La depravación de la política, por Griselda Reyes
Twitter: @griseldareyesq
A medida que se acercan los procesos electorales presidencial en 2024 y regionales y municipales en 2025, más difícil resulta defender a actores de la vida política. Unos, los de siempre, han saqueado económicamente al país durante décadas, hasta desangrarlo. Llegaron usando a los pobres como bandera y lo que han hecho es empobrecerlos más, arruinaron el país y nos hicieron a todos más vulnerables.
En la otra orilla, la esperanza se desvaneció. Según denuncias públicas, de diversa índole, que van desde informes de oficinas norteamericanas hasta reportes del Estado venezolano y de otros actores de la oposición; los fondos públicos desviados son una importante valía que el país urge para atender la atroz crisis humanitaria que hoy vivimos.
En medio de una piscina de lodo indetenible, como una guinda que corona una gran torta, aparece el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, haciendo alusión a presiones para generar un cambio político en nuestro país a cambio del petróleo venezolano.
¿Acaso creen que ésta es la vía para recuperar la confianza en la gente? Se trata de grupos políticos cuyos bolsillos han estado siempre por encima del interés de las mayorías que hoy enfrentan los embates del hambre y la miseria.
Lo hemos rechazado categóricamente por múltiples razones, pero la más importante de todas es que las riquezas de nuestro suelo son de todos los venezolanos y no se pueden entregar como prebenda, bajo ningún concepto, a Gobierno extranjero alguno.
Volviendo al tema de la clase políticas o las clases políticas, con total responsabilidad planteo –en estas líneas– mi temor temprano a que el año 2024 se termine convirtiendo en una de las más grandes oportunidades perdidas.
Si entre quienes estamos al frente de la vida pública nacional, no nos apuramos en establecer alianzas que, depuradas, persigan reconectar con la gente; pocas expectativas de triunfo podemos tener.
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Antes esto yo me pregunto: ¿El país, su gente trabajadora, esa que se niega a rendirse y buscar oportunidades más allá de nuestras fronteras; aguanta una decepción más?
El tema va mucho más allá de «alacranometros», ya el país no aguanta una etiqueta más, es un tema de honestidad de los dirigentes. Señores, hoy en día podemos saber perfectamente quiénes y cómo somos útiles para el país; trabajemos en función de ello.
Los ciudadanos de a pie aspiran seriedad entre nosotros, no más aventuras politiqueras que no hacen más que endurecer a quienes están en el poder. Si el camino es el diálogo, la negociación y el voto; pues articulémonos todos en función de los mismos objetivos, sin exclusiones, ni creyéndonos superiores unos a otros.
Hay que sumar, sino la patria os castigará.
Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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