La economía del fútbol post-pandemia, por Gustavo Franco
Que la economía mundial está altamente afectada por la pandemia del covid-19 es, a día de hoy, un lugar común. Cultura general. En el caso del fútbol, que entre otras cosas es un evento multitudinario (cada partido lo es), no iba a ser menos. Las concentraciones de personas en recintos cerrados, como lo es una aglomeración de miles de personas en un estadio de fútbol, están terminantemente prohibidas. Ello afecta al desarrollo del espectáculo en sí. También afecta a la economía del deporte.
Una fuente de ingresos para nada despreciable está paralizada: la venta de entradas. Hay otras líneas de negocio que también están afectadas. Todas ellas importantes, pero que tienen sus matices.
Las transmisiones televisivas aportan mucho dinero, y en tiempos en que no se puede asistir a un estadio de fútbol, uno podría asumir que los canales de televisión y cable operadoras estarían dispuestas a ofrecer más dinero. Sin embargo, el negocio publicitario es algo que siempre será afectado en una crisis económica. Y con el contrato para transmitir La Liga de España llegando a su fin, uno podría imaginar que renegociar al alza será complicado. Aunque desde hace algún tiempo, las plataformas tecnológicas han estado poco a poco incursionando en las transmisiones deportivas. Amazon transmitió algunos partidos de la liga inglesa.
En India, Facebook tiene los derechos para transmitir La Liga. Y en España, la plataforma de streaming deportivo DAZN transmite la Premiere League, así como una gran variedad de deportes.
Dicho sea de paso que estos contratos por lo general se pagan al inicio de la temporada, así que ese dinero ya está en las arcas de los equipos. Sin embargo, de cara a la próxima temporada esto sí que será un problema, ya que los contratos televisivos podrían ser de menor cuantía.
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Otra línea de negocio que por lo general se abona con antelación es la de los billetes para ir a los partidos de fútbol. Si la prohibición en contra de los eventos multitudinarios no se levanta, la venta de entradas será inexistente. Muchos equipos han devuelto una suma dinero equivalente a los partidos disputados a puerta cerrada a los aficionados que ya tenían el abono comprado, poniendo aún mayor presión sobre la salud financiera de los equipos de fútbol.
El comercio minorista (en el caso del fútbol, la venta de merchandising) también se ha visto afectado. La capacidad de atraer patrocinadores que hagan los uniformes de los distintos equipos se verá mermada, ya que estas marcas seguramente no podrán justificar el pago de derechos con lo que ingresan por las ventas de estas indumentarias.
¿Cómo afrontarán los equipos, entonces, esta crisis económica sin precedentes? Una de las cosas que ha aumentado constantemente en el fútbol han sido los salarios. Se calcula que ello supone en torno al 70% del presupuesto de un equipo de fútbol. Y uno podría suponer que los equipos de fútbol buscarán reducir la masa salarial compuesta por los jugadores. Los traspasos son otra cosa que bien podría verse limitada, aunque ya la UEFA anunció que el reglamento del ‘Fair Play Financiero’ será relajado para la próxima temporada, para que así se mueva dinero. Así, se permite que los grandes equipos con mucho presupuesto desembolsen dinero para adquirir jugadores de equipos que bien podrían necesitar ese flujo de caja. Ésa es la lógica para la relajación de esta normativa.
Por último, no hay que descartar que inversores entren en la propiedad de equipos de fútbol. La ampliación de capital mediante una inyección de dinero es una fórmula para nada despreciable en aquellos casos que parezcan más críticos. Con una crisis económica de telón de fondo, la vuelta a una relativa normalidad se antoja larga y ardua.
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