La crisis final del Pacto de Puntofijo, por Marino J. González R.

Lea también: X: @marinojgonzalez
En agosto de 1960, con motivo de la Séptima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA en San José de Costa Rica, comienza la crisis final que determina la ruptura del Pacto de Puntofijo firmado el 31 de octubre de 1958. La ruptura del Pacto es, visto con el paso de los acontecimientos de más de seis décadas, el inicio del extravío de la democracia en Venezuela.
A pesar de que los contenidos del Pacto de Puntofijo se anticiparon en más de una década a la explicitación de las características que deben tener las democracias, la influencia de factores diversos condujo a la corta duración de la alianza. Entre esos factores pueden señalarse la exclusión del PCV aprobada por los tres partidos firmantes del Pacto (AD, Copei, y URD), y la génesis de desencuentros del gobierno de Betancourt con URD.
La ruptura se produce en el momento en el cual URD abandona la coalición en noviembre de 1960. La crisis final es motivada por el conflicto entre el canciller Ignacio Luis Arcaya y el presidente Betancourt expresada en la reunión citada de agosto de 1960 en Costa Rica. El acta final de la Séptima Reunión de Consulta demuestra la relevancia que alcanzó este conflicto.
Como se señala en el acta, en la segunda página, Venezuela comienza la reunión representada por el canciller Arcaya. Sin embargo, tal como se indica en la página 14, la declaración final fue ratificada por el canciller Marcos Falcón Briceño. Lo que había pasado, según indica Robert Robert L. Alexander en su libro «Rómulo Betancourt and the Transformation of Venezuela», página 457, es que el grave desacuerdo entre Arcaya y Betancourt había terminado con la renuncia del Canciller. Es por esa razón que Falcón Briceño asume la cancillería en el transcurso de la reunión internacional.
La declaración de San José de Costa Rica de agosto de 1960, tal como se señala en la página 4 del acta, condenó enérgicamente las intervenciones o amenazas de intervención de potencias extracontinentales. También se señala en el texto el rechazo a la «pretensión de las potencias sino soviéticas de utilizar la situación política, económica, o social de cualquier Estado americano». Era obvio que Arcaya no estaba de acuerdo con estas posiciones. Arcaya estaba en el gobierno en representación de URD, partido que había sido apoyado por el PCV en las elecciones de diciembre de 1958. Betancourt era favorable a lo que se terminó aprobando, con lo cual la salida de Arcaya resultó bastante explicable.
La salida de Arcaya del gobierno en agosto de 1960 generó tensiones en la coalición de tres partidos. Estas tensiones se agravaron hasta el punto de que URD se retiró completamente de la alianza en noviembre de 1960, apenas tres meses después de la reunión de Costa Rica.
El retiro de URD sentenció la suerte del Pacto de Puntofijo. Ya no era un acuerdo de tres partidos sino de dos (AD y Copei). Este es el inicio de la modalidad bipartidista en la dinámica política del país, la cual se extendió por las siguientes tres décadas. A partir de su ingreso a la oposición, URD se constituyó en un crítico contumaz del gobierno de Betancourt.
Quizás la mayor consecuencia del retiro de URD del Pacto de Puntofijo es que a partir de ese momento la noción de democracia con amplitud resultó afectada. Ya no era solamente que el PCV había sido excluido del Pacto, sino que uno de los actores más relevantes (en muchas zonas del país URD era la segunda fuerza política del país) decidió no seguir participando de los acuerdos iniciales.
Esta nueva configuración de la relación entre los partidos políticos no era el escenario ideal para que la democracia resultara más inclusiva. Esta es la razón por la cual se produce el extravío de la democracia. La perspectiva incluyente fue debilitada.
La génesis de la ruptura del Pacto de Puntofijo, por Marino J. González R.
Las prácticas que hubieran podido redundar en compartir objetivos comunes, permanentemente revisables, no se pudieron establecer en profundidad. Estas carencias terminaron por profundizar el extravío. La redemocratización del país dependerá de asumir con la perspectiva actual los cambios que conduzcan nuevamente al camino.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo