¿La MUD vuelve a perder la goma?
En el momento que vive el país las particulares posiciones políticas de cada quien, muy legítimas por cierto, tienen que ser puestas a un lado. Lograr que se convoque el referendo revocatorio este año va a ser muy difícil, pero si para remate no se actúa de manera unitaria la cuesta va a ser mucho más empinada. Es hora de rectificar
Autor: Sebastián Boccanegra
La Mesa de la Unidad Democrática no ha logrado confeccionar una política coherente después del importante triunfo logrado el pasado 6 de diciembre. Cuando la experiencia había demostrado que lo sensato era discutir lo que se iba a hacer, alcanzar el consenso y poner la iniciativa en la calle, las diferencias no han podido ser subsanadas y se viene dando tumbos durante todo el presente año.
Una demostración de lo que decimos fue la falta de acuerdo sobre la manera de salir de la tragedia nacional que significa el gobierno de Nicolás Maduro. Unos se decantaron por la enmienda, otros por el referendo revocatorio, algunos por la asamblea nacional constituyente, la renuncia también fue una opción barajada y hasta la declaratoria de abandono del cargo.
La situación hizo que el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús “Chúo” Torrealba, expusiera públicamente la falta de dirección que se venía produciendo, pidiendo que se retomara una actuación unitaria. La decisión de los abogados del Gobierno de anular la enmienda como opción, la de Maduro de no renunciar y el olvido de la declaración de ausencia absoluta del Presidente dejaron como única opción el referendo revocatorio.
La MUD anunció movilizaciones que se produjeron en buena parte de las capitales del país. Es verdad que la primera convocatoria no tuvo una asistencia muy numerosa, pero la segunda, sobre todo en Caracas, tuvo una buena participación. Luego de esta, los líderes de la entente opositora, Henrique Capriles y Henry Ramos Allup, no anunciaron más actividades.
Repentinamente el gobernador de Miranda lanzó al ruedo la propuesta de manifestar frente a las sedes del Poder Judicial. En Caracas la respuesta a esa iniciativa fue débil. La convocatoria no fue la debida. Al parecer, ni Acción Democrática ni Voluntad Popular compartían lo propuesto por Capriles. En el momento que vive el país las particulares posiciones políticas de cada quien, muy legítimas por cierto, tienen que ser puestas a un lado. Lograr que se convoque el referendo revocatorio este año va a ser muy difícil, pero si para remate no se actúa de manera unitaria la cuesta va a ser mucho más empinada. Es hora de rectificar.
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