La pinta del tigre que más duele, por Luis Ernesto Aparicio M.
En esta ocasión, abordaré un tema que puede lucir contrario a sentimientos patrios o familiares motivado por la conmoción y por mi sentimiento hacia mi país natal. Criado con una educación digna, creo firmemente en el valor de una educación de calidad para el desarrollo humano. Además, me impulsa la información compartida por expertos en educación, muchos de ellos venezolanos.
Desde que llegué a este país (Estados Unidos), cambié de profesión y me convertí en maestro de escuela. Este trabajo me ha brindado enormes satisfacciones, pero también me ha confrontado con desafíos y emociones contrapuestas. Desde el inicio del periodo 2023-2024, experimento tristeza al compartir aula con niños venezolanos, hijos de la oleada de emigrantes. Estos niños están revelando las profundas carencias que plagan el sistema educativo venezolano y una evidente falta de atención por parte de sus familias.
Para ilustrar estas carencias, puedo mencionar que algunos niños que supuestamente cursaron quinto grado no pueden leer con fluidez ni comprender palabras en español. Esta falta de preparación ha llevado a que, en el sistema educativo, se los ubique en grados inferiores o programas especiales para recuperar estas deficiencias y, en algunos casos sus conductas. Esto, sin duda, es preocupante y afecta el ritmo de enseñanza para otros estudiantes.
He revisado personalmente –nadie me lo cuenta– párrafos escritos por estos niños, además de ejercicios simples y las deficiencias también se hacen evidentes en sus escritos en español, que es su lengua nativa y en los procesos básicos de matemáticas. Esto es particularmente preocupante, ya que muchas escuelas en Estados Unidos ofrecen programas bilingües, pero tendrán que enfrentar el reto de conocer y manejar otro idioma, por ejemplo.
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Los expertos en educación, como Mariano Herrera, Leonardo Carvajal y Carlos Calatrava, han identificado algunas causas fundamentales para esta crisis educativa en Venezuela: la deserción escolar, el desempeño de los docentes y, como agregado de mi parte, la falta de apoyo e interés de los padres tanto dentro como fuera de Venezuela, en el proceso educativo de sus hijos.
En Venezuela, de los 11 millones de niños en edad escolar, aproximadamente 7 millones estaban matriculados en el sistema escolar durante el periodo 2021-2022. Sin embargo, para el nuevo periodo escolar (2023-2024), se espera que alrededor de 1 millón de niños no asistan a la escuela, según algunas organizaciones no gubernamentales.
El número de docentes activos en Venezuela ha disminuido significativamente, pasando de unos 600 mil en 2015 a aproximadamente 350 mil en 2023. Esta reducción ha afectado la calidad de la educación, y se necesitan docentes bien preparados para revertir esta tendencia. Sumado al continuo enriquecimiento pedagógico que deben tener durante toda su carrera profesional.
Además, la situación económica inestable ha llevado a que muchos niños enfrenten dificultades para recibir una alimentación adecuada y nutritiva. Esto impacta directamente en su capacidad cognitiva y, por lo tanto, en su desempeño académico.
Y ni hablar de las deterioradas condiciones de las escuelas: aulas sin mesas para los niños; sin agua y en muchos casos sin electricidad, lo que añade un ingrediente más para que se produzcan las consabidas deserciones.
Venezuela se enfrenta a un problema educativo grave y multifacético que afecta a sus niños y a su futuro. Resolver estos problemas requerirá un esfuerzo conjunto para abordar la deserción escolar, mejorar el desempeño docente, garantizar una nutrición adecuada y brindar un apoyo más sólido a los padres.
Sin duda alguna, existen casos diferentes a lo observado por lo cual todos nos sentimos orgullosos. Sin embargo, la situación de la gran mayoría de los niños en Venezuela, merecen una mejor educación. Porque, si bien es una pinta más para el tigre, esta duele profundamente y exige una respuesta urgente y coordinada para salvar el futuro de una generación de niños venezolanos.
Luis Ernesto Aparicio M. es periodista, exjefe de Prensa de la MUD
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