La comparsa de Falcón, por Jorge Alejandro Rodríguez Moreno
En estos tiempos duros, tomando una frase de Roberto Giusti ha habido infinidad de argumentos y discusiones, no sobre la pertinencia de votar a favor o en contra de Nicolás Maduro, y con ello continuar por el actual camino de ruina material y moral en la que se sume Venezuela, sino sobre la conveniencia o no de ir a votar. Se pretendería, así como quien en un pueblo “le hace el fó” a una familia dejando de asistir a la fiesta de quinceañera de la hija, se pretende esta actitud impulsaría la salida de Maduro de Miraflores. ¡Habrase visto mayor inocencia sobre los mecanismos del poder!
Los calificativos de traidor, vendido, comparsa, aprovechador y tantas otras linduras le son permanentemente endilgados no solamente a Henri Falcón, quien habiendo sido dos veces alcalde, dos veces gobernador, jefe de campaña de la MUD en la campaña de Henrique Capriles y líder en todas las encuestas entre los posibles candidatos para enfrentar al régimen, ahora resulta era una especie de misterioso topo radiactivo sembrado en el lado de la oposición para activarse cuando recibiese una llamada de su amaestrador. Political fiction at its best.
Todos los miembros del comando de campaña, que se han jugado la vida en defensa de la democracia, como Eduardo Fernández en su momento, o que han reconocido las más duras derrotas y se han empinado sobre ellas como Claudio Fermín, todos son parte de una comparsa carnestolenda según cierta inmaculada corriente opositora. Vayan pues mis respetos a esa comparsa»
Este 20 de mayo los venezolanos hemos de decidir, no entre dos candidatos, no entre dos formas de gobernar. Hemos de decidir si la República de Venezuela es viable o no. De equivocarnos, de abstenernos, quizá estemos cincelando sobre la roca el epitafio de nuestra nación. De acertar, de ir masivamente a votar, estaremos dando el primer paso en el camino de mil leguas que nos puede llevar al progreso. Solo depende de nosotros.