La guerra de Pedro y Pablo, por Humberto Mendoza D’Paola
No son bíblicas ni literarias, son las protagonizadas por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, jugando ambos con el futuro de España y un poco más. Sánchez, presidente en funciones después de una victoriosa maniobra de Moción de censura contra Mariano Rajoy, forma gobierno provisional y ha estado al frente del ejecutivo español por lo últimos 16 meses (07/06/2018). Ha gobernado por decretos reales ya que no cuenta con mayoría parlamentaria, tanto así que no le fueron aprobados los presupuestos generales, básicos para gobernar, entre entras razones porque Unidas Podemos, a última hora se retractó y no votó por lo que había trabajado con la gente de Sánchez.
Este es el primer gran desencuentro que objetivamente pudiéramos decir que disocia al PSOE de las de Iglesias. Van a elecciones generales y Sánchez sale fortalecido, pero sin la fuerza suficiente para tener que contar con un socio “preferente”. El tumulto en las afueras de la sede del PSOE de la calle Ferraz de Madrid le grita a Sánchez: con Ribera No, respondiendo a los desplantes del líder de Ciudadanos hacia los socialistas en la campaña.
Le toca, entonces, tratar de formar gobierno con Unidas Podemos, es decir, con Pablo Iglesias. Hay un precedente en el cual Pablo pidió dos vice Presidencias y seis ministerios, la jefatura del CNI (los servicios de inteligencia españoles) y otras cosillas. Esta vez Sánchez le dice a Pablo, quien pide un gobierno de coalición, que con él dentro del Ejecutivo no va, pues, habría dos gobiernos en España. No es difícil entender la megalomanía de Pablo Iglesias en rol de Ministro de un gobierno.
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Sánchez no le toma la oferta y abiertamente le dice que el problema es él, Iglesias. Éste rápidamente responde que él se sale para no ser obstáculo de un gobierno progresista y renueva su propuesta, esta vez más ambiciosa y como su sustituto, por supuesto, propone a su mujer: Irene Montero, una gota de agua de Pablo, quizá un poco más amarga y radical. Pablo Iglesias marcó bien sus intenciones: si te apoyamos vamos a gobernar, esté yo o no en el gabinete.
¿Cómo conciliar la social democracia que sostiene el PSOE con la izquierda Borbónica de Unidas Podemos? Desde 1912, en Rusia surgió este conflicto que se terminaría en favor de los Bolcheviques en 1917, después de muchos muertos del mismo bando
Lenin ganó e impuso su dictadura del Proletariado, acabando con los Mencheviques y todos los demás disidentes de la izquierda rusa. Pablo Iglesias e Irene Montero representan hoy a esa tendencia histórica de la izquierda: “ni olvidan ni perdonan”. Sánchez que hasta el momento ha hecho un gobierno progresista y decente en España y que en la Unión Europea le ha dado un gran respaldo a su unidad, volvió a intentar formar gobierno con Iglesias.
Los resultados ya los conocemos: Unidas Podemos pidió más cargos y más condiciones. Al final, vamos nuevamente a elecciones el próximo 10 de noviembre. Los españoles deberán juzgar muy bien, los meses de Pedro Sánchez en La Moncloa, las posiciones que ha tomado la derecha, las veleidades de Ribera y las desmesuradas ansias de poder de la pareja Iglesias Montero. Yo, esta vez, con toda confianza le votaría al PSOE. En Cataluña al PSC del carismático Mikel Iceta y en el País Vasco al PNV, por su buena gestión. Queda fuera de toda duda que en Cantabria no solo le votaría, sino que haría campaña por su Presidente, el Sr. Miguel Ángel Revilla; si tienen dudas, dense un paseo por Cantabria.