La Invasión Consentida, por Héctor Pérez Marcano
(Colonia Granada, Alcaldía Miguel Hidalgo, Ciudad de México)
Acabo de terminar la lectura de un libro cuyo título es el de este artículo.
Es el trabajo de un grupo de periodistas e investigadores que para protegerse lo atribuyen a Diego G. Maldonado, quien no existe. Como afirman en la solapa del libro es un nombre que representa la libertad de expresión y de pensamiento.
Es una investigación profunda y veraz de cómo Hugo Chávez subyugado por Fidel Castro convirtió a Venezuela en una colonia. Es la historia de cómo y por qué un Estado se somete a otro de manera voluntaria. La seducción la describen así: «El teniente coronel aparece en la puerta del avión y comienza a descender la escalerilla sin mirar hacia abajo. Se diría que es capaz de levitar si no fuera por el pesado maletín negro que lleva en la mano izquierda y lo mantiene sujeto a la tierra. La sonrisa amplia, los ojos brillantes como un espejo en el que se refleja la figura del Comandante mirándolo a él descender. Aturdido por la sorpresa. Da un ligero traspié en el último escalón y se inclina con torpeza. Tras la reverencia accidental, que lo hace desaparecer de escena por un instante, se endereza y abraza a Fidel Castro por primera vez. Su mejilla roza levemente la legendaria barba gris. Sus manos se apoyan, todavía incrédulas, en la espalda del líder cubano con delicadeza. Como si temiera despertar”
A partir de ese abrazo los venezolanos seremos testigos de un fenómeno único, uno de los más peculiares de América Latina y de la geopolítica mundial: el de la sumisión voluntaria de una nación rica a otra más chica y arruinada.
Todo ello porque la débil personalidad de Chávez sucumbió ante el magnetismo de Fidel.
Así lo reconoció el débil coronel el 14 de diciembre de 2009 en la clausura de la VIII cumbre del Alba. Dijo Chávez: ”Fidel me hizo el honor, gracias mi Comandante, de convertirme en hijo suyo y yo así me siento”. Ese amor filial sepultó el porvenir de Venezuela que transfirió todos sus recursos económicos a un proyecto arruinado y fracasado pese a recibir poderosos subsidios de la URSS. El billón de US$ que Venezuela (Chávez) le transfirió a Cuba hubiera servido para asegurarnos un desarrollo sostenido y a salvo de los vaivenes de la economía mundial.
Lo risible, y hasta irónico, es que como se desprende de la investigación de “La invasión consentida” es que lo que fue un negocio de miles de millones de US$ basado en la comercialización del trabajo de profesionales y técnicos cubanos se plantea como un gesto de solidaridad y desprendimiento de Cuba a Venezuela.
Chávez se refiere a la labor de los cubanos como si se tratara de una ayuda humanitaria y no de un servicio por el que La Habana cobra miles de millones de US$.
Es la historia que reseña dos décadas en que el régimen de los Castro ha operado en buena parte de los sectores estratégicos de Venezuela, recibiendo enormes beneficios económicos y acumulando cada vez mayor poder político,
La “Invasión consentida” es un relato apasionante que devela el fenómeno inédito en tiempos de paz: la entrega de la soberanía de un país a otro.
¿Cómo se logró convertir a Venezuela en colonia cubana?
Es la grave responsabilidad de Hugo Chávez quien fue subyugado por Fidel Castro y este se aprovechó para lograr que la enorme riqueza petrolera venezolana fuera transferida a la economía cubana en bancarrota después de desaparecido el subsidio soviético.
Se calcula que la subida del precio del petróleo venezolano por encima de los 100 dólares el barril le produjo a Venezuela un excedente de 1 billón de dólares. Todo ese inmenso excedente fue a parar al barril sin fondo de la economía cubana que pese a ello sigue siendo una economía arruinada y al borde de la debacle definitiva. Cuba tiene hoy una economía fosilizada y parasitaria.
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Ahora bien para calibrar la magnitud del daño causado a Venezuela se imaginan ustedes qué grado de desarrollo tendría hoy nuestra economía si en 1999 se le hubieran inyectado esos 2 billones de dólares. ¿En qué nivel de desarrollo estaríamos?
En el libro se encuentra un dato importante: es el planteamiento por el cual rompieron Chávez y el Gral. Baduel. En un momento dado Baduel expresó lo siguiente: “Nuestro modelo de socialismo debe ser profundamente democrático. Debe dilucidar de una vez por todas que un régimen de producción socialista no es incompatible con un sistema político profundamente democrático, con contrapesas y división de poderes. En este aspecto considero que deberíamos apartarnos de la ortodoxia marxista que considera que la democracia con división de poderes es solamente un instrumento de dominación burguesa». Ese planteamiento le costó al Gral. Baduel una vil calumnia y un largo carcelazo.
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