La capilla del «santo Hugo Chavez del 23» se ha ido quedando sin devotos
De cara a la conmemoriación por los 10 años de la muerte de Hugo Chavez, el Cuartel de la Montaña donde reposan sus restos ha estado cerrado al público por obras de remozamiento. En esa zona del 23 de Enero ha sido evidente que el fervor ya no se manifiesta como antes. Les mostramos un antes y después en fotos que lo deja claro, mientras valoramos opiniones de distintos actores sobre la figura del fallecido exmandatario
La capilla «Santo Hugo Chávez del 23», que simpatizantes del expresidente instalaron hace una década, ya no luce ni flores ni velas ni mensajes como en otra época. El lugar, ubicado en el 23 de Enero, en Caracas, es apenas un vestigio de lo que alguna vez mostró: devoción por el mandatario fallecido el 5 de marzo de 2013.
Ahora, solo es «vestida» para fechas emblemáticas, cuentan comerciantes de la zona. «La están acondicionando, le ponen unos arreglos (florales) y eso. El 4 de febrero —cuando se conmemoraron 31 años del intento de golpe de Estado que protagonizó un joven Hugo Chávez— duraron un día. Los pusieron tempranísimo, como a las 5:00 de la mañana y, más tarde, una muchacha se me acercó a preguntarme si yo sabía quién se llevó esos arreglos», comentó una vecina.
Estas dos fotos muestran el contraste. Ambas tomadas en el mismo sitio, por la misma persona, pero en fechas diferentes: marzo de 2023 y marzo de 2015 (deslice el indicador del centro para comparar).
El domingo, seguramente habrá nuevos arreglos florales, especialmente porque ese día habrá actos oficiales en el Cuartel de la Montaña, el antiguo Museo Militar convertido en mausoleo. «Para el 5 de marzo esto tiene que estar listo a juro, porque ese día es lo de la muerte de Chávez», explica un soldado en la verja del sitio, mientras se escuchan obreros trabajando dentro del lugar. Durante las últimas dos semanas, la infraestructura ha estado cerrada al público mientras avanzan esos trabajos.
«A las 4:25 de la tarde, de hoy 5 de marzo, ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías», anunciaba aquella tarde de martes en 2013 Nicolás Maduro, entre lágrimas.
Una década más tarde, Maduro pide mantener presente al expresidente como emblema de su revolución bolivariana. «La mejor manera de recordar al comandante Chávez no es llorando. Yo me dejé de eso hace tiempo. No es recordarlo como pasado, sino como presente, como reto de futuro. Recordarlo como compromiso de honestidad, de ética, siendo leal al pueblo», dijo este jueves 2 de marzo en transmisión televisada.
En Venezuela, Hugo Chávez sigue siendo valorado positivamente por al menos la mitad del país. Una encuesta de Datanálisis difundida en febrero de 2020 ubicaba su aceptación en 57%, aun estando fallecido.
Los 10 años que han pasado con sus «hijos» a cargo del país, la economía ha reducido el 80% de su tamaño, los presos políticos han aumentado hasta llegar y superar los 300 entre civiles y militares, se vivió una hiperinflación de tres años, hay más de siete millones de venezolanos migrantes y refugiados, y se han perdido alianzas con sectores de la izquierda y del propio chavismo.
La degradación
Sergio Sánchez acompañó al «proceso bolivariano» hasta algunos años después de la muerte de Chávez, cuando pasó a la disidencia junto al exministro Miguel Rodríguez Torres. Hoy es dirigente del Movimiento por la Democracia y aún valora el legado de exmandatario. «Dentro de lo positivo está la visibilización de los pobres como seres humanos y sujetos sociales y no solo como estadística. Lo segundo es la reivindicación de la soberanía, la independencia, la unión latinoamericana», detalla.
Pero son principios que han sido barridos, a su juicio, por quienes hoy dicen representar ese legado: «El chavismo se degradó a un movimiento autoritario, con rasgos hegemónicos y muy clientelar, que reduce el papel del pueblo casi a la servidumbre, que es absolutamente intolerante a la disidencia y a la crítica, que se convirtió en lo que denunció y peor«, apunta Sánchez.
Tomás Guanipa, vicepresidente de Asuntos Políticos de Primero Justicia, cree que el fallecido hace una década logró un control casi absoluto del país gracias a la bonanza petrolera. «Chávez significó el inicio de un proceso hegemónico de autoritarismo en el país. Su muerte coincidió con un proceso de deterioro económico que en los siguientes 10 años, también por el mal manejo que ha hecho Nicolás Maduro se ha convertido en un desastre absoluto».
El exdiputado apunta una «gran diferencia» entre aquel liderazgo y quienes controlan hoy el Ejecutivo nacional: «Chávez, teniendo una conexión popular muy importante, no necesitó ser lo autoritario, perseguidor y violador de derechos humanos que ha terminado siendo Nicolás Maduro«.
Comenta, además, que Maduro ha utilizado la fuerza y la represeión para subyugar a un pueblo que ha llenado de hambre y de miseria, al no contar con respaldo popular. «Lo más terrible es que ha dividido a la familia haciendo que siete millones de venezolanos tuvieran que irse».
Guanipa coincide en que es más peligroso adversar a Maduro que a su antecesor: «Él ha asumido un rol de persecución que con Chávez no fue tan virulento. Ha habido un deterioro absoluto de los derechos políticos y humanos de todos los ciudadanos. Es evidente que Maduro continuó un proceso hegemónico y autoritario, pero ha significado mucho más sufrimiento que lo que significó en su momento Hugo Chávez.».
Pero la figura de Hugo Chávez es más que un análisis. Para quien lo recuerda con afecto, se trata de un sentimiento. «Para mí, Chavez no está muerto, sino que está vivo en mi corazón. Yo siento a Chávez como si fuera un familiar, como si fuera mi papá, mi hermano», expone Mayra Rodríguez.