultado de procesar múltiples indicadores en siete áreas relacionadas con las políticas de innovación, a saber: (1) instituciones, (2) capital humano e investigación, (3) infraestructura, (4) sofisticación de los mercados, (5) sofisticación de los negocios, (6) productos de conocimientos y tecnologías, y (7) productos creativos. Con la combinación de estos indicadores se calcula el índice (en el año 2025 se incluyeron datos de 139 países).
En el gráfico se muestran los valores del IGI correspondientes a los países de América Latina con información disponible (Cuba y Haití no fueron incluidos). También se muestra en el gráfico a Suiza (país con el valor más alto del IGI, 66). Se pueden apreciar tres grupos de países. En el primer grupo (de color verde en el gráfico) están los países con IGI superior a 30. Estos países son: Chile (con el valor más alto de la región), Brasil, y México.
América Latina: Índice Global de Innovación (IGI), por países, 2025
Fuente: WIPO, IGI 2025
El segundo grupo (con IGI entre 20 y 29) está conformado por nueve países (en color azul): Uruguay, Colombia, Costa Rica, Argentina, Perú, Panamá, República Dominicana, El Salvador, y Paraguay). En el tercer grupo están los países con IGI menor a 20 (en color rojo): Bolivia, Ecuador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, y Venezuela (país con el menor IGI de la región, lugar 136 entre 139 países a escala global).
La brecha de innovación en los países de América Latina (en términos del IGI) varía entre la mitad con respecto a Suiza (en el caso de Chile), y la quinta parte (en el caso de Venezuela). Las causas de esa brecha son específicas con respecto a las condiciones de los países, pero están relacionadas con las diferencias en cada una de las áreas de indicadores que forman parte del IGI.
Para superar esta brecha, que obviamente condiciona la sostenibilidad del desarrollo en todos los países, se requieren estrategias detalladas. Esto implicaría en la práctica analizar de qué manera los planes de innovación nacionales están orientados a mejorar en cada una de las áreas.
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De acuerdo con el informe del IGI 2025, a escala global el crecimiento de la inversión en innovación está en el mínimo histórico, y coincide con una desaceleración en la adopción de innovación. Estos dos aspectos complican más los escenarios de progreso para América Latina. Fundamentalmente porque los esfuerzos para acortar la brecha de innovación son ahora más dependientes de las capacidades nacionales. Lo cual destaca con mayor relevancia la necesidad de acometer cambios profundos en la calidad de las políticas de innovación en la región.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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