La injusta detención del joven pelotero venezolano Wilfredo Aguilar, por Ángel Monagas
Hoy no quiero hacer presunciones, ni siquiera ser crítico de ninguna postura. Aunque evidentemente mis palabras contienen una seria expresión de reclamo.
Este país no solo está al revés. Perdió su forma, su naturaleza.
Hay dos tribunales supremos, dos presidentes, dos contralores, uno por cierto sin nombrarse, dos procuradores e insólitamente tenemos tres parlamentos, de los cuales solo uno tiene reconocimiento legal: Asamblea Nacional, Presidida por Juan Guaidó; Asamblea Nacional (CLAP) presidida por Luis Parra, carente de toda existencia jurídica por no contar con la votación requerida y Asamblea Nacional Constituyente, irrita, ilegal, absolutamente al margen de la ley.
En este panorama, tiene necesariamente que haber varios tipos de venezolanos. Muchas posturas, juicios, y lo más grave la transformación de los valores en anti-valores.
Un venezolano que todos los días muta, se transforma.
La justicia es una quimera. La economía no puede estar peor. Estudiar y ser profesional, es una actividad sin ningún futuro.
Un “bachaquero”, si, ese que vive de llenar el tanque de gasolina y luego venderla, gana más que cualquier médico, abogado, educador o funcionario de seguridad.
La salud sigue en cuidados intensivos. Acudir a un hospital público constituye una sentencia de muerte, a priori. Vale mencionar, como héroes a los médicos, enfermeras, que se mantienen sirviendo dentro de ese complejo cuadro de los servicios. Igual decimos de los educadores.
¿Quién secuestro el país? ¿Dónde está? ¿Quién lo retiene?
El socialismo chavista es el principal responsable a mi juicio y no es menos despreciable, la colaboración de algunos sectores de la oposición.
Los venezolanos que nos quedamos aquí, definitivamente lo hacemos por razones distintas a las normales. Yo por ejemplo, no me planteo emigrar a mi edad voluntariamente. Irme a otro país a pasar calamidades, a vivir de un oficio manual, de un trabajo de producción. Solo lo haría por obligación y ciertamente, todos los días reflexionó sobre el tema porque tengo un hijo menor, en pleno desarrollo, lleno de ilusiones.
Los jóvenes tienen otra mentalidad. Buscan oportunidades. Un futuro y aquí no lo ven. Quizá es un error, pues muchos no planifican, no se preparan para enfrentar otras realidades y de allí las consecuencias.
Hay una expectativa nacional con Guaidó. La gente lo espera para saber de hechos concretos y no meras palabras. Pudiera ser su última oportunidad.
Venezolanos presos huyendo de la dictadura:
No sé, qué noticias trae Guaidó. Como la mayoría quiero realidades, hechos y no palabras.
Dentro del desarrollo de mi trabajo recibo denuncias, reclamos, planteamientos.
Hay cosas que me cuesta entender.
¿Cómo es posible que el gobierno de los Estados Unidos persiga y detenga venezolanos que huyen de la dictadura? De verdad ¿Quieren ayudarnos?
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Vuelvo a recordar un caso emblemático: el joven Wilfredo Aguilar. Pelotero zuliano de 19 años, quien fue detenido en la frontera con México, ingresando sin visa (la tenía vencida).
Él como muchos buscaba una oportunidad. Su desmedida pasión deportiva lo hizo obviar los riesgos.
Fue detenido y encarcelado. Donde están no puede llamarse de otra manera: mala comida, mala atención médica, aislamiento.
Las autoridades venezolanas han sido deficientes en la atención, muy a pesar de lo expresado por el Embajador Vecchio.
No hay seguimiento, ni continuidad en los reclamos.
Solo las familias, sufren día y noche observando como el tiempo pasa inclemente y nadie les responde. En Estados Unidos los detenidos por entrar de esa manera, son considerados ciudadanos de “segunda”, casi que ni “seres humanos”.
Sigo sin comprender ¿Cómo es que Donald Trump, Marco Rubio, Mike Pompeo, Pence y varios personajes se lucen declarándose amigo y defensores de la causa venezolana y permiten esta clase de hechos?
En el ejemplo de Wilfredo Aguilar, él tiene asilo aprobado y el capricho de una fiscal lo mantiene detenido. Ella “apeló” porque no comprende cómo tan joven pide “asilo”. Ojalá viniera a Venezuela y observará.
La semana que viene seguiremos abordando otros temas de nuestra crisis.
Lo único que quisiera pedir, si es que por casualidad alguien con la autoridad o la cualidad para actuar la lee, es solicitarle a Guaidó que interceda ante Donald Trump por ayuda para los miles de venezolanos detenidos por la OCEI.
Venezolanos que persiguen un sueño, que intentan encontrar la esperanza, el futuro negado por una dictadura cruel y despiadada, incansable en su afán de destruir el país. Ellos tienen derecho a vivir en un país distinto y mejor.
El Padre Celestial los cubra y les permita soportar su injusta detención.
Conservó la fe de conmover y tocar los corazones de los funcionarios venezolanos y estadounidenses responsables…
A la familia del joven Wilfredo Aguilar, solo puedo garantizar que no olvidare su situación, aunque yo no tengo la solución, persistiré en denunciar y reclamar por su injusta detención y que sirva de ejemplo a otros en similar penosa situación.
No solo esto ha pasado en Estados Unidos. En otros países también, sumado a la xenofobia y mal trato a los venezolanos.
Confiado estoy que más temprano que tarde, la justicia aparecerá. Que la fuerza los acompañe compatriotas detenidos, a ustedes y sus familias.