La pelea es peleando, por Teodoro Petkoff
Diosdado Cabello no divagó, fue directo al grano. Anunció represión. El punto es que este país no se cala autoritarismo ni imposiciones y manejar el problema desde la perspectiva represiva constituye un error. A esta situación, de cuya gravedad da buena cuenta el caos que se creó ayer en Caracas y otras ciudades ante la amenaza de escasez de gasolina, se llega después de mes y medio de pacientes pero infructuosos esfuerzos realizados por la gente de Pdvsa para no ir a un paro. Los acontecimientos se precipitan por la intransigencia del Gobierno, no por la de los trabajadores. De hecho, Diosdado lo confesó: el Gobierno nunca estuvo dispuesto a negociar el inefable principio de autoridad, que no es otra cosa que imponer su voluntad a rajatabla. Tamaña arrogancia, en gente que se jacta de impulsar una democracia participativa, es la negación de toda relación democrática con el país. El principio de autoridad no da, por sí mismo, la razón a quien lo ejerce. Más bien, recurre a la represión quien no tiene razón.
Su elección democrática no da al Gobierno derechos autocráticos. Por el contrario, la legitimidad de su origen obliga al Gobierno a respetar las reglas del juego democrático que hicieron posible su triunfo electoral. Entre ellas, el respeto a la opinión de los ciudadanos. Lo que Diosdado expuso anoche fue la doctrina del autoritarismo: hago lo que quiero porque tengo el poder, sin importar la opinión del pueblo. No porque Pdvsa sea de la nación, el régimen laboral en la empresa puede ser impuesto por el Estado y/o el Gobierno en términos en que, en el mundo de hoy, ni siquiera podría hacerse en la empresa privada. Las condiciones de trabajo forman parte de los Derechos Humanos. Y en Pdvsa, más allá de las razones válidas que pueda tener el Gobierno para ejercer mayor control sobre sus negocios, no debe hacerlo vulnerando arbitrariamente el régimen laboral. Así como en la FAN el origen democrático del Gobierno no lo faculta para hacer de un teniente un general, tampoco lo faculta en Pdvsa. El desconocimiento de los mecanismos meritocráticos, que una vez Chávez elogió, atropella derechos laborales, como los atropellaría en la FAN si se produjeran ascensos absurdos, de tenientes a generales. Ejercer el principio de autoridad mediante abuso y arbitrariedad legitima la rebelión. Diosdado denunció también una supuesta naturaleza política del problema. No es cierto. En su origen está la intención, ésta sí claramente política, de colocar a los amigos políticos del Gobierno en los cargos directivos, pero pasando, para ello, por encima de las normas laborales vigentes. Quien ha tratado de partidizar el asunto ha sido precisamente el Gobierno, no los trabajadores de Pdvsa. Diosdado dijo que Pdvsa es de todos los venezolanos. Eso es verdad. Pero quien quiere hacerla sólo del MVR y el PPT es el Gobierno. El tiro les saldrá por la culata