Trabajadores online tampoco se salvan de los efectos del coronavirus
Aunque los actuales trabajadores temen por su futuro laboral, la crisis que enfrenta la economía mundial por la pandemia del covid-19 abre muchas puertas a quienes optan por el teletrabajo
Con la llegada del coronavirus, las políticas sanitarias adoptadas por diferentes gobiernos para hacerle frente a la expansión de pandemia han afectado el mercado laboral mundial, interrumpiendo los procesos de producción y reduciendo la demanda de muchos servicios.
Tal y como afirma la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el cierre de fronteras y las medidas de cuarentena están provocando el cierre de muchas empresas, por lo que estima que cerca de 25 millones de empleos puedan desaparecer en 2020, producto de la epidemia global.
Estimaciones de la @OITnoticias indican un aumento del desempleo mundial debido a crisis provocada por el #COVID19 de entre 5,3 millones (hipótesis “prudente”) y 24,7 millones (hipótesis “extrema”).
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— OIT (@OITnoticias) March 18, 2020
Al respecto, Luis Vicente León, presidente de Datanalisis, cree que que las empresas online son las más privilegiadas debido a que su capacidad de prestar servicio no se afecta porque el aislamiento social y la prohibición de actividades interfiere con el trabajo en casa. Pese a ello, estima que algunos venezolanos ocupados esta área enfrentarán problemas.
El economista considera que muchas organizaciones han tenido que suspender determinados proyectos o incluso cerrar debido a la caída de actividades en su área, algo que atañe no sólo con los trabajadores locales sino también en otras naciones donde el covid-19 está presente.
Teletrabajo en dos tiempos
Rosario Suárez, profesora de inglés venezolana que da clases online a personas radicadas en España, Estados Unidos y Alemania, tiene dos visiones sobre cómo podría ser su futuro laboral dependiendo del tiempo que se extienda la cuarentena. Para ella, en estos primeros días aumentará el flujo de estudiantes puesto que las personas estarán en sus casas y pueden aprovechar para ver clases. Sin embargo, piensa que dentro de dos meses eso cambiará si la situación económica empeora.
«Yo sigo trabajando online. Tengo mis estudiantes regulares y creo que durante el primer mes lo más probable es que voy a tener la misma gente, pero pienso que si la cuarentena se prolonga por más meses, ellos van a empezar a ahorrar y lo primero de lo que van a prescindir es de las clases de inglés, porque van a estar asustados de que no van a tener con que pagar otras cosas, como la comida», señala Suárez.
La freelancer, quien utiliza la plataforma PrePly para dar sus lecciones, cree que inicialmente su empresa podría verse beneficiada porque va a tener no sólo más tráfico en su página, sino también más solicitudes de instructores que quieran utilizar su sistema para dar sus lecciones.
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«Todo depende de cuánto dure la cuarentena y cómo vaya la economía, porque si hay recesión en todos lados, pues va a ser malo para todos los negocios», acota.
En este sentido, León señala que los trabajadores remotos estarán más activos que los presenciales sólo si hay suficiente demanda de la actividad que realizan.
Y no se equivoca. Carlos Neira, venezolano residente en España y socio-propietario de unaplauso.com, página web de búsqueda y contratación de artistas, indica que si bien su empresa es online, la cuarentena igual le afecta pues ya no está recibiendo visitas debido a que nadie está haciendo reuniones, por tanto no hay contrataciones.
El joven emprendedor explica que aunque no estén produciendo tienen que pagar algunas facturas (infraestructura digital, por ejemplo) e impuestos, toda vez que su área no se beneficia de los incentivos otorgados por Madrid a miles de empresarios para hacer frente a la recesión que traerá el coronavirus.
«Mi otros tres socios y yo hemos pensado que si no generas y encima tienes que pagar, es muy probable que el plan que teníamos para 2020 quede suspendido hasta terminada la cuerentena, pues no creo que sobrevivamos a este golpe de que la gente no contrate y por ende no entra dinero, pues aunque no entra dinero hay que seguir pagando factura y al final tendremos que ponerlo nosotros, mientras también pagamos nuestra cuota de la seguridad social. Es un desfase que no está pensado para empresas como ésta», señala.
Por su parte, Luis Alvarado, periodista venezolano que trabaja para un pequeño medio deportivo que es netamente online (Tonycittadino.com), asegura que el director está planteando trabajar hasta fin de mes porque no hay material que puedan subir a la página, pues todos los eventos deportivos fueron suspendidos.
«Somos un grupo de 4 personas, pero van a hacer recorte de personal, la mitad se va. Prácticamente no hay noticias, montamos trabajos viejos, pero ya no podemos hacer el diarismo que se hacía antes de esta pandemia», asegura el reportero.
Alvarado señala que en el país no habrá partidos de football, baloncesto o pelotica de goma más o menos hasta julio, fecha hasta la que entonces asegura su equipo no tendrá trabajo propiamente dicho. Agrega que, aunado al bajón súbito del ritmo de trabajo, el patrocinio que tenían había caído por «tema coronavirus», razón por la que cree que «hay mucha gente para la cantidad de trabajo que tenemos».
Nuevos en el teletrabajo
Con la llegada de la cuarentena, parece que son cada vez más las personas que quieren sumarse a la ideal del trabajo remoto. Muchos músicos, matemáticos e incluso ingenieros han publicado a través de sus cuentas de Twitter que se ofrecen para dar clases particulares en línea.
A Leonardo Jaramillo, profesional de la guitarra, le cancelaron los eventos y ‘toques’ a los que asistiría este mes. No tendrá trabajo hasta acabada la cuarentena. Dice que con suerte hasta mayo. Es por eso que decidió dar clases por internet. De hecho, InCres Music, una empresa que siempre ha trabajado con una estructura digital, le ofreció trabajo en su plataforma puesto que allí podría encontrar estudiantes más rápido y de forma segura.
En relación a esos nuevos trabajadores, el economista Jesús Casique indica que la buenaventura será sólo los primeros días, pues asegura que 70% de la población venezolana percibe sus ingresos en bolívares y que para esa población la prioridad no será pagarle a un profesor, porque estarían restando dinero que podrían invertir en medicamentos y alimentos y que es el sobrante de la «quema de su patrimonio o de lo que tengan en bolívares».
Pese a eso, Jesus Valeriano publicó su anuncio en su cuenta de Twitter y espera a que algunos alumnos lo contraten para el dar clase de matemática. Confía en que puede salvar » algún estudiante de bachillerato o a algún papá desesperado» y eventualmente a él mismo.
Casique cree también que el problema que ellos podrían tener como trabajadores remotos también los tendrán las empresas venezolanas que quisieran activar a parte de su personal en la web, pues piensa que la prioridad de las pocas compañías que quedan en el país es llegar a acuerdos con el gobierno y solucionar con sus empleados.
Empresas tradicionales
Tatiana Mijares trabaja en un laboratorio farmacéutico de los Ruices. Dice que una parte del personal está trabajando en línea y que el resto, pero el que labora en la fabricación debe acudir. «Todas están a remoto excepto la planta y seguridad. A mí por ejemplo, para trabajar en casa me dieron una laptop y un pendrive de línea inalámbrica».
La compañía en la que trabaja, por ser un laboratorio grande, ha podido resolver momentáneamente y adaptar su sistema de trabajo durante las primeras semanas de cuarentena. Sin embargo, la extensión del período de aislamiento podría afectarlos.
De allí que Casique crea que todas las empresas de todos los países, incluso las que están activas remotamente, se verían afectadas por la pérdida generalizada de clientes.
Y ello son tomar en cuenta las precarias condiciones de las infraestructura digital de Venezuela, con la peor velocidad de conexión del continente, y donde las fallas de conexión son la constante.
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Daniela Moreno es una venezolana que trabaja en un call center de una empresa prestadora de servicios de internet en Argentina. Luego de que decretaran la cuarentena, comenzó a trabajar desde su casa, pero hay limitaciones insalvables que ponen en riesgo su estabilidad: aunque han aumentado los pedidos de personas que querían adquirir los servicios de internet que presta la compañía, por lo pronto no pueden hacer la instalación de los dispositivos, por lo que las ventas han caído drásticamente.
«Por el momento no podemos vender. Tenemos que decirle al cliente que no podemos asignar fecha de instalación hasta que termine la cuarentena. Solo si lo piden, se carga la venta y la instalación queda para luego, pero no es lo común. De momento solo podremos vender alguna línea móvil, hacer cambio de plan de prepago a abono. Y hacer toda gestión de cable e internet que no conlleve visita», acota Moreno, quien ve tambalear su estabilidad dependiendo el avance de la pandemia.