La ortografía, un problema en nuestros días, por Rafael A. Sanabria M.
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En la actualidad el número de estudiantes que cometen faltas ortográficas al traducir gráficamente sus pensamientos es elevado, e incluso podemos pensar que este número va en aumento. No hay una causa concreta que explique la producción de estas faltas de ortografía, pero es cierto, que, para atajar este problema, es necesaria la colaboración e implicación de todos los sectores sociales: padres y representantes, escuela, medios de comunicación y estudiantes.
Entre las posibles causas de las faltas de ortografía la más frecuente y extendida es la hostilidad a la lectura, es evidente, que las persona que no se interesan por la lectura no llegan al conocimiento de las palabras como lo puede hacer alguien que lea de forma habitual.
Muchas personas, así como maestros y profesores sostienen que la única causa de la producción de faltas de ortografía es la antipatía a la lectura, e incluso si alguna vez habéis preguntado a alguien sobre como corregir esto su respuesta suele ser: «leer, leer y leer».
En la mayoría de los casos esto puedo resultar útil, pero hay personas a las que estos consejos, no les sirven puesto que leen de forma habitual y siguen cometiendo faltas de ortografía.
Otra de las posibles causas de las faltas de ortografía es el descredito social de la convención ortográfica, producida por falta de vigilancia del profesorado ante los errores ortográficos cometidos por los educandos, desidia de los estudiantes, puesto que no dan importancia a los errores cometidos, y el descuido frecuente en el uso de la ortografía en los medios de comunicación.
En los últimos días del año 2023 visité una frutería de la localidad donde resido, en la cual se exhibía un cartel que expresaba lo siguiente: «se vende lechoza», me acerqué a uno de los jóvenes trabajadores del establecimiento para hacerle la observación de la falla ortográfica y su respuesta fue esta: «usted entendió lo que dice allí». El hecho no es que yo lo haya comprendido, el problema radica en que la palabra está mal escrita y es un error que si no se corrige a tiempo se va multiplicando de generación en generación. Como tal cual se ha hecho con la palabra «diligencia» que legiones de individuos repiten: «voy hacer una deligencia», empleando la palabra incorrectamente.
La ortografía es una parte de la gramática que se ocupa de la forma correcta de escribir las palabras, cuyo principal uso es la comunicación, y para poder comunicarnos efectivamente, es necesario que elaboremos los mensajes de forma correcta y comprensible, así como corregir los errores que nuestros estudiantes cometen a la hora de escribir.
Esto de la ortografía se ha convertido en un tema delicado para las nuevas (y no tan nuevas) generaciones. Gracias a la tecnología, la mayoría de las tareas escolares ahora se realizan en una computadora con procesador de textos, los cuales incluyen corrector ortográfico automático y que en ocasiones los jóvenes no saben que existe y no lo utilizan, teniendo como consecuencia una tarea con faltas de ortografía. Por otra parte, los malos lectores generalmente tienen mala ortografía por su escasa familiaridad con las palabras escritas. Esta conciencia de la relación entre lectura y ortografía debe redundar en no gastar demasiado tiempo en prácticas de aprendizaje de la ortografía, como planas de palabras.
El aumento de este flagelo está muy relacionado a las redes sociales y las plataformas de comunicación como WhatsApp. Esta perversa ortografía comenzó por el intento de abreviar en los SMS, pero con el tiempo esta tendencia aumento intentando abreviar al máximo posible el mensaje que se pretendía transmitir, dando como resultado en algunas ocasiones a textos ilegibles.
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El problema cobra mayor importancia cuando utilizamos la forma de expresarnos en nuestros textos escritos sin diferenciar el contexto, la mayoría de los profesores han corregido exámenes en los que el estudiante ha utilizado la letra «x» en lugar de la preposición «por», «haver» debido la unión que se hace de la expresión «a ver», utilizar la «w» en lugar de «gu-«, se emplea «Xq» para expresar porque, entre otros innumerables errores producidos por el uso de abreviaturas en los mensajes. Estos hechos muchas veces aplaudidos y estimulados por considerar que nuestros jóvenes están en la era tecnológica. Sin darnos cuenta que estamos siendo copartícipes de la creación un idioma paralelo y descontextualizado.
Es necesario estimular la práctica de la lectura en nuestros alumnos, los buenos lectores, (con excepciones claro), tienen buena ortografía, se debe de tener en cuenta que el que lee no sólo comprende las palabras, sino que «ve» sus características ortográficas. Hay que trabajar con la ortografía, pero también hay que escribir.
No se trata, entonces, de dejar de escribir para enseñar ortografía, sino de reflexionar sobre la norma ortográfica en el interior de situaciones de escritura, ya que el conocimiento de dicha norma debe estar al servicio de la comunicabilidad textual.
Urge revisar a profundidad desde el contexto educativo el tema de la lecto-escritura desde los primeros años de los escolares, es urgente que nuestros docentes revisen sus estrategias metodológica empleadas en la enseñanza de la lecto-escritura (la tarea no es colocar una plana para memorizar la palabra, sino enseñarles a conocer las características de la palabra), pero más allá se requieren maestros lectores y escritores, porque es doloroso decirlo, muchos educadores enseñan a leer y a escribir, pero no leen ni escriben una frase.
Vale la pena recordar que escribir bien, en forma coherente y ordenada, denota un pensamiento claro.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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