La novia del chimpancé, por Aglaya Kinzbruner
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¿Quién inventó el aplauso? Parece que fueron los chimpancés. El aplauso no es para ellos un símbolo o una señal de aprobación. Todo lo contrario, es una afirmación del ser y un aviso de que están ahí, en caso de que alguien quiera invadir su terreno o quitarle la novia. El ser humano llegó al aplauso mucho tiempo después. Desmond Morris, etólogo y zoólogo, autor de «El Mono Desnudo» tiene una descripción muy tierna con respecto a los bebés y su aparente afán de aplaudir.
Explica que un bebé de seis meses ya sabe perfectamente si su mamá está en casa o no, siempre con el miedo subyacente de que pueda irse. Cuando la ve se pone tan contento que la quisiera abrazar. Eleva los bracitos para abrazarla pero no puede. Lo más cercano entonces es batir las manitos semi extendidas como un aplauso.
El aplauso como señal de aprobación tiene hasta un emoji que lo representa, dos manos juntas donde una se superimpone a la otra. Quisiéramos haber podido preguntarle a Umberto Eco (1932 – 2016) su opinión sobre la representación del aplauso y su importancia pero después nos enteramos que él pensaba que las redes eran el imperio de los idiotas. No era como para mandarle un tweet.
Sin embargo, es absolutamente cierto y verdadero que la descalificación aquí en Venezuela es uno de los mayores deportes y placeres del que goza el público. Basta que uno se manifieste por X, gmail, conferencias o entrevistas para que alguien diga que el tipo es un alacrán, una culebra, más epítetos animales que los que exhiba un zoológico. Si los insultos mataran, habría más de un conferencista, aspirante a político o político muerto en el mejor momento de su discurso.
Un discurso recurrente en nuestra política han sido los CLAP, su contenido o su no contenido, tanto vegetal como animal, el animal conteniendo vertebrados o invertebrados u otros representante de la fauna universal, su precio y la justeza de éste cuando la calidad no lo representa. El mismo nombre de CLAP que aparece en los comics como referente del aplauso no es más que el acrónimo de Comité Local de Abastecimiento y Producción. Sin embargo, no mucho de esto es cierto cuando el Comité no siempre es local, el abastecimiento y la producción tampoco. No queremos incurrir en el deporte nacional de la descalificación pero ésta a veces tiene cierta razón de ser.
Pero hay que admitir que en todas partes cuecen habas. El Dante, famoso por su Divina Commedia fue acusado en su tiempo de meter en el infierno a muchos de sus enemigos. Nada más falso. Dante además de escritor era filósofo, lingüista, conocedor de la Biblia de extremo a extremo y con conocimientos de la numerología a través del legado de Plotino y Pitágoras. Y todo, sin dejar atrás la Kabala.
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El 1 es el origen de todas las cosas. El 3 sirve de estructura a su obra. Cuando Dios se le manifiesta es en tres círculos concéntricos de luz. El 7 representa la perfección humana, los siete días de la semana, la Creación del Universo en siete días, los siete pecados capìtales. El 9 es el cuadrado del 3. El 10 es el número de mandamientos que Dios le dio a Moisés. (www.tuttomondonews.it) Cortesía de Louis Quagliata, B.Sc Engineering MIT, B.Sc Physics Harvard.
El aplauso concedido o denegado tiene un valor importante. Puede ser vendido, prestado o negociado. A medida que se acercan más las elecciones, se hace más evidente que hay que tener sumo cuidado con ¡la novia del chimpancé!
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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