La consulta: una oportunidad, por Bernardino Herrera León

Twitter: @herreraleonber
Afirmo mi participación en la consulta por Venezuela. Aprovecho también para sumarme a la campaña “Venezuela alza su voz”. Aspiro que todo venezolano se presente y aporte un grano en esa dirección.
Me cuento entre los críticos severos de la dirigencia política venezolana. La que ha dirigido nuestro Parlamento, no a la que cohabita hace mucho con el chavismo, que ni vale la pena de un comentario más.
Cuento con muchos argumentos para participar en la Consulta Popular convocada por la Asamblea Nacional. Para no repetir, solo me apoyaré en uno, simple y contundente: la Consulta Popular es una nueva oportunidad.
El chavismo sigue insistiendo en parodias electorales como fuente de su falsa legitimidad. Con la ficción electoral del próximo domingo 6 de diciembre continúa su huida hacia adelante. Se siente envalentonado. Percibe como despejadas las dificultades que acechan su siniestro propósito de permanecer ilegal e ilegítimamente en el poder. ¿Para qué quiere el chavismo permanecer en el poder? Me lo pregunto a diario.
La nación venezolana está más que destruida. Su economía devastada. Al menos un tercio de su población está condenada a muerte lenta por hambruna, enfermedad o criminalidad. La pobreza extrema abarca más de la mitad de sus habitantes. Y casi la totalidad vive en diferentes franjas de pobreza. El chavismo logró cambiar la tradicional categoría social. Antes clase alta, media y baja. Ahora, chavistas y pobres.
Y a pesar de haber conducido al país hacia el desastre y el horror, en vez de percibirse decrépito y decadente, muy por el contrario, el régimen criminal se siente reanimado.
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En efecto, el chavismo se ha envalentonado. El posible triunfo del menos severo partido demócrata representa la opción de bajar la presión a las sanciones contra su oprobioso régimen. Biden ha afirmado que la opción es negociar con el chavismo una “salida democrática”. Los venezolanos ya conocemos los resultados de ese jarabe. Al menos cuatro años de retórica negociadora es perfecto para los chavistas. Mejor imposible.
En Europa, el chavismo puede contar con al menos tres años de protección. Dispone del apoyo del sorprendente gobierno de Pedro Sánchez, dueño absoluto de un cascarón servil llamado Partido Socialista Obrero Español. Sánchez, un grouchomarxista en toda forma y de extremo cuidado, recibe, sonríe y protege al líder opositor Leopoldo López, mientras encarga al ultrachavista partido Podemos, de Pablo Iglesias, las estrategias de defensa de tan oprobiosa dictadura venezolana. Dejar escapar a un narcotraficante chavista, archivar en tribunales el caso del ilegal recibimiento de Delcy Rodríguez, son muestras gratis del mutuo intercambio entre sus inescrupulosos gobiernos. Una cabeza de playa en Europa a cambio de oro y legitimación de capitales corruptos. Así negocian los criminales disfrazados de políticos.
El chavismo sigue contando a su favor con otro frente protector, extraordinario y determinante. Nada menos que la Corte Penal Internacional, la que administra el Estatuto de Roma. Lleva, sin inmutarse, 16 años recibiendo denuncias de genocidio y crímenes contra la humanidad. Apenas recién, reconoce “indicios” de delitos de lesa humanidad en Venezuela. El último informe del alto comisionado de DDHH de la ONU, este año, ha debido ser causa de tan tímido gesto. Cientos de videos y pruebas de atrocidades no han sido suficientes.
En la CPI, el chavismo cuenta con una aliada formidable, la fiscal gambiana Fatou Bom Bensouda, quien se ha hecho cargo de bloquear o ralentizar todos los expedientes. Le permite al régimen un margen de maniobra. Puede continuar asesinando y torturando sin costos.
De todos modos, ninguna condena internacional podría aplicarse mientras el chavismo se mantenga en el poder. Pero la complicidad pusilánime de la CPI es crucial para disimular la fetidez que produce apoyar abierta o encubiertamente al chavismo.
Lo agradecen China, Rusia, Irán, Turquía y otros, que forman el club de ese colosal apoyo, sin el cual al chavismo no le sería posible sostenerse. Venezuela ya es territorio servil de esos gobiernos forajidos, cuyas economías no se sostienen por sí solas, por lo que necesitan nuevas colonias que saquear. Venezuela es una de sus favoritas porque tiene muchos recursos. Y el chavismo está vendiendo todo lo que puede, a cambio de permanecer en el poder. Cuando ya no quede nada qué ofrecer, verán qué inventan. El régimen comunista cubano es un ejemplo exitoso de cómo reinventar su parasitismo.
El cambio político que sopla a su favor, en EEUU. El dejar hacer del gobierno mexicano. La recuperación del poder en Bolivia, gran proveedor de materia prima del narcotráfico. El caos en la Argentina del culto al futbolista drogadicto. La errática incertidumbre del gigante Brasil. La increíble resistencia de la dictadura más larga del planeta que mal gobierna Cuba. El debilitamiento de la democracia en Colombia. El giro hacia la incertidumbre de Chile. La tragedia nicaragüense que ya ni es noticia. La pandemia actual. La que viene.
Todas estas realidades son más que percepciones. Obligan a los venezolanos a reencontrarnos con nuestras propias y muy duras circunstancias. Solo contamos con nosotros mismos. De eso se trata la oportunidad que ofrece la Consulta Popular. Por más fracturada que se encuentre la dirigencia política opositora, esta aún resiste en la Asamblea Nacional. El Parlamento aún está vigente. Y lo seguirá estando si así lo decidimos la gran mayoría de los venezolanos.
La Consulta por Venezuela es una oportunidad para reconcentrar fuerzas, para reagruparnos. El chavismo logró dispersarnos, es cierto. Compró diputados y cascarones de partidos. Reforzó a los vendedores de humo, a los negociadores y a los colaboracionistas. Dan pena, por cierto, sus argumentos para llamar a votar en la parodia del 6D.
Tenemos muchas críticas. Pero solo si nos reagrupanos será posible que surja un nuevo liderazgo. El precio es participar. La fecundidad siempre está en el movimiento.
En eso consiste la oportunidad que se nos presente con Consulta por Venezuela. Así de simple. El gesto bien lo vale, nuestra amada Nación lo vale.
Bernardino Herrera es Docente-Investigador universitario (UCV). Historiador y especialista en comunicación.
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