La llanera solitaria, por Aglaya Kinzbruner

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El 31 de enero de 1933 apareció en un programa de radio de la estación WXYZ en Detroit «El Llanero Solitario» creado por George W. Trendle. Tuvo un éxito grandísimo. Se inspiraba en el Llanero Solitario (The Lonely Ranger) de Fran Striker. Este es un personaje de ficción, un ranger de Texas que galopa sobre su caballo blanco, Silver, al grito de ¡Hi – O Silver, corre! acompañado de su aliado el nativo Tonto que en potawatomi (Trendle era amigo de esa tribu) significa valiente, salvaje.
Lo que significa en español no estaba entre los conocimientos lingüísticos de Striker/Trendle y tuvo que ser cambiado a Toro para la edición española cuando se enteraron. Tampoco sabían que los idiomas nativos americanos conjugaban los verbos perfectamente, usando algunos, prefijos, infijos y sufijos para determinar tiempo, número de personas, etc. y no había ninguna necesidad de que Tonto usara siempre el infinitivo.
Pero, la fascinación con estos personajes no reside en ciertos estereotipos preexistentes. La fascinación se debe a su ética aristotélica siempre presente, la idea que la felicidad reside en la virtud, su deseo de justicia y a que ¡los malos siempre pierden la partida! Su éxito motivó a Fran Striker a escribir varios libros, programas de televisión igualmente populares que se emitieron entre 1949 y 1957, los comics y last but not least varias películas.
En cuanto al origen de su inspiración hay tres hipótesis principales. Una es Robin Hood, una leyenda inglesa, donde un bandolero les roba a los ricos para regalarles a los pobres. En cuanto a leyenda anónima no estamos tan seguros de esto ya que Robin Hood aparece en el libro Ivanhoe de Walter Scott. La segunda hipótesis se refiere al Zorro, otro justiciero libertario cuyo secretario es mudo, el secretario perfecto, uno de sus adversarios es el sargento García, un oficial cuya barriga es tan grande que ¡le impide verse los pies! La tercera hipótesis se refiere a Bass Reeves, un esclavo negro que peleó en la guerra civil americana, quedó liberto y fue el mejor Deputy US Marshall en el Oeste de Arizona.
Luchar por la justicia es un ideal muy hermoso y eso hace suponer que los que luchan por ella se encuentran en sitios donde esta no abunda. Ya en tiempos anteriores a los bíblicos, el Código de Hammurabi decía «Un ojo por un ojo, un diente por un diente, una nariz por una nariz, una oreja por una oreja». ¿Qué pensaría entonces Hammurabi, sexto rey de Babilonia, de una diputada que buscaba la libertad de su país y fue acosada por otra que a taconazo limpio le fracturó la nariz en cuatro?
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Nikolai Gogol en su cuento La Nariz lo explica perfectamente. Un día un burócrata, Kovalev, despierta sin nariz. Esta lo ha abandonado y se ha puesto por su cuenta. ¿Por qué? Porque la nariz es un símbolo social y, como tal, es más importante que él. Eso explica los taconazos.
¿Habrá algún día justicia en este caso? ¿Habrá justicia con jueces maltratados, vejados, solo por poner la justicia por encima de su conveniencia? ¡Menos mal que ahora Venezuela tiene su Llanera Solitaria! ¡Hi – O Silver, corre!
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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