La política y la Iglesia católica venezolana, por Griselda Reyes
Es bueno evocar el apostolado de la Iglesia en los tiempos de la conquista y colonización del territorio de Venezuela por los europeos, donde la Iglesia mantuvo un rol en defensa en cuanto a la población indígena y sus costumbres ancestrales, los cuales estaban desvalidos ante el español conquistador. Con el proceso evangelizador del cristianismo como religión, se da inicio al reconocimiento de los indígenas como personas, bautizándoles y evangelizándoles. La Iglesia católica ha señalado que forma parte de la identidad nacional prácticamente desde que llegaron los españoles. ¡Esto es cierto! No solo formaron parte de la empresa conquistadora, sino que fueron la razón moral de esa conquista y del proceso colonizador. Gran parte del conocimiento que se tiene hoy sobre los indígenas en el periodo colonial se debe a sus investigaciones y al interés de los religiosos por la lengua, leyes y costumbres de los aborígenes americanos y defensa de los aborígenes. Ejemplo; Bartolomé de Las Casa.
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) es una Institución de carácter permanente que de acuerdo al Concilio Vaticano II, asocia a los Obispos del país para ejercer su apostolado, según la organización de la Iglesia Católica Venezolana. Hoy día, está en desarrollo un tema en la opinión pública, si la Iglesia puede participar en política o no a propósito del comunicado emitido por la Conferencia, el cual hace un llamado a votar en las elecciones parlamentarias del 06 de diciembre expresando en el mismo que; “la participación masiva del pueblo es necesaria…” y pese a las irregularidades, la considera capaz de vencer los intentos totalitarios y el ventajismo de parte del régimen de Nicolás Maduro.
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Ello no le impide a la Iglesia, como sigue expresando el Concilio, «dar su juicio moral incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona y utilizando todos y sólo aquellos medios que sean conformes al Evangelio».
Más allá del comunicado de la CEV es interesante recordar lo que el arzobispo, Charles J. Chaput, Arzobispo católico, escritor, profesor, psicólogo, filósofo y teólogo estadounidense escribiera en su libro “Render Unto Caesar”. Una idea central es que la fe, aunque esencialmente es personal, nunca es meramente privada, sino que tiene implicaciones sociales y políticas. “Así que reducir la religión a una opción privada que no tiene ningún papel en la arena pública es una visión ajena a la doctrina católica”
Hagamos, en primer lugar, algunas consideraciones generales con respecto a la idea clave de que «la Iglesia no desea el poder político». No se puede evitar que la Iglesia sea la conciencia crítica de la sociedad y de las propias organizaciones con fines políticos. Igualmente, la Iglesia no se liga en virtud de su misión y su naturaleza a ninguna forma particular de cultura humana, a ningún sistema económico, político o social.» Así mismo actúan formando la conciencia cristiana de los creyentes sobre la política. De la misma forma acusa a quienes asumieron el rol de representar al pueblo venezolano en el campo político de olvidarse del sufrimiento de la gente que es golpeada a diario por la profunda crisis económica, social, moral, institucional y política que vive el país, agravada por la llegada del COVID-19.
Finalmente reseño lo expresado por Papa Francisco que: “…es un deber, una obligación de cristiano, involucrarse en la política, aunque sea ‘demasiado sucia’ porque al estar en ese ámbito se puede trabajar por el bien común (…). Involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilatos, lavarnos las manos. (…) No podemos. // Debemos inmiscuirnos en la política porque la política es una de las formas más altas de caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos deben trabajar en política. // Alguno me dirá ‘pero no es fácil’. Tampoco es fácil llegar a ser sacerdote. No son cosas fáciles porque la vida no es fácil. La política es demasiado sucia, pero yo me pregunto: ¿por qué es sucia? ¿Porque los cristianos no se han involucrado con el espíritu evangélico?”
Ante todas estas reflexiones descritas, asumo como cristiana y líder de una organización política, Acción Ciudadana en Positivo (ACEP) responsablemente y abiertamente un modesto apoyo al llamado de la CEV que hace a los venezolanos a que participen con su voto en las elecciones parlamentarias del 06 de diciembre, documento que deja muy claro que procura no comulgar con alguna tendencia política, además de “buscar salidas y generar propuestas… pues la sola abstención hará crecer la fractura político-social en el país…”.