La huella perenne de Boves, por Tony Rivera Chávez
La calificación de José Tomás Boves como “líder social” no se perdió en el tiempo cuando fue clarinada en una sociedad dividida en clases que representaba el dominio de la esclavitud, la oligarquía y el feudalismo que se traducía en el Poder de los mantuanos. Esta insurgencia dirigida por el asturiano español contra la clase de los blancos dueños de todo cuanto significaba el Poder Económico se desarrolló bajo la fuerza inclemente de un caudillo que derrotó al Ejército de los patriotas en razón de que estos se ubicaban al lado de ese sector despreciable por el pueblo explotado.
Sin duda la habilidad de la clase dominante manipulando todos los aspectos necesarios para el resurgir de su predominio y basados en las necesidades del “tener” de los desposeídos fabricando ofertas engañosas y nunca cumplidas cayeron en la trampajaula para seguir marginados desde la explotación del terrateniente, el militar o el extranjero en una nueva manera de seguir en lo mismo pero bajo el manto de una Patria que le era ajena.
En estos tiempos de libertad republicana en curso quedaban también atrás las ideas liberales de Miranda y la posición disidente de Carlos Manual Piar para llegada la República darle paso a la fuerza de la violencia de los triunfadores como buenos herederos de los mantuanos cosa que selló unas estructuras para un sistema de corrupción, dependencia y negación de una democracia popular.
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Los deseos de Boves de destrucción del Poder mantuano habían quedado en veremos lo cual hizo resurgir en cada tiempo de alebrestamiento del pueblo nuevos Boves y nuevas respuestas. Zamora fue en buena parte ese segundo Boves que siendo más bien un pequeño burgués con ideas nada sistemáticas y un tanto dislocas lanzó ese grito de revolución para buscar las huellas de ese criminal muerto en la Batalla de Urica pero nunca desaparecido en cuanto espíritu presente para la dislocación del orden establecido siempre muy alejado de lo que realmente quiere el hombre común.
Al final Ezequiel Zamora siguió el camino de Boves para desaparecer materialmente de la escena para quedar como testigo de la lucha en el tiempo entre pobres y ricos
Así transcurrieron periodos donde bajo el Poder Totalitario Dictatorial se mantuvo esa herencia de viejos tiempos en bajo perfil cuando las matanzas siempre vigentes servían de ejemplo para pacificar cualquier vestigio de esas ideas igualitarias y de reclamos hacia el Poder consolidado.
La República siguió estando en manos del “mantuanismo” solo que este se ajustaba a las circunstancias y de esta forma se produce una flexibilidad que tenía como objetivo usar la democracia representativa como tendencia en la imitación de soluciones en el mundo de los países desarrollados. Como era de esperarse esto fue una tregua medio “pacifica” en cuanto a guerras o montoneras generalizadas porque en las calles se seguía persiguiendo y matando pobres.
Reflejado el Poder en manos de una burguesía nada independiente y un Ejercito en pugna contra el mundo civil por el uso y abuso de los beneficios burocráticos apareció de pronto el fantasma de Boves esta vez sobre tanques, aviones y en grupos de asalto para a la larga tomarse el Poder bajo ese aspecto nunca satisfecho de la igualdad social.
Esta vez la normalidad no se manifestó para darle al marginado la oportunidad de vivir mejor sino que como quizás tomando la vía más fácil haciendo pobres a todos en un reparto de miserias a lo cual han llamado “socialismo”
Las masacres ahora con mayor descaro se ven a cada tiempo para recordar de quien es el Poder. Ahora el asunto no es de blancos, negros o mestizos sino de destruir a “quien tiene” si no acata el mandato para combinar todos los males históricos en una “revolución” donde el totalitarismo es extremo al monopolizarlo todo para usar alimentos y medicinas para arrodillar al necesitado.
El caso es que en definitiva ese espíritu salvaje usando “lo social” como máscara para matar, exterminar, desaparecer, destruir, violar, asolar y levantar banderas populares se repite para lejos de hacer una sociedad justa enaltecer los derechos de las Bestias en el siglo XXI.
Hemos perseguido las huellas de Boves de siglo a siglo de tal forma que apegados a esta Patria cometemos los mismos extravíos siempre observados desde los Imperios que acuden para atizar los conflictos o aplacarlos; en estos momentos de espantos colectivos, con criterios propios e interesados.
¡Nada es azar¡