La Conversa I “En Venezuela no hay universidades gratuitas”
Jesús Mendoza, presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la UCV, y Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades, coincidieron en que el Estado es incapaz de financiar a las casas de estudios superiores y por ello estudiantes y profesores deben asumir las consecuencias en medio de una economía inflacionaria y dolarizada
Autor: Francisco Zambrano
“No hay un solo ámbito que no esté en crisis”, fue el primer comentario hecho por Jesús Mendoza, presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en la segunda edición de La Conversa, espacio de la Alianza Rebelde Investiga conformada por Runrunes, El Pitazo y TalCual, que en esta oportunidad tuvo como tema “¿Qué está pasando con las universidades?”.
Mendoza y Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades, fueron los invitados al foro de una hora que fue moderado por la directora de TalCual, Gabriela Rojas y donde participaron los directores de Runrunes, Luis Ernesto Blanco; El Pitazo, César Batiz y TalCual, Víctor Amaya.
Mendoza denunció que la mayoría de los comedores en las universidades públicas permanecen cerrados, hay escaso transporte público para estudiantes y la beca estudiantil es de apenas 5 dólares y el alumno la puede cobrar solo si está inscrito en el Sistema Patria.
“El comedor de la UCV con capacidad para 1.000 estudiantes está abierto solo tres días al mes y es uno de los pocos que opera, el de la Universidad de los Andes está cerrado y la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado solo cuenta con uno de los siete decanatos que tiene”, dijo Mendoza.
El líder estudiantil aseveró que paulatinamente el estudiante venezolano ha perdido sus beneficios.
“La UCV tenía 25 rutas de transporte y hoy solo cuenta con seis”.
Mendoza aseguró que actualmente un estudiante universitario se ve en la necesidad de asistir a clases y trabajar.
“Más del 50% de la matrícula de la UCV estudia y trabaja y eso es contraproducente porque el trabajo le quita tiempo al estudiante para dedicarse a su carrera. Hoy en día un estudiante no se gradúa en cinco años, porque además la escasez de quórum en los salones hace que existan materias que se impartan incluso a lo largo de un año”.
Por su parte, Meléndez enfatizó que para ser estudiante universitario en Venezuela se necesitan recursos a los que la mayoría no accede.
“Hoy en día la universidad no es gratuita, para poder ser universitario se necesita dinero, 86% de la población estudiantil no puede acceder a transporte, 9 de cada 10 no cuentan con providencia”.
Mendoza indicó que repetir el discurso de que las universidades son gratuitas, es mentira.
“El estudiante tiene que pagar transporte, alimentación, copias y por eso tenemos unos niveles de deserción históricos. A las universidades las subsidian el profesor y el estudiante, el presupuesto de las universidades ya no es sostenible por el Gobierno. El Ministerio de Educación ya no aprueba hacer verano, el último que fue en Odontología lo financiaron los mismos estudiantes”.
Meléndez sostuvo que de acuerdo a cifras del Observatorio de Universidades, 69% de la población estudiantil tuvo que hacer al menos una actividad adicional en 2023 para complementar sus ingresos.
“La universidad venezolana pasó de estar en vías de desarrollo a ser una espacio donde conseguimos a personas en situación de vulnerabilidad, la presencia de alumnos y profesores en las casas de estudio no es una garantía en este momento. Algunos van una o dos veces a la semana”, dijo Meléndez.
El director del OBU sentenció que los profesores se enfrentan a salones de clases vacíos.
“Yo en 2015 tenía 50 estudiantes, en 2017 hubo una reducción de la matrícula de 60%, hoy en día doy clases a cuatro o cinco estudiantes, a veces sin luz eléctrica, sin agua y con baños fuera de servicio”.
Profesores afectados por emergencia humanitaria
Para Mendoza, mantener la responsabilidad de ser profesor en Venezuela requiere de algo más que gallardía y pundonor.
“Sabemos de profesores que llegan a las aulas sin comer, un educador universitario en Venezuela gana entre 30 y 40 dólares mensuales, por supuesto no hay generación de relevo, la edad media de los profesores actualmente es entre 50 y 60 años. Un profesor de dedicación exclusiva es algo en extinción”.
Meléndez agregó que el regreso de los jubilados a las aulas de clase es el reflejo de la crisis universitaria.
“La crisis de la universidad es la misma de la sociedad, sus orígenes tienen que ver con la inversión física e intelectual, hasta que no exista una política coherente no podremos tener la mano calificada para recuperar al país”.
El director del OBU informó que las universidades tienen un déficit de 90%.
“Las universidades se han mantenido no en la gratuidad sino en el esfuerzo individual. Creo que es posible renunciar a la dependencia absoluta del Estado, pero eso no puede hacerse en un principio sino se cuenta con la inversión pública, es algo inviable de la noche a la mañana”.
Meléndez descartó la privatización de las universidades públicas.
“Privatizando dejaríamos por fuera a una población vulnerable. Puede fomentarse un modelo de financiamiento mixto, pero sin renunciar a la autonomía que deben tener las casas de estudio”.
Mendoza aseveró que lo más prudente sería llevar a cabo una evaluación personalizada.
“Que se haga un estudio socioeconómico a cada estudiante y quien pueda pagar que lo haga”.
Universidades destruidas
Meléndez manifestó que en los últimos 25 años la infraestructura de las universidades ha sufrido un franco deterioro.
“El boom petrolero del 2000 no tuvo impacto alguno en las universidades, a diferencia del de los 70”.
Mendoza alertó que la asignación del presupuesto para la construcción y reparación de infraestructura en las universidades viola las leyes.
“El presupuesto de infraestructura se le asigna al Consejo Nacional de Universidades (CNU) para que se lo entregue a la Misión Venezuela Bella, dejando a un lado a las universidades, eso es una violacion a la autonomía”.
El líder estudiantil denunció que no hay transparencia en torno a la asignación de recursos para la infraestructura.
“Tenemos una Comisión Presidencial que lleva tres años haciendo arreglos en la UCV y se ha metido en la dinámica de la universidad, arreglaron lo que ellos mismos echaron a perder. Esa Comisión no ha llegado a la mayoría de las universidades”.
Meléndez alertó sobre la injerencia del Gobierno en las universidades.
“De 150 casas de estudios superiores, 80% están controladas por el Estado”.
Mendoza aseguró que las universidades no son sitios seguros.
“La Policía Nacional Bolivariana entra a las universidades a matraquear y amedrentar a los estudiantes y profesores. Por eso el horario nocturno no existe, no hay gente que quiera arriesgar su vida”.
Elecciones opacas
Mendoza indicó que pese a que el Ejecutivo permitió las elecciones de autoridades en la UCV, el panorama comicial en el resto del país es incierto.
“Suspendieron los últimos comicios en la Universidad de Carabobo y en poco más de un mes hay elecciones en la ULA, que no sabemos si se llevarán a cabo”.
Meléndez sostuvo que en el seno del Gobierno nacional no hay intenciones de fomentar cambios de liderazgo en las universidades.
“Pareciera que la intención es evitar las elecciones, perpetuar a ciertas autoridades en los cargos y cerrar la participación de la comunidad universitaria”.
El director del OBU sostuvo que sería injusto afirmar que las universidades se han vaciado de talento.
“Tenemos un importante capital humano, hay gente que de manera gratuita hace investigaciones, que de forma autofinanciada mantiene vivos proyectos. Esas son cosas que enamoran y hacen que la universidad tenga futuro”.
Mendoza enfatizó que la irreverencia, libertad y pluralidad mantienen con vida a las universidades venezolanas.
“Podemos tener ideologías diferentes, pero todos tenemos una misma meta que es ser libres y por eso los regímenes autoritarios ven a los estudiantes universitarios como enemigos”.