La estrategia de Joe Biden con Nicolás Maduro, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
El año pasado algunos analistas y periodistas, aseguraron que el fin del interinato estaba cerca. Debió suceder en diciembre pasado, se atrevieron muchos a asegurar. No fue así. Los defensores de Guaidó presumían “Guaidó es el hombre de los Estados Unidos para Venezuela”.
Ese apoyo ¿Era realmente una postura firme o una estrategia sujeta a las coyunturas de los hechos políticos?
Ciertamente al no producir resultados, no avanzar, sumadas a las contradicciones, comentarios y denuncias sobre el manejo de fondos públicos, el denominado por mi «gobierno de internet», estaba marcado para su fin. Como en el béisbol, en política, «al que no hace, le hacen». Sin embargo, el gobierno del presidente Joe Biden, ha venido ratificando su reconocimiento a Juan Guaidó como “líder y legítimo presidente”. Consideraciones que no he suscrito y los hechos me han dado la razón.
La crisis venezolana tiene su mayor rasgo cuando se evidencia la auténtica existencia de opciones. Guaidó perdió esa capacidad. No es interlocutor válido y lo decimos por las reiteradas pruebas de sus pobres concentraciones humanas.
Con preocupación hemos leído opiniones de voceros del “gobierno de internet”, fundamentalmente los identificados con una micro minoría partidista, llamada «Salvemos a Venezuela». Partidos que muchos no alcanzan el 0,5 del universo electoral y cuyos líderes critican la postura demócrata de Biden llegando a señalar «Que negociar con Maduro es llenarse las manos de sangre». Posición muy apresurada y confesión de errores propios, pues la MUD-G4 tiene más de un año pidiendo reanudarse con la representación de Maduro en México.
¿Y entonces quién se bañó en todo caso de sangre?
Los políticos nunca pueden abandonar la negociación.
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No tengo relación ni militancia alguna con el Partido Demócrata de Estados Unidos, entre otras razones porque yo no soy ciudadano de ese país. Lógicamente eso no me aísla de mis observaciones como columnista y seguidor de la política internacional. Incluso, desde el punto de vista ideológico, encuentro más similitud entre mis creencias y las posturas del Partido Republicano. Eso no obsta para que coincida con la estrategia del Presidente Biden.
Salvemos Venezuela o ¿salvémonos nosotros?
Señores de «Salvemos Venezuela», lo único que mantiene la medio-existencia política de ese inocuo gobierno de internet y de ese parapléjico presidente encargado, es el reconocimiento y las acciones del presidente Biden. Si no fuera por sus declaraciones, Guaidó ya no estaría en el juego político. Por eso a mí me parece una desconsideración y un error atacar a Biden, por reunirse con Maduro una comisión en su nombre.
No podemos criticar a un hombre que privilegia los intereses de su patria por la de otros, que no han sabido defender.
Revisemos la historia
Putin ha sido un aliado fundamental de Maduro desde 2019, cuando el presidente de Estados Unidos Donald Trump reconoció la inexistente condición de Jefe de Estado a Guaidó. Mucho más, cuando Guaidó tuvo todo para demoler internamente a Maduro y no lo hizo. Sería largo estudiarlo.
Una vocera calificada del presidente Biden, ha señalado que ellos reconocen a Guaidó como “líder” y “presidente”. A mi juicio lo hizo por presiones de la opinión pública y ciertamente no se compadece con la realidad.
Lo cierto y comprobable es que el 90% del país es opositor, y de ese porcentaje la MUD, toda unida y en un solo grupo no llega al 10%. Ese es el drama y el talón de Aquiles de Guaidó y de ese invento llamado «Gobierno Interino». Ni es gobierno ni es interino. La Asamblea Nacional del 2015 es irreal. No han producido una ley en muchos años.
El interinato se ha dedicado más al manejo de los recursos que a los problemas del exilio.
¿Con quién iba a negociar Biden la libertad de los ciudadanos estadounidenses? Ciertamente con quien realmente manda y los tiene injustamente detenidos. Lamentable que haya 308 presos políticos en Venezuela y no ocupen el primer lugar de las prioridades del «gobierno de internet».
La geopolítica
El Foro de Sao Paulo acaba de asestar otro duro golpe a la estabilidad y la paz en América, con el triunfo de la izquierda en las elecciones legislativas colombianas. Por ahora luce cuesta arriba, impedir la llegada al poder del comunista Gustavo Petro.
El acercamiento de Biden a Venezuela, no obedece fundamentalmente al problema petrolero.
El pragmatismo estadounidense hace obligatorio el intento de romper el pacto Maduro-Putin. Si Petro gana Colombia, recuerde que ya en Argentina hay un comunista. Igual en Bolivia. Pepe Mujica aunque no es presidente del Uruguay influye decisivamente. En Brasil más temprano que tarde regresará al poder Lula Da Silva y para colmo de males Bolsonaro se amarró con Putin, como también lo hizo Bukele en El Salvador. México mantiene relaciones con Putin. Honduras acaba de comprometerse con Putin. Cuba y Nicaragua son sus satélites. Es decir la izquierda radical, esa cuyo discurso atenta contra nuestro modo occidental de vida, consolida su proyecto.
Los que tenemos otro concepto de vida debemos presionar para acercar a Estados Unidos con Venezuela.
En el caso de Ucrania estos mismos personajes en Venezuela, señalan que las sanciones no castigan a Putin y su entorno. Eso es cierto. Lo que me cuesta entender es por qué no utilizamos el mismo razonamiento para el caso Venezuela.
En apariencia las conversaciones se suspendieron. Recuerde que los políticos nunca dicen lo que quieren hasta que lo consiguen.
Los anuncios sobre la participación de China a favor de Rusia, pudieran alterar gravemente los acontecimientos y los acuerdos-conversaciones del gobierno de Estados Unidos, con Venezuela y con otros tradicionales enemigos para asombro de muchos.