La performance “Silla Van Gogh”, por Valentina Rodríguez

X: @valenntinus
La semana pasada el museo Palazzo Maffei de Verona (Italia) publicó un video de seguridad donde se registra el momento en el que dos turistas, al tratar de tomar una foto, dañan la escultura Silla Van Gogh, del artista italiano Nicola Bolla. La pareja posaba junto a la obra y uno de ellos, al fingir sentarse sobre la silla, resbaló y cayó sobre ella. El impacto provocó la rotura de dos patas y del asiento principal de la pieza. Los turistas se dieron a la fuga y aún se desconoce sus identidades.
El material fue reseñado por medios de todo el mundo –el suceso ocurrió el pasado abril, aunque las imágenes se hicieron públicas ahora–, abriendo una vez más el debate sobre las imprudencias de turistas y espectadores en museos, monumentos y lugares históricos; también sobre la compulsión por el registro en video o fotos antes que vivir la experiencia del momento, acción que reina –y nubla la razón de muchos– en estos años de redes sociales y vidas virtuales.
Luego de ver varias veces el material audiovisual y leer la reseña del suceso en varios portales, nacionales e internacionales, concluyo que lo que vimos fue una performance que recrea la obra de Bolla –esto no quiere decir que aplauda la acción, solo traté de verlo desde otro ángulo.
En 1888 Vincent van Gogh (Países Bajos, 1853- Francia, 1890) pintó una silla de madera con asiento de mimbre tejido, sobre ella reposa una pipa y un montoncito de tabaco. Detrás de la silla hay un cajón con cebollas donde el artista dispuso su firma. De acuerdo con varios historiadores del arte, esta pintura es otro «autorretrato» del artista, un lienzo que habla de la «ausencia», del «vacío».
En 2022 Nicola Bolla (Saluzzo, Italia, 1963) presentó una escultura cubierta piedras de Swarovski a la que tituló Silla Van Gogh, inspirada en la pintura del artista neerlandés. La obra del italiano se inscribe en la línea de las vanitas barrocas, sus piezas elaboradas con el cristales de vidrio tallado señalan “la ambigüedad entre la apariencia y la sustancia (…) el contraste entre forma y contenido”, explica el portal especializado en plástica Finestre Sull’ Arte.
La acción que vimos ejecutar por los turistas que dañaron la silla –sin ser adrede– entra en la ambigüedad que expone Bolla: entre la apariencia y la sustancia.
PD: El museo Palazzo Maffei informó que, tras un meticuloso trabajo de restauración, la Silla de Van Gogh ha vuelto a su pedestal.
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Valentina Rodríguez es licenciada en comunicación social y magíster en arte contemporáneo.
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