La organización del gobierno: el caso de Chile, por Marino J. González R.
Chile es una de las democracias plenas del mundo. Ocupa el lugar 19 en la clasificación elaborada por la revista The Economist para el año 2022. Junto con Uruguay (lugar 11) y Costa Rica (lugar 17) constituyen las tres democracias plenas de América Latina. Entre 2021 y 2022, Chile mejoró seis puestos en el orden de las democracias plenas a escala global.
El ritmo de crecimiento económico de Chile ha decrecido notablemente en los últimos años. Según estimaciones del FMI, el PIB per cápita (ajustado por capacidad de compra) de Chile descenderá del segundo puesto que ocupa en América Latina en 2023 (solo superado por el de Panamá), al cuarto puesto en 2028 (menor que el de Panamá, Uruguay, y República Dominicana). De acuerdo con el Índice de Complejidad Económica (ICE), elaborado por la Universidad de Harvard, Chile ha registrado valores negativos en todos los años transcurridos entre 2000 y 2021.
Es decir, en Chile se producen menos productos que el promedio de todos los países del mundo. Para 2020, la OMS reporta que el gasto de bolsillo en salud de Chile era 29%, más que el 20% considerado como límite para los países de bajo gasto de bolsillo.
El gobierno nacional de Chile tiene el mayor número de ministerios (24) entre los países con democracias plenas de la región: Uruguay tiene 14, y Costa Rica 19. Este número de ministerios también es superior al de los países con mayor nivel de desarrollo analizados: Japón (11), Estados Unidos (14), Alemania (16), y Corea del Sur (19). Enfrentar los retos de políticas públicas de Chile para los próximos deberá tomar en cuenta la organización del gobierno más adecuada para tales fines.
Los ministerios de Chile están divididos en cinco grupos además de los dos ministerios de gestión del gobierno: Secretaría General del Gobierno y Secretaría General de la Presidencia. En el primer grupo, en el área de seguridad y justicia, están los siguientes ministerios: (1) Interior y Seguridad Pública, (2) Justicia y Derechos Humanos, y (3) Defensa Nacional. En el área internacional está el ministerio de Relaciones Exteriores.
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En el área económica, se encuentra el mayor número de ministerios (diez). Estos ministerios son los siguientes: (1) Hacienda, (2) Economía, Fomento y Turismo, (3) Minería, (4) Energía, (5) Vivienda y Urbanismo, (6) Transportes y Telecomunicaciones, (7) Obras Públicas, (8) Agricultura, (9) Bienes Nacionales, y (10) Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
En la cuarta área, la de política social, están siete ministerios: (1) Salud, (2) Educación, (3) Mujer y Equidad de Género, (4) Desarrollo Social y Familia, (5) Trabajo y Previsión Social, (6) Culturas, Artes y Patrimonio, y (7) Deporte. En la quinta área, de ambiente, solo se encuentra el ministerio de Medio Ambiente.
Los casos de los siete países analizados ilustran que la organización de los gobiernos nacionales puede combinar un número bajo de ministerios (menos de 20, quizás lo mejor sean 15) con una asignación de áreas que exprese dimensiones generales de las políticas públicas.
Con estos criterios, se puede aumentar la coordinación en el gobierno, y un mejor diseño, implementación, y seguimiento de las políticas públicas. Por supuesto, aparte del modo de organización, existen otros factores determinantes para el éxito de los gobiernos. Pero es bastante evidente que la organización del gobierno debe responder efectivamente para lograr mejores políticas públicas para los ciudadanos.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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