La fúnebre ocurrencia del alcalde bejumero
Bejuma amaneció el martes bajo la impactante escena de lo que parecía un oficio fúnebre en plena plaza Bolívar. Un féretro, candelabros, cortinas, todo indicaba que se escenificaba un velorio en el lugar más céntrico de esta población carabobeña, por lo general pacífica y en estos tiempos de epidemia más que de costumbre.
¿Quién tan importante murió? ¿A quién se llevaría la temible epidemia? Los curiosos que se atrevieron a acercarse encontraron las respuestas a esas preguntas en el ataúd vacío y la ausencia de dolientes. Todo obedecía a la “genial” idea del alcalde Rafael Morales de simular la luctuosa escena para persuadir a sus gobernados para que no salgan a la calle en tiempos de coronavirus.
El rechazo a la estrategia municipal fue general por considerarse impropia, irrespetuosa y exagerada. Digamos que la molestia se viralizó exponencialmente vía redes sociales. “Nosotros sabemos que nos vamos a morir, pero no necesitamos que nos lo recuerden de esa forma tan grotesca”, dijo alguno. “A la señora muerte hay que respetarla”, dijeron otros. La iglesia también terció y a comienzos de la tarde la fúnebre escenografía fue levantada… Cosa que difícilmente podrá ocurrir con la popularidad del alcalde oficialista ya bastante contagiada con el descenso…