La pornochanchada, por Fernando Rodríguez
Así como el título llamaron los brasileños a una moda cinematográfica, por allá en los setenta u ochenta, en que a lo bestia mezclaban humor populachero y las nuevas liberalidades pornográficas. No sé por qué asociación imprevista me parece muy adecuado a lo escenificado el domingo pasado por el chavismo y sus recientes aliados en la Asamblea nacional. Porque hay cosas para reírse y otras para contener el vómito. Aunque, realmente, es un asunto muy serio.
Yo quisiera recomendar, a quien corresponda, iniciar la contratación del pintor Martín Tovar y Tovar para que inicie un mural para el Parlamento donde copie sin modificaciones la foto en que Juan Guaidó, llamado por el distinguido historiados José Gil Fortul “el tribuno valiente”, aparece trepado en una reja tratando de entrar al Palacio Legislativo a cumplir sus deberes presidenciales, mientras una manada de gorilas uniformados trata de impedírselo.
Dicha foto, justo la que fue tomada de adentro hacia afuera, ha recorrido el mundo y debe ser retenida por la historia patria como uno de sus momentos estelares. (He pensado en don Martín, además, porque fue de los primeros en utilizar la fotografía como auxiliar de la pintura).
Como debe quedar constancia plástica de la Asamblea que por mayoría aplastante nombró al mentado Guaidó y el resto de la directiva en El Nacional cuando todo parecía caos y locura. En este caso recomiendo la pintura más sosegada de Juan Lovera, quien pintó los grandes momentos cívicos de la Independencia.
Dicho eso paso a la cochinada. Yo imagino que en las próximas horas debe salir un comunicado de los servicios secretos cubanos –y algunos otros– señalando que nada tienen que ver con semejante desatino, so pena de perder su bien ganada fama de contundentes y efectivos, como lo muestran los sesenta años de sobrevivencia de la Revolución. No, esto lo planearon a lo sumo un grupo de pranes y algunos constituyentes ociosos, con la asesoría de los estetas del canal 8, porque esto no tiene ni pies ni cabeza.
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Nombrar una junta directiva de corruptos manifiestos y/o traidores a sus causas, echados de éstas, en medio de la defecación sobre todas las leyes y protocolos, después de haber impedido el paso, manu militari, de la mayoría de los diputados es como dice el gobierno alemán, para “horrorizarse”. Me salto la operación alacrán que era nada menos que comprar diputados, a voz en cuello, para sacar al “valiente tribuno” y cualquier cantidad de atropellos e intimidaciones; allanar un hotel de noche buscando bombas imaginarias, por ejemplo.
Yo no sé qué va a pasar en adelante. A lo mejor, es el barranco definitivo. Y la horda, ya sin ningún prurito, va a arremeter contra todo lo que se mueva. Ya demostraron que nada de monstruoso les es extraño. Pero quién quita que el pecado de desmesura haya sido tan grande, y el desprecio mundial total o casi, siempre habrá otros tan burdos como ellos, y el hartazgo nacional insufrible al punto que se produzca al fin el fenómeno de que nos volvamos a poner de pie y encontremos las vías de salir de esta maraña de absurdos, crueldades, sufrimientos y estupideces que están volviendo la vida de todos un chiquero, para seguir con los cerdos.