La lucha es caiga quien caiga, por Ángel Monagas
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Escribir sobre lo que ocurre en Venezuela, al estilo caiga quien caiga, trae consecuencias.
Muchas veces dentro de tu propio círculo familiar o de amistades se molestan.
Cuando se ve más allá de lo aparente, de lo que parece ser y no lo es, muchos no aceptan. Es más fácil escuchar solo lo que nos complace.
Es más aceptable (piensan) creer en una mentira agradable, que en una verdad dolorosa, como diría ese gran zuliano hoy en otro paisaje, Ernesto García Mac Gregor.
Hay que hacerlo. No queda de otra.
Gracias al Padre Celestial. Quizá a su iluminación. De cien cosas que hemos asegurado, 99% ocurrieron.
Confieso que hubiese querido estar errado.
Sin embargo, insisto. No es fácil. El temor a quedar aislado pudiera convencerte de hacer lo contrario y decir lo que la gente quiere oír. Es el ejercicio del populismo en los medios. Practicado por muchos desde la televisión, radio, prensa escrita, redes sociales. Fundamentalmente, un sector radicado en el exterior, acostumbrados a vivir de ese oficio y a operar con grandes negocios. No todos, por supuesto.
Ayer manejaron televisoras del Estado que desfalcaron a su salida y con cuyos bienes montaron otros aparatos.
Entre su postura y acciones y las de un «enchufao» y»boliburgues», no hay ninguna diferencia, solo distintos sentidos.
La dirección es la misma: defender los intereses económicos, cosa que yo comparto con una condición: es válido defender a los que apuestan su capital, producto del trabajo, del esfuerzo. Lo nocivo es defender a los beneficiados de fortunas mal “habidas”, sea vía del narcotráfico o bien escondida a través de las ONG, fundaciones supuestamente como «ayuda humanitaria».
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Muchos medios reciben financiamiento variado. Ni los «bolichicos» se salvan.
Hoy el «guiso» es otro en el mismo ramo televisivo.
Manejan «jugosas» cifras para alimentar una nómina y atacar cualquier crítica a los «protagonistas» de turno.
Ante cualquier cuestionamiento te califican de «mercenarios», de ser parte del «G2 Cubano» y los que realmente juegan al chavismo son ellos.
Unos directamente y otros indirectamente. En 21 años de dictadura, estas vedettes no han sido ni cerrados en sus medios. Algunos deciden irse por otros intereses, no de conocimiento público. Si la gente supiera… Dios.
También son enemigos mortales y ojalá en la nueva Venezuela disminuyan su poder de influencia.
LOS CHAVISTAS DE AZUL EN LOS MEDIOS SE DEFIENDEN Y ATACAN
Son ellos los verdaderos guerreros del teclado. No me preocupa ser incluido en una lista cuyo texto señala «algunos supuestos periodistas» que continuamente ayudan a impulsar desinformación y campañas de destrucción.
Los venezolanos saben quienes cobran por dar un retuiteo, tuiteo o hablar a cada rato por redes para defender a quienes tienen 21 años acompañando a una oposición que no ha podido derrotar ni derrumbar el chavismo.
Quieren su propio Telesur, para hacer lo mismo que los actuales. Como lo han hecho robando un canal como EVTV a su legítimo propietario. Por cierto hasta «mal agradecidos» son porque esa persona los llevo, los mantuvo, les pagó residencia y les ayudó a obtener papeles. Así es la vida.
Sienten su espacio de “estrella” invadido. En mi caso, dispuestos estamos a debatir quien ha sufrido más los ataques de la dictadura.
LA POLÍTICA DE MEDIOS NO ES LO MISMO QUE LOS MEDIOS DE LA POLÍTICA
La política es un juego muy complejo. Difícil, con reglas muy duras y casi inmutables.
Reconozco mi error en creer que había liderazgos alternativos en Venezuela.
Es triste pero en Venezuela, después de «Guaidó», como dijo en alguna oportunidad su jefe de prensa «lo que hay es la nada».
Los viejos sobrevivientes de la política. Esos que tienen más de 20 años dirigiendo maquinarias, como buenos estrategas, solo se han dedicado a manejar la posibilidad de actuar como «Caballos de Troya».
LO MÁS GRAVE que ocurre en Venezuela, es el vacío de liderazgo. En las regiones ocurre lo mismo.
No pretendo molestar a nadie solo motivar a trazar rutas alternativas de liderazgo.
No hablo del chavismo porque es incuestionable su postura: buscar mantener el poder, bajo cualquier forma, violando cualquier principio, aplicando todas las armas para manejar el poder. Son los mejores ejemplos del Machiavelismo moderno. Erróneamente, subestimados. Los militares eternos. Los que siempre en Venezuela han manejado la «cosa» paralelamente, ahora lo hacen directamente, en un acuerdo con esa plaga del «castrocomunismo».
Como «Terminator» los chavistas van superando sus errores con máquinas mejoradas.
¿Hasta cuándo subestimarán al sistema que nos gobierna?
La sanción a la empresa subsidiaria rusa es una buena oportunidad del sobreviviente Guaidó para despertar a una población inerte un tanto abúlica.
La lucha no es contra MADURO, contra Diosdado, Tareck y otros. Es para sacar de raíz toda una superestructura, cuyo único objetivo es lucrarse y sobrevivir para seguir haciéndolo.
Estamos en el deber de construir una mejor Venezuela y en esa tarea de todos los sectores se pueden lograr aportes importantes.
Yo no quiero (lo he repetido cientos de veces) sacar a Nicolás o al PSUV, para que venga algo peor, con más ganas de hacer dinero gracias a la política sin importarle la gente.
Lo que nos trajo hasta acá, definitivamente no nos puede llevar a la Venezuela que queremos.
El chavismo es una mutación de los errores políticos hasta 1998. Hasta ese año decíamos que lo importante era sacar a CAP y que llegara Chávez.
Hoy dicen muchos que jerárquicamente, lo importante es sacar a Nicolás… ¿Se repetirá la historia?
Habría que preguntar a la ciencia médica si de un cuerpo enfermo por el virus de la corrupción, casi moribundo, se pueden obtener anti-cuerpos para evitar el contagio y pronta recuperación.
Para que un imperio se levante, otro tiene que caer… Y si no hay caído en 21 años porque no conquistamos uno nuevo que logre imponerse.
Por más sanciones que aplique Trump, la solución final corresponde a nosotros.
Es el tiempo de Guaidó. No tengo dudas. A él lo apoyo, ahora no me pidan que quite la mirada sobre lo que mi vieja profesora de Historia Luzmila Niño decía «Las camarillas». De esos, seguiré en otros Caiga Quien Caiga.