La fotografía, por Teodoro Petkoff
Entonces, el problema es la foto. El problema no es el de los 16 mil homicidios anuales, 95% de los cuales permanecen impunes; el problema no son los 400 y pico de muertos anules en las cárceles; el problema no son los miles de vehículos robados cada año, ni los centenares de apartamentos asaltados por bandas hamponiles; el problema no son los miles de secuestros express, y de los otros, que tienen lugar cada año; tampoco son las vacunas que las bandas guerrilleras y paramilitares obligan a pagar en la frontera y muchísimo menos lo es el de los incontables arrebatones, que ya ni siquiera se denuncian de tan banales que se han vuelto. Este no es el problema. La cosa es la foto.
Tampoco es problema el de los cuerpos policiales desbordados por el hampa, mal pagados, mal entrenados e incluso infiltrados por delincuentes comunes; menos aún lo es el de un Poder Judicial lento, de pésima calidad, la mayor parte de cuyos jueces son provisionales, fichas del PSUV, y viven asustados de emitir fallos que no complazcan al Poder. Nada de esto es el problema. El problema es la foto que publicó El Nacional.
El jefe de la ex PTJ habló para hacernos saber que ahora los pisos de la morgue son de linóleo nuevecito y hay camillas ultramodernas. Que la foto es vieja. El horrendo espectáculo de centenares de cadáveres que ahora disfrutan de camillas nuevas y yacen sobre un piso nuevo, y tal vez pulido, no es su problema. Su problema es el «morbo» de la foto. No la matazón que la foto captó. La inefable Fiscalía de la República ya anunció acciones, pero no contra criminales sino contra El Nacional. La Comisión de Defensa del Menor, o como se llame, también se movilizó. Desde que actuó contra TalCual por el horrendo delito contra la «intimidad de una menor» que fue publicar el nombre de la hija del Presidente, ese organismo no había vuelto a dar señales de vida. Ahora sale de su letargo, en «defensa de los niños», cuyas «mentes podrían ser afectadas por la foto». Los centenares de niños que mueren alcanzados por balas perdidas; los chamos y adolescentes que pasan por la horrible experiencia de ver cómo sus padres o hermanos mayores son asesinados ante sus ojos espantados, no le quitan el sueño a la gente de la fulana Comisión de Defensa del Menor. Lo de ellos es la foto.
Todo el fariseísmo, la hipocresía, que empapa hasta los tuétanos a este régimen ha brillado siniestramente en este episodio de la foto de El Nacional. Lo que le preocupa a los adulantes no es que haya violencia sino que se sepa. Aquí entendemos la publicación de esa foto como una respuesta apropiada a la risa, no por forzada menos miserable y canallesca, de ese mequetrefe que dirige Telesur, quien emitía una risita de hiena mientras a su lado un venezolano especialista en el tema de la violencia daba cuenta de los niveles insoportables que esta ha alcanzado en nuestro país. ¿Te da risa el tema de la delincuencia, Izarrita, te burlas del asunto, crees que es un invento de la oposición? Ríete, entonces de esta foto, patiquincito.