La Nomofobia, por Carlos M. Montenegro

Carlos M. Montenegro | carlosmmontenegro22@gmail.com
Desde que el ser humano existe el mundo no ha dejado de progresar, aunque a veces con notables traspiés. A partir de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal por contrariar al supremo hacedor al darle un mordisco a una manzana, ya ven qué tontería, la humanidad empezó su imparable andadura progresando en todos los aspectos, y mirándolo bien con resultados en general más que satisfactorios. Claro que las cosas buenas no suelen ser regaladas y el formidable progreso en esta parte del universo desde entonces hasta nuestros días no ha sido gratis, para qué entrar en detalles.
Los avances de la humanidad, unos fortuitos y otros gracias a la inteligencia de los humanos y por qué negarlo, también de las humanas, ha ido con una velocidad, aunque con sus baches, uniformemente acelerada logrando cosas que nuestros antecesores jamás lo hubieran imaginado y mucho menos comprendido. Y no me refiero a aquellos seres anteriores al arca de Noé, no, sino a la generación recién pasada y si me aprietan un poco hasta la mía en mi niñez.
Pues bien, lo indudable es que la humanidad ha progresado y sus logros, inventados o encontrados han servido para que vivamos cada vez mejor, qué duda cabe, y a los que piensen que eso no ha sido tan fácil como lo cuento, debo darles un buen trozo de razón, pero no toda.
Es cierto que entre los seres humanos hay verdaderos monstruos, auténticos seres malignos, que a pesar de sus denodados esfuerzos no han conseguido destruir la civilización que empezó cuando nuestros primeros padres traspasaron el umbral del Edén, cerrando la puerta desde afuera. Todo esto viene a cuento al ver cómo la mayoría de los grandes inventos creados para mejorar nuestra forma de vivir, fueron con mucha frecuencia utilizados también para el mal.
Me viene a la cabeza el caso de la radio, que al poco de ser inventada, Goebbels el ministro nazi la usó con gran efectividad para “imbecilizar” a las masas, o el invento del aeroplano que no tardó en usarse para ametrallar a la gente y bombardear ciudades.
El vino y las bebidas alcohólicas, tan estupendas, sin embargo pueden ser muy malas, no solo por producir borracheras y resacas, sino que pueden causar una grave adicción llamada alcoholismo y desarrollar diabetes entre otros males.
Cosas tan vitales y exquisitas como la comida, que en exceso produce también adicciones que pueden afectar al corazón y muchas cosas que sé porque las leo, si no, consulte a los médicos. Y qué decir del café, Johann Sebastián Bach no podía vivir sin consumirlo era tan adicto que incluso compuso su Coffee Cantata. Napoleón en su lecho de muerte pidió una cucharada de café y lo masticó; en su autopsia se descubrieron los restos del café en su estómago. Una de sus frases famosas fue: “Preferiría sufrir con café a ser insensible”.
La adicción es considerada una enfermedad, en la que se busca el bienestar mediante estímulos externos, que suelen ser algunas conductas o sustancias. Esta patología afecta al individuo de manera que modifica su conducta y sufre del síndrome de abstinencia cuando no consigue lograrlo si no cuenta con el motivo, objeto o producto de su adicción.
Además de la comida, la cafeína y el alcohol hay adicciones de muy variadas clases como a la nicotina (tabaquismo), los juegos de azar y los videojuegos (ludopatía), a los ejercicios físicos, a las compras o alas drogas. En este último grupo están entre otras la marihuana, cocaína, heroína y opiáceos en general, metanfetamina, metadona, ketamina, esteroides, medicamentos recetados o no (como algunos jarabes).
Algunas pueden parecer leves, inocuas, apetitosas y divertidas, mientras otras lucen terriblemente peligrosas, pero no hay que llamarse a engaño. Es como los complejos, que los de superioridad parecen ser más graves que los de inferioridad, lo que es falso, ya que ambos son enfermedades.
Las adicciones pueden llevar a causar estragos, lo mismo una droga dura que una ruleta de casino, aunque por caminos y en tiempos diferentes.
Desde hace unas décadas las nuevas tecnologías han traído aparejadas a su innegable utilidadnuevas e insospechadas adicciones, por ejemplo a las redes sociales, con la consiguiente dependencia de Internet o ciberadicción, término que se refiere a una patología que supone un uso desmedido de Internet, a través de diversos dispositivos (ordenadores, teléfonos, tabletas, etc.), interfiriendo con la vida diaria.
Y en los últimos años ha aparecido la novísima adicción a los teléfonos móviles de tecnología “inteligente” o “smart phones”, que están empezando a ser considerados como de riesgo social. Los síntomas en esas personas consisten en que están la mayor parte del tiempo libre, tanto en sus casas como en lugares públicos, aislados de la realidad (excepto la virtual) y no se puede hablar normalmente con ellos al estar embebidos con el móvil, por ejemplo.
Lo que aparentemente era una afición desmedida se ha convertido en una nueva enfermedad llamada Nomofobia.
La Nomofobia es “una enfermedad propia de la nueva era y consiste en el temor extremo a prescindir del celular”. Ciertamente parecería una broma tonta para una reunión de amigos, de no ser porque diversas organizacionescomo la OMS entre otras, están tomando cartas en el asunto y hay científicos asegurando que es algo muy serio.
Al igual que lo que sucede con todas las fobias, la Nomofobia es irracional. La palabra viene de la expresión inglesa “No-Mobile-Phone-Phobia” y consiste en sentirun miedo irrefrenable asalir de casa habiendo olvidado el teléfono celular.
Esta patología surgió en el Reino Unido y quedó reflejada a través de un estudio que se realizó en el año 2011. Se analizaron a 2.163 personas y se comprobó que el 53% de los usuarios de telefonía celular sufren de ansiedad cuando pierden su aparato, se les agota la batería, el crédito, o no tienen cobertura en la red. El estudio también concluyó que el 58% de los hombres y el 48% de las mujeres sufren de esta fobia y que un 9% se siente estresado cuando sus celulares se encuentran apagados.
El 55% de quienes se sienten de esa forma ante la incapacidad de comunicarse por su celular, sostienen que reaccionan de esa manera por el miedo a estar “aislados” de las posibles llamadas o mensajes de familiares y amigos. Sólo el 10% confiesa que la causa es por su trabajo, que les exige estar conectados todo el tiempo.
Según los expertos, los jóvenes son quienes se encuentran más vulnerables a padecer de Nomofobia debido a sus costumbres y formas para relacionarse con sus amigos. El estudio indica sin embargo, que esto está constantemente cambiando.
La adicción puede ser tan grave que abundan casos donde los usuarios han necesitado terapia para superar sus problemas de dependencia. Lo siguiente, que hetomado, resumiéndolos groso modo, de uno de los informes que explican que los síntomas de un nomofóbico son de:
ANSIEDAD: Siempre deben tener cerca su smartphone. Si por casualidad se queda sin batería, su preocupación se incrementa considerablemente.
AISLAMIENTO: Si no dispone de Wifi para acceder a Internet, su mente está perdida. Sólo piensa en cómo o desde dónde tener acceso a la Red.
ADICCIÓN: Entra en sus perfiles de redes sociales múltiples veces al día para ver sus notificaciones. El número de “followers” y/o amigos pasa a ser una obsesión.
DEPENDENCIA: los nomofóbicos han pasado a ser seres completamente dependientes del smartphone, tableta o computadora. Poco a poco se van sugestionando con que hoy en día si no estás conectado “no existes”. El gesto de mirar el móvil para ver si tiene nuevos mensajes se repite constantemente durante cada jornada.
EGO: Inicia un camino de construcción de su marca personal en la red, cuidando su identidad digital como ha cuidado su imagen durante todo el tiempo.
ESTRÉS: La carrera en la comunicación, por “ser el primero en publicar” y estarconectado 24/7, desencadena un fuerte estrés a la persona nomofóbica.
INSOMNIO: Llega a su casa conectado desde el smartphone, y tras dejarlo cargando para el día siguiente, se conecta a través de la computadora. En muchos casos, el adicto se mete en la cama con el “computer” a su lado para seguir conectado el resto de la noche y la madrugada.
A pesar de todo bienvenidas sean las nuevas tecnologías, que además de su gran utilidad, hoy por hoy también son la única forma de poder escabullirnos, por ejemplo, de las mordazas y de esos que pretenden ocultar todas las atrocidades que están sucediendo, escamoteándonos la verdad.
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