La covid-19 agravó las pandémicas condiciones del Oncológico Luis Razetti
En lo que va de año, al menos tres voceros distintos del sector salud han denunciado las condiciones en las que se encuentra el servicio de laboratorio del hospital Oncológico Luis Razetti, el cual se inmunda apenas caen las primeras gotas de lluvia
Desde el 13 de marzo del 2020, la situación del hospital Oncológico Luis Razetti ubicado en Cotiza, parroquia San José de Caracas, se agravó de manera acelerada. La atención de un sistema de salud ya deteriorado se desvió en su totalidad a una sola enfermedad: la covid-19.
Este centro de salud es uno de los pilotos en atención de pacientes con cáncer en la ciudad capital, sin embargo, las condiciones de sus instalaciones, así como la falta de personal, han convertido en una travesía aún más dura el camino de las personas con esta enfermedad.
Melany Luiz fue paciente de este oncológico. Hoy forma parte de las personas que han logrado vencer al cáncer de mama, que se sitúa como la principal causa de muerte entre las mujeres con cáncer en el país, según datos de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela. Hoy se dedica a organizar y a trabajar por la recuperación de los pacientes del hospital Luis Razetti.
“La situación tan precaria que tiene el hospital pasó a estar en segundo plano de una u otra manera por el tema de la pandemia, se han cancelado operaciones y en varias oportunidades se ha parado la aplicación de las quimioterapias, lo que puede generar una grave repercusión en varios de los pacientes”, detalló.
Contó que aunque ya está fuera del tratamiento, los problemas que tiene el hospital no son algo nuevo: “esta problemática viene desde hace años, ha quedado claro que cuando la cabeza no funciona bien el cuerpo tampoco lo puede hacer, a la directiva del hospital le vale poco lo que pase ahí”.
Con indignación Melany Luiz relató cómo la primera suspensión de los ciclos de quimioterapia ocurrida en el 2020, fue el detonante para que dos de sus compañeras murieran. “Por la suspensión del tratamiento el cáncer regresó en una de ella y a la otra le produjo metástasis”.
Ella alega que desde que llegó la pandemia a Venezuela el régimen de Nicolás Maduro “se ha enfocado en darle prioridad al covid-19, los enfermos no solo de cáncer sino de otras patologías pasaron a segundo plano”.
Esta pandemia llegó para agravar aún más el panorama: saberse paciente con cáncer en una Venezuela sin medicamentos, con hospitales públicos deteriorados, con una economía hiperinflacionaria y con salarios que condenan al hambre y la miseria, es un duro golpe para cualquier persona.
“El cáncer es una enfermedad fuerte que nos afecta (a los pacientes) en todos los sentidos, afecta nuestro sistema inmunológico, nuestra familia, afecta todo, sumado a eso le agregamos la situación país, puede llegar a costarle la vida a muchas personas”, dijo Luiz.
Esta mujer forma parte de una red encargada de conseguir ayudas para los pacientes del Luis Razetti, ya sea alimentos, medicamentos o incluso la realización de exámenes altamente costosos y que no se hacen en el hospital debido a sus malas condiciones.
Éxodo de trabajadores
Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), denunció que en este momento el Oncológico Luis Razetti está brindando únicamente atención ambulatoria, es decir, no están dejando internados a pacientes que requieran hospitalización y no se están llevando acabo cirugías.
Asimismo, informó que desde hace algún tiempo no se están realizando radioterapias a los pacientes con cáncer, quienes en algunos casos lo requieren como parte de su tratamiento, debido a que la máquina no está funcionando.
Estas son algunas de las dificultades a las que se enfrentan los pacientes, pero los trabajadores, aunque no están enfermos, también padecen otro tipo de dificultades.
El centro de salud tiene serios problemas de infraestructura y con el servicio de agua potable, pese a lo cual no está recibiendo recursos por parte del ministerio de Salud, como debería ser, sino que “lo que se hace en el lugar es por autogestión de sus autoridades”.
Zambrano explicó que en medio de estas condiciones laboran médicos, enfermeras, radiólogos, camilleros, camareras y todo el personal del oncológico, es por esto que en los últimos meses ha incrementado la migración de los trabajadores, algunos hacia otras latitudes y otros a la economía informal.
Un trabajador de la salud gana en promedio dos dólares al mes, “salario que sigue siendo insuficientes, incluso con el incremento de ingresos, porque no puedo hablar de salario porque no existe”, dijo.
El secretario ejecutivo de Fetrasalud detalló que con estos salarios el personal no puede ni siquiera cubrir los gastos de traslado hasta su centro de trabajo, mucho menos en el caso del hospital Luis Razetti, ubicado en un acceso difícil para el que anda a pie.
Asimismo, el personal debe lidiar diariamente con la falta de equipos de protección personal (EPP), lo que los ha dejado desprotegidos ante contagios de covid-19. “Los equipos nunca son suficientes para la protección adecuada de los trabajadores, que hacen un gran esfuerzo para mantenerse prestando el servicio”.
Un laboratorio bajo el agua
En lo que va de año, al menos tres voceros distintos del sector salud han denunciado las condiciones en las que se encuentra el servicio de laboratorio del hospital Oncológico Luis Razetti, el cual se inmunda apenas caen las primeras gotas de lluvia en la ciudad.
Judith León, presidenta de la Federación de Bioanalistas de Venezuela, denunció recientemente que las autoridades de este centro de salud han girado la mirada ante esta problemática y no se han abocado a buscar una verdadera solución.
Hasta cuando autoridades del hospital oncológico Dr Luis Razetti , caracas, mantendrá sin solución la inundaciones del laboratorio de Bioanálisis, los pacientes sin exámenes para orientación del diagnóstico, seguimiento terapéutico y control estado de salud y enfermedad.SOS pic.twitter.com/x4STwuajy6
— Leon Judith (@presiju) May 19, 2021
Cada vez que llueve el espacio se inunda completamente, los chorros de agua recorren todo el espacio, lo que ha dañado los pocos equipos con los que se cuenta.
Además, debido a esta problemática están paralizados los exámenes de laboratorio para los pacientes, quienes necesitan realizarse diversas muestras para orientación del diagnóstico, seguimiento terapéutico y control del estado de su salud.
Dios, hasta cuando tanta indolencia por las autoridades hosp. Oncológico Dr Luis Razetti, Y el MPPS, c/vez que llueve se inunda el laboratorio de Bioanálisis, sin exámenes y orientación del diagnóstico, donde está el defensor del pueblo y el ministerio público.
Vulneración CRBV. pic.twitter.com/Urps3DAa3A— Leon Judith (@presiju) May 10, 2021
Luchar contra la enfermedad y el sistema
El hermano de Solimar Cruz tiene 31 años, llegó al oncológico Luis Razetti luego de ser diagnosticado en Perú con un posible cáncer que estaba afectando sus pulmones.
Su primer diagnóstico en el país lo hicieron los especialistas del hospital El Algodonal, donde luego de la biopsia los médicos determinaron que el tumor en su pulmón izquierdo era maligno y que en el último mes había crecido mucho, por lo que fue remitido de inmediato al oncológico.
Una vez ahí, la atención del personal le dio a esta familia tranquilidad, “allá me conseguí a una trabajadora que ha logrado ayudarme mucho, orientándome en todo. No es fácil tener un familiar con cáncer en este tiempo, porque, aunque el oncológico es una bendición tiene sus cosas, me ha tocado cargar agua desde el sótano porque no ha llegado el servicio, muchas cosas están dañadas, es imposible usar las pocetas, la limpieza no es buena porque la gente que hace el aseo no cuenta con las herramientas para hacerla”.
A Solimar Cruz le ha tocado llevar hasta los materiales necesarios para asear la sala de quimioterapia cada vez que sube con su hermano desde La Guaira para aplicarse el tratamiento.
No solo con las dificultades que representa ser un paciente con cáncer en Venezuela, tener cualquier enfermedad preexistente se ha vuelto un verdadero drama, las carencias del sistema de salud y la crisis económica, hacen que cada sobreviviente también lo sea un sistema adverso a sus posibilidades.
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