La competencia por la innovación médica avanza y los venezolanos miran desde las gradas
El mundo parece ir en una carrera constante para avanzar en derrotar a aquellas enfermedades que aquejan a la humanidad, en especial las que generan mayores probabilidades de muerte y sufrimiento. Sin embargo, Venezuela está estancada en una situación de sobrevivencia del sistema de salud, en el que el solo hecho de recibir atención de emergencia es todo un milagro
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que para el 2030 el número de personas con nuevos diagnósticos de cáncer en América Latina y el Caribe aumentarán en un 32%, mientras que cada año más de cinco millones de personas se sumarán a quienes padecen esta patología.
Ante este escenario, dos grupos de investigadores latinoamericanos han desarrollado iniciativas que buscan contribuir para que avancen las innovaciones en el marco de lograr un diagnóstico eficaz y avanzar en tratamientos contra el cáncer.
Tecnología para detección temprana
Liza Velarde CEO y cofundadora de Delee, una empresa mexicana dedicada al desarrollo de tecnología CytoCatch para la detección temprana del cáncer y su monitoreo, reveló que «muchas veces los médicos están trabajando y están peleando contra esto a ciegas», haciendo referencia al cáncer.
Sin embargo, esta empresa ofrece una tecnología moderna que busca brindar información continua sobre los pacientes y el estado de su enfermedad.
«Tener la información sobre qué es, en qué estado está, qué terapia le tengo que aplicar, cuándo cambiarla o cuándo dejarla, eso vale oro y puede ayudar a salvar muchas vidas».
Tanto Velarde como sus socios y cofundadores, Juan Felipe Yee y Alejandro Abarca, detallaron que esta nueva tecnología busca también capturar, aislar y analizar las células tumorales circulantes en el organismo.
Estas células cancerosas se separan del tumor primario y aparecen en el sistema circulatorio del paciente.
Por su parte, Yee director técnico de Delee, explicó que esta tecnología también tiene un beneficio económico, tanto para el sistema de salud como para el paciente. «El desembolso de cada una de sus partes va a ser mucho menor si se detecta el cáncer de forma temprana. Y de ahí también derivan beneficios a familiares», dijo.
Según la OPS, un tercio de los cánceres pueden diagnosticarse en etapas tempranas, lo que aumenta la supervivencia y reduce la mortalidad, así como los costos del tratamiento.
Kits de diagnóstico
Mientras tanto, al sur del continente, un grupo del Laboratorio de Oncología Molecular y Nuevos Blancos Terapéuticos del Instituto de Biología y Medicina Experimental en Buenos Aires, creó recientemente Onco-liq, que consiste en un kit de diagnóstico, pero únicamente para el cáncer de próstata y mama.
«La principal ventaja de este kit es que los mi-ARN liberados del tumor al torrente sanguíneo pueden detectarse en el plasma de los pacientes incluso cuando el tumor no es detectable por otros métodos», se lee en una publicación dentro de la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU.
Pero estos avances están muy distantes de la realidad venezolana, donde, más que adelantos en el área médica, se han vivido retrasos que remontan incluso antes del siglo XX.
Así lo refiere Huniades Urbina, médico pediatra y secretario de la Academia Nacional de Medicina, quien señaló que, a pesar de que el cáncer es la segunda causa de muerte en Venezuela, luego de las cardiopatías, no hay en el sistema público una sola máquina de radioterapia funcionando, por lo que los pacientes –que cuenten con los fondos que van de entre 2.500 y 5 mil dólares por ciclo– deben recurrir al sistema de salud privado.
Incluso, esta situación queda demostrada con la paralización de unidades que brindaron durante su creación un aire de modernidad y avance a quienes padecían cierta patología.
En el 2009 se inauguró en el Hospital Alfredo Van Grieken de la ciudad de Coro en el estado Falcón, el servicio de oncología, que se posicionó como el más moderno de todo el país.
El servicio contaba con aceleradores lineales, tomógrafos y sala de radiación con tecnología para los pacientes con cáncer. Pero desde hace cinco años esta unidad permanece paralizada y sin aires de reactivación.
Urbina, además, explicó que quienes padecen de cáncer sufren en carne propia la crisis del sistema de salud desde que acuden en búsqueda de la primera consulta en uno de los centros oncológicos, una situación que se recrudece para quienes viven en las zonas más remotas del país.
Esta situación no solo limita la atención oportuna, «sino el diagnóstico y el tratamiento a tiempo», detalló Urbina. Refirió que en la actualidad la ciencia avanza para conseguir formas más modernas de detectar y combatir a tiempo enfermedades como el cáncer, con el fin de evitar su propagación y lograr curar a quienes lo padecen.
Parapléjicos vuelven a caminar
Mientras Venezuela se queda rezagada en cuanto a los avances médicos, el mundo parece ir en una carrera para solventar todo aquello que aqueja al cuerpo humano.
Este año, tres hombres parapléjicos a quienes un diagnóstico los llevó a pensar que caminar ya no era una posibilidad para sus vidas, volvieron a ponerse de pie y dar unos pasos gracias a nuevos avances tecnológicos.
Dos neurocientíficos suizos que trabajan en Lausana, desarrollaron una tecnología basada en electrodos controlados por inteligencia artificial para lograr «imitar» las señales que envía el cerebro para realizar actividades como caminar, montar bicicleta o incluso nadar.
Michel Roccati un italiano que sufrió un accidente en su moto que lo dejó parapléjico fue uno de los pacientes sometidos a esta intervención, en la que se implantaron 16 electrodos en la médula espinal y así pudo volver a caminar.
«Los primeros pasos fueron increíbles, un sueño hecho realidad», dijo el hombre durante una rueda de prensa.
Las cirugías fueron lideradas por Grégoire Courtine, neurocientífico francés y profesor de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) y Jocelyne Bloch, profesora y neurocirujana en el Hospital Universitario de Vaud, de la misma ciudad. Ambos llevan trabajando en este sistema desde hace más de tres años y en el 2018 lograron demostrar el éxito gracias a una intervención similar que le practicaron a un hombre que había quedado paralizado por una lesión parcial de la médula espinal.
Tecnología y salud captaron la investigación mundial en el 2021
Durante el 2021 los grandes fondos soberanos aumentaron su inversión en compañías de tecnología y salud.
Según el último Informe de fondos soberanos, publicado por el Center for the Governance of Change de IE University, en colaboración con ICEX-Invest in Spain, 42% de las operaciones que se realizaron en 2021 fueron a parar al sector de tecnología.
Le sigue un sector bastante relacionado con el anterior: salud. Fue foco de las inversiones durante los primeros meses de la pandemia y continúa atrayendo capital. En total, estos fondos cerraron acuerdos con 83 empresas de biotecnología y salud, un 18% del total. Entre ambos sectores representaron el 60% del total.
La tecnología es un aliado de la salud a nivel mundial y así quedó demostrado con la pandemia de la covid-19, cuando las grandes industrias biológicas y farmacéuticas se montaron en cuestión de meses en la creación de vacunas para proteger contra está enfermedad.
En Venezuela la nanomedicina se niega a morir antes de nacer
La nanomedicina es la aplicación de la materia en escala nanométrica en el campo de la salud humana.
Hasta ahora se ha usado para estudios en enfermedades como el cáncer, la obesidad, tratamientos dérmicos, problemas en la vista y más.
Sin embargo, este es uno de los avances a los más se apuesta en el futuro de la medicina. Así ha quedado reflejado en el informe «Tendencias Salud 2.022: un sector protagonista en plena transformación», desarrollado por el área Healthcare de LLYC y en el que la nanomedicina aparece como una de las 12 claves que darán forma al futuro de la salud.
Vladimiro Mujica venezolano e investigador fisicoquímico en la Universidad Estatal de Arizona y profesor jubilado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (UCV), describió la nanomedicina como la solución no invasiva a posibles enfermedades, incluidas las crónicas.
En Venezuela se han desarrollado investigaciones bajo la nanotecnología, sin embargo, estas se han visto perjudicadas por la falta de inversión.
«En Venezuela la investigación ha decaído de mamera importante, hubo un tiempo en el que había una parte importante de esfuerzo.
La acción destructiva de los centros de investigación y universidades han llegado a golpear estos esfuerzos», resaltó Mujica.
Los laboratorios donde se hace nanotecnología usan inteligencia artificial, porque muchas de estas cosas se hacen en simulaciones computacionales.
El laboratorio de nanotecnología que funcionaba en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) cerró por completo, mismo que ocurrió en el resto del país, aseguró Mujica.
Aun así, actualmente este investigador, que radica en los EEUU, ha estado desarrollando estudios de nanomedicina en Venezuela, en colaboración con el Instituto Venezolano de Medicina Tropical. No abundó sobre los detalles dado que es un tema aún confidencial.
La nanomedicina ha logrado hasta ahora en su fase experimental crear tratamiento no invasivo para atacar el cáncer a través de nanopartículas magnéticas, que pueden lograr calentarse a niveles muy elevados y logra así destruir las células cancerosas.
Una célula humana se muere cuándo la temperatura aumentan en dos o tres grados. En el caso de las células cancerosas, tienen un diseño que se esparce rápidamente y logra unirse con las que no están afectadas. Es por eso que con tratamientos como la radiación se destruyen tanto las células buenas como las malas, algo que se busca evitar con la nanomedicina.
La nanomedicina tiene un tamaño tan diminuto que sus partículas pueden traspasar las membranas protectoras que los medicamentos no pueden pasar, incluso, llegar a los tejidos del cerebro, lo que puede representar uno de los contras de esta iniciativa.
«El cuerpo es totalmente permeable a las nanopartículas», dice el investigador.
«Podrías tener insulina en la nanopartícula, que puede estar recubierta de censores químicos que detecten la insuficiencia de insulina, así estas se abre y permiten que la molécula de insulina, que está en su interior, salga y la mande al organismo», explicó, al hablar de uno de los posibles alcances a futuro de la nanomedicina.
La telemedicina busca espacio
Desde que surgió la pandemia por covid-19 en el país, se enroscó una tecnología médica que no terminaba de calar en la sociedad venezolana, la telemedicina, que consiste en consultas especializadas a través de medios digitales de comunicación, lo que permite que tanto el paciente como el médico tratante no tengan que estar en el mismo espacio para poder brindarle asistencia.
En Venezuela existen registros como el de SOS Telemedicina, un programa de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV) que apoya al personal de salud con conocimiento experto y a distancia con el uso de #LlamadasSOS.
Más de ocho mil personas siguen esta página que cuenta apenas con un solo teléfono para atender a toda la población.
TalCual conoció que durante los picos más altos de la pandemia originada por el virus del SARS-CoV-2, una persona podía demorar hasta dos horas para esperar ser atendida en la línea de telemedicina. Esto debido al colapso de la misma.
Para el secretario de la Academia Nacional de Medicina, Huniades Urbina, la telemedicina tiene tiempo funcionando en Venezuela y en cierto modo ha sido un factor fundamental para paliar parcialmente el déficit y el miedo que tienen la gente de ir a los hospitales en Venezuela, ya sea por la delincuencia, la escasez de insumos y medicamentos o el temor a contagiarse de covid-19.
Sumado a las serias dificultades que tiene la población para trasladarse hasta su centro de salud más cercano y en el que cuente con el personal mínimo y los insumos mínimos para atender aquel mal de salud que le aqueja.
Una de las trabas más grandes que enfrenta la telemedicina en Venezuela son:
- Los constantes cortes eléctricos.
- Las fallas en los servicios de internet.
- Y últimamente, las deficiencias en las operadoras de telefonía, tanto móvil como fija.
Sumando a esto, hay enfermedades que simplemente no se pueden tratar por la vía telefónica, y en los que la telemedicina solo queda como un servicio de primeros auxilios para los pacientes mientras acuden a un centro de salud.
Venezuela pa’trás como el cangrejo
En cuanto a temas de salud Venezuela ha tenido un retroceso devastador, que se evidencia con la aparición de nuevos casos de enfermedades ya erradicadas como el sarampión, o la agudización de contagios de difteria o malaria, la creciente ola de fallecidos con cáncer y hasta las muertes originadas por la escasez de insumo y falta de medicamentos en los centros de salud.
Incluso, la más reciente actualización de la Encuesta Nacional de Hospitales (ENH) demuestra cómo en los dos primeros meses del 2022 mejorar las condiciones de los centros de salud no ha sido una prioridad para el Estado.
Actualmente, 40 de los hospitales más importantes del país tienen un desabastecimiento del 44% sobre los al menos 20 insumos considerados indispensables para el funcionamiento de las salas de emergencia.
Tratamientos que van desde los antihipertensivos, los inhaladores, la morfina para aquellos pacientes con grados elevados de dolor, insulina y hasta la lidocaína, desaparecieron en gran medida de las emergencias, según reveló la ENH.
Es por esto que Huniades Urbina, expresidente de la Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura, considera que el país tiene un sistema de salud «descalabrado», sin atención a pacientes, trabajadores, niños e incluso mujeres gestantes.
«Tenemos un sistema de salud con efectos devastadores, como si han ocurrido en el país escenarios devastadores que nos llevaron a convertirnos en una nación con una emergencia humanitaria compleja y eso se traduce en que los hospitales están colapsados», refirió.
Esta crisis se evidencia al observar que «la oferta de camas públicas para los pacientes está apenas en un 40 o máximo 50%, mientras la población aumenta la posibilidad de atender a una paciente en una cama ha ido disminuyendo, la deficiencia en las terapias intensivas, los equipos están dañados, desactualizados o deteriorado, tomógrafos, ecosonogramas, rayos x. Entonces todo esto del punto de vista de infraestructura ha ido en detrimento de la estructura sanitaria».
Para Urbina, en Venezuela «tenemos desasistencia y atrasos en el diagnóstico, en tratamiento, en atención hospitalaria y por supuesto en adelantos que deberíamos tener en el siglo XXI y estamos volviendo a una medicina que teníamos hace unos 30 años».
Aún así, en las aulas de clases los profesionales de la medicina buscan que sus estudiantes conozcan, así sea a través de una pantalla, los avances en materia de salud que se llevan en el mundo, y que de una u otra manera conozcan esa realidad que parece muy lejana en medio de la falta de inversión.
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