La mentira G de la Constitución: “ni quiere ni puede”, por Eduardo López Sandoval
El padre Luis Ugalde bien escribe el artículo que denomina Ni quiere ni puede. Cuando dice que ni quiere ni puede se refiere al interfecto, quien “Se aferra al poder y acelera la agonía de Venezuela con más miseria y muertos. No hay argumentos que permitan pensar que el desastre puede mejorar con este régimen; prolongar la agonía no es “ganar tiempo”, «sino destruir millones de vidas.”
Estamos tan de acuerdo con lo escrito en este memorable artículo –digno de ser recordado–, que bien pudiéramos copiar todos los razonamientos referidos al título, no quiere y no puede, como la siguiente obviedad: “…Maduro desde el poder “ni quiere ni puede” cambiar su “socialismo del Siglo XXI” y carece de toda confianza interna y externa para la reconstrucción y para recibir el apoyo internacional masivo y activar la inversión privada multimillonaria, sin los cuales Venezuela no tiene vida. Maduro ni quiere ni puede.”
Tomamos un pasaje del artículo para soportar nuestra tesis: es necesario borrar la Constitución vigente, para lo cual es necesaria la elección de una nueva Asamblea Nacional Constituyente, una verdadera, no como el-tarantín-que-llaman-Asamblea-Nacional Constituyente-hoy, que usurpa los espacios naturales del Poder Legislativo Nacional.
El destacado escrito del Padre Ugalde de semanas pasadas, dice: “Venezuela tiene una constitución elaborada en su momento por la mayoría chavista y hoy violada sistemáticamente por el chavo-madurismo. Elecciones libres y respeto a los derechos humanos y la Constitución son dos irrenunciables puntos de encuentro (nacional e internacional) para la recuperación y reconstrucción de un país reconciliado. Pero Maduro ni quiere ni puede aceptarlas y dice que se puede discutir todo menos su usurpada presidencia hasta el 2025.”
Esta Constitución chavista hace alarde de centralismo. Si la hizo Chávez en el poder es lógico pensar que el resultado sería una Constitución más centralizada, porque nadie desde el omnímodo poder –como el que han manejado desde el Poseso-, se va a restar poder
Además del centralismo, que es una enfermedad tan generalizada que hace necesaria una nueva Constitución, hoy señalaremos un carácter eminentemente chavista de la vigente Constitución, en cuanto a que es una completa mentira, nos referimos a la llamada Constitución Originaria. Esta categoría es falsa por razones históricas y por las razones lógicas que de su aplicación práctica se derivan.
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La falsedad. El Artículo 347 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela miente: “El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución.”
El Poder Constituyente Originario es posible sólo una vez, nació y listo. Se originó y ya, si se origina una segunda vez ya es una segunda cosa. Nada ni nadie puede nacer dos veces, si acaso pudiéramos ver que alguien pudiera nacer de nuevo tendría antes que morir, y si ya murió y resurge otro ente, ese no es el que murió, sería otro.
En el caso de Venezuela el Poder Originario se agotó cuando el país nació de la Gran Colombia en 1830 por gestión de José Antonio Páez
El caso del-tarantín-que-llaman-Asamblea-Nacional Constituyente-hoy, además de ser írrita no es Originaria. (Vale este paréntesis, la mencionada es írrita porque se deriva de una elección que llenó el álbum de las barajitas de todas las trampas, especialmente se hizo en una elección “sectorial” cuando ésta debió ser una elección “universal”. De la palabreja írrita nos dice el Diccionario Jurídico Elemental, que es: “Nulo; sin validez ni fuerza obligatoria”).
Allá vienen los gochos. Un grupo de andinos ha presentado desde hace varios años el proyecto de solución a la crisis Venezuela. Se podría decir que es el mejor proyecto, tanto se destaca que vale escribir: es el único proyecto alterno a la destrucción causada por este Socialismo Bolivariano. El Proyecto se denomina, “La Rebelión de las regiones, Proyecto país Venezuela reconciliada”. Plantea que Venezuela no sólo requiere un cambio de Gobierno, más que eso se requiere un cambio del Estado; proponen una Venezuela realmente descentralizada, de régimen parlamentario. La propuesta es hermosa en cuanto responde a la pregunta de la sustancia, al ¿qué?, pero es ausente –por no decir fea-, en cuanto a la cuestión adjetiva, a la respuesta a la pregunta del ¿cómo?
El fruto de la posibilidad de ser Originaria la Constituyente que se convoque de acuerdo con el articulado de la vigente Constitución, se cae por la podredumbre demagógica chavista que le pesa, cuando leemos cómo sería la Iniciativa.
Ésta, –la Iniciativa-, está establecida en el Artículo 348: “La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral”.
Pregunto: ¿Los diferentes entes que tienen esta falacia de Iniciativa, si Originaria fuere, ante quién presentan la solicitud con los requisitos? ¿Ante un Poder Constituido que llaman CNE? ¿Y el control jurisdiccional de esta solicitud no lo hace un Poder Constituido llamado TSJ? ¿Y en el caso de la Prostituyente, no fue convocada por un Poder Constituido?
En cuanto a la gestión para hacer la tal Constituyente Originaria pasa por un Poder Constituido, ya no es Poder Originario.
¿Qué Poder Constituido se podría prestar para que un Poder insurgente -disque originario- lo borre del mapa?
Me despido a la llanera… Tus respuestas a las preguntas anteriores deberían llevarnos a esta conclusión: El Poder Constituyente Originario de la Constitución del 99 es demagogia de la más alta factura chavista.
Terminaba este escrito cuando nos llega un mensaje que dice: “Este jueves 11 de julio de 2019. La alianza Nacional Constituyente Originaria ANCO, dio inicio en Valencia, estado Carabobo, a una propuesta que busca la verdadera salida a la crisis que atravesamos todos los venezolanos… con la propuesta de un plebiscito, que contará con el apoyo y respaldo internacional en su determinante decisión… para decidir definitivamente … Si seguimos o NO con Maduro y su gobierno de secuaces… Ponentes: Dra. Blanca Rosa Marmol de León, Dr. Pedro Urrieta, Dr. Diego Arria, Ing. Enrique Colmenares Finol…” y la lista de doctores sigue, sigue y sigue…
Bien pudiera decir con el poeta español, “aquí hay muchos doctores y pocos doctos”, pero no, no juguemos con gasolina académica, nos conformaremos con comentar, –por lo íntimamente relacionado con el tema de hoy–, que lo de la letra G del título es por lo grande de la mentira de la Constituyente Originaria, sin embargo, miren como estos doctores se dejan engañar con la ya vieja mentira chavista de la Constituyente Originaria. Cuando se ve a tan “notables” personajes seguir el camino edulcorado de demagogia de la Constitución del 99, recordamos que tienen razón los “demagogizados” que gritan: uh, ah, Chávez no se va, Chávez vive.
Nota importante: Este artículo con frecuencia es consultado con mis amigos de la red, esta vez ha recibido una inusitada avalancha de críticas, en uno u otro sentido, en el aspecto referido a la mentira de la Constituyente Originaria en la Constitución del 99, lo que nos obliga a especialmente tratar el tema en próxima entrega. Estás invitado a participar en el debate que nos permite internet: [email protected]