La emigración venezolana en Chile, por Sergio Arancibia
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En Banco Central de Chile – organismo que goza de alta independencia y alto respeto dentro de dicho país – incluyó en una publicación reciente – Informe de Política Monetaria septiembre de 2018 – un estudio sumamente interesante sobre la inmigración recibida, por parte de Chile, en el transcurso de los años 2015 al 2017, ambos incluidos.
El estudio no se refiere en particular a la inmigración venezolana, pero aporta antecedentes de carácter general, que incluyen a la inmigración venezolana, sin perjuicio de que se incluyan también algunos datos específicos referidos a la misma. Veamos algunos antecedentes presentes en dicho estudio.
En los tres años mencionados Chile recibió 700 mil inmigrantes, procedentes en un 25% de Perú, un 14 % de Colombia y un 11 % de Venezuela. También se registran en ese estudio una importante inmigración procedente de Bolivia y de Haití, pero en porcentajes menores que los mencionados en las líneas anteriores.
Esa cantidad de inmigrantes ha llevado a que el porcentaje de la población nacida en el extranjero pase de 2.3 %, al principio del 2015, a 5,9 % de la población a fines de 2017. También cabe destacar que los extranjeros han pasado a significar el 6.3 % de la fuerza de trabajo. La desocupación laboral entre los inmigrantes es muy similar a la tasa de desocupación de la población local, lo cual indica que los primeros se integran rápidamente al mercado laboral del país receptor. Además, el 80.2 % de los extranjeros participan o busca participar en el mercado laboral, cosa que solo sucede en un 61,2 % de la población local. Esto último es expresión de que la población llegada de afuera viene precisamente en busca de trabajo. Solo el 20 % de los extranjeros trabajan por cuenta propia, porcentaje que es similar al porcentaje de la población chilena.
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El promedio de la población inmigrante es más joven que la población local, lo cual lleva a compensar o revertir en proceso de envejecimiento de la población local. El 60% de los inmigrantes se ubican etariamente entre los 25 y los 50 años, en circunstancias que en ese tramo etario solo se encuentra el 35 % de los chilenos.
En lo que respecta al nivel educacional se destaca en el estudio mencionado que más del 60 % de los inmigrantes provenientes de Estados Unidos, España y Venezuela tienen educación universitaria, situación que solo alcanza al 10% en los provenientes de Perú, Bolivia y Haití
Es dable suponer que los fenómenos y situaciones detectados en este estudio – que llega solo hasta fines del 2017 – se hayan acentuado durante el año en curso. Es, en todo caso, de un estudio serio que muestra la cuantía y las dimensiones laborales, demográficas y educacionales del fenómeno de los flujos migratorios, que se ha convertido en un problema continental, altamente alimentado por la emigración venezolana.