La Caída en Villa Rosa
El presidente Maduro viene demostrando que no está conectado con lo que sucede en el país. Su discurso del pasado jueves y lo ocurrido en Villa Rosa lo comprueba
El pasado sábado hacía zapping en la TV y me encontré con la transmisión de La Caída, excelente película alemana que narra los últimos días de Adolfo Hitler. Ya la había visto, pero no dudé en hacerlo de nuevo, sobre todo porque me impresionó la desconexión que mostraban del líder nazi con la realidad. Salvando las distancias, esa misma falta de sintonía se puede apreciar en los dirigentes del proceso bolivariano.
El discurso de Maduro del pasado jueves es una muestra de lo que decimos. Según su visión de las cosas, quienes marcharon el jueves apoyando el llamado de la MUD fueron los sifrinos del este caraqueño. Gente que no es pueblo, según la definición chavista. El oeste sigue fiel a la “revolución”. La verdad es todo lo contrario. En diciembre pasado todas las parroquias del municipio Libertador menos cuatro votaron mayoritariamente por la MUD. 27,44% fue la diferencia global en ese municipio a favor de la MUD.
Esa desconexión con la realidad que se vive en el país llevó al presidente Maduro a pasear por Villa Rosa, en el estado Nueva Esparta. Un articulista de aporrea.org, portal para nada opositor, da luces sobre cuáles fueron las razones que llevaron a parte de sus habitantes a cacerolear a Maduro. Además de la escasez, inflación e inseguridad que existe en todo el país, a los habitantes de la isla les llega el agua de vez en cuando y de vaina. Así tienen dos años. Con ese calorón y sin agua los ánimos no pueden estar sino caldeados.
A lo anterior se agrega que el turismo vivió su peor temporada este año, motor fundido antes de arrancar. Lo peor es que Maduro fue a entregar unas viviendas “nuevas” cuando las construyó Jaime Lusinchi, no hechas en “revolución”. El respeto que todo presidente merece se perdió. Mantener un buen contacto con la realidad es vital para cualquier persona, más si esa persona es el presidente de un país.
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