La insoportable estulticia circundante, por Walter Boza
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Erasmo de Rotterdam escribió en 1467, una de sus obras más universales y cuyo primer título en español fue “Elogio de la locura”, posteriormente ha sido traducido como “Encomió de la necedad” y mas comúnmente “Elogio de la Estulticia”, obra dedicada a su gran amigo Tomás Moro otro gran humanista inglés, a quien Erasmo asumía su alma gemela, por las profundas y múltiples coincidencias que tenían.
El Elogio de la locura o Elogió de la estulticia es una obra maestra que ha perdurado a través de los siglos, no es el propósito de estas líneas hacer un análisis de la obra de Erasmo, que ya ha sido bastante analizada y difundida, pero si, hacer algunos comentarios acerca de la estulticia para comprender mejor el desarrollo de este artículo.
El Elogio de la locura o de la Estulticia fue escrito en un tono sarcástico, mordaz, irónico en donde la locura, estulticia, necedad, insensatez y estupidez se imbrican entre sí teniendo el mismo significado. Capítulos dedicados a los charlatanes, juglares y bufones, como el poder sobornaba a los retóricos y les ponía sueldos para que escribieran alabanzas y defendieran lo indefendible, y cómo “sabios“ y “doctos” con narcisismo insuperable se prestaban a cualquier desfachatez con tal de mantener su ego enfermo intacto y obtener prebendas.
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La insensatez, la estupidez, la bobería, la necedad, la fatuidad, el interés personal por encima de intereses superiores, la falta de probidad, el cinismo, la ignorancia, la venta de sus conciencias, la mala fe, la simulación y el engaño, la mentira y la falsedad, declaraciones insulsas, la arrogancia, la manipulación, la superficialidad y la torpeza son algunos de los “atributos” de la estulticia y de los estultos de ayer y de hoy, de toda la historia de la humanidad.
Hoy en época de crisis profunda, de destrucción de valores, de desmoronamiento de la moral y la ética, del dolor de muchos y el aprovechamiento salvaje de unos pocos en el poder, se presenta con mucha fuerza la estulticia y aparecen muchos estultos en escena para, sin querer algunos y queriendo y cobrando otros para edulcorar la dictadura y para justificarla, otros más cínicos se han empeñado últimamente en desacreditar, de destruir con saña a la única opción cierta que tenemos para salir de esta pesadilla, para esos estultos es más importante salir de Guaidó que salir de Maduro, son opositores dé pacotilla, a la medida del régimen, más que cohabitadores, son cómplices y sostenedores del actual estado de cosas.
Todo lo que debilite a Guaidó favorece a Maduro y estos estultos tarifados se empeñan en eso engañando a la ciudadanía y creando confusión y escepticismo. La argumentación de qué Guaidó no ha podido salir de Maduro es falaz, es precisamente lo contrario, Maduro no ha podido salir dé Guaidó.
De hecho en Venezuela hay dos presidentes y es un hecho político real, eso constituye un problema para Maduro y su cúpula, la comunidad internacional lo considera un usurpador y no lo reconoce como presidente a eso se le añade el juicio por crímenes de lesa humanidad que le sigue la CPI y las evidentes pruebas de macro corrupción que tiene como protagonista principal al Sr Alex Saab, preso en EEUU y la dictadura lo presenta como un Héroe nacional, con un impresionante cinismo e intentando burlarse de los Venezolanos.
Es urgente la construcción de una unidad verdadera, por la base, del pueblo, de los ciudadanos, separándose totalmente de esos pseudo dirigentes gastados, fracasados y estultos que no tienen autoridad moral ni política para dirigir al país.
Es urgente acelerar el proceso que conduzca a elecciones presidenciales y de Asamblea Nacional, libres, transparentes, verificables, unas verdaderas elecciones en donde se exprese la voluntad del pueblo y no un remedo de elecciones, unas falsas elecciones como son las que hemos presenciado en los últimos años en Venezuela.
Generar un proceso de reencuentro y reconciliación de los venezolanos, dirigir la mirada hacia el futuro y construir una democracia a la altura de las complejidades de hoy; para lograr ese objetivo es fundamental un acuerdo entre los venezolanos decentes, lúcidos, honestos, con visión de estadistas, conocedores de la realidad nacional y con propuestas serias y ejecutables.
Para lograr esos sueños, esos objetivos es imprescindible derrotar a la estulticia y a los estultos.
Finalmente, es bueno aclarar que el gobierno está atiborrado de estultos, pero tienen la fuerza bruta que es lo único que los sostiene en el poder.
Walter Boza es médico psiquiatra
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