La propaganda nazi que utiliza Maduro, por Daniel Morales
El pasado 7 de julio se dio una nueva ronda de enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad del Estado y las organizaciones criminales que azotan diversas zonas del oeste de la ciudad capital.
El encontronazo entre bandas (policías y malandros), si pudiera así llamarse, duró cerca de tres días y dejó un saldo de al menos diez personas fallecidas y una veintena de heridos.
Sin embargo, para el segundo día del intercambio de disparos, la ministra de Relaciones Interiores, Justicia y Paz del régimen de Nicolás Maduro, Carmen Meléndez, se lavaba las manos como Poncio Pilatos, y aseguraba que las organizaciones criminales eran parte de un plan para «desestabilizar al país». Mismo discurso usado por uno de sus antecesores, Gustavo González, en 2015.
*Lea también. Desplazados, por Roberto Patiño
«Se trata de grupos estructurados de delincuencia organizada que sistemáticamente han atacado a nuestra sociedad, amedrentando, hiriendo y asesinando a gente inocente (…) A estas alturas, no cabe duda de la complicidad directa, financiamiento y colaboración, con la planificación, suministro de armas, apoyo comunicacional, por parte de sectores de la derecha venezolana, con complicidad internacional», dijo.
De acuerdo con las características utilizadas por la propaganda nazi de Joseph Goebbels, el «principio de transposición» habla de la creación de nuevas noticias para distraer la atención de las personas. La Cota 905 es el ejemplo más claro de este principio.
No es casualidad que el régimen haya señalado que las organizaciones armadas del sector caraqueño pertenecían a «una organización terrorista comandada por la oposición» y no un problema de seguridad ciudadana que se les escapó de las manos.
Parecieran olvidar que lo que ocurre en la zona capitalina fue creada por ellos (Maduro y su gente). El nacimiento de estas organizaciones se inició con las denominadas «zonas de paz» creadas por el entonces viceministro José Vicente Rangel Ávalos. Las primeras se instalaron en el estado Miranda: cuatro municipios de Barlovento y seis de los Valles del Tuy. Luego se instauraron en Zulia, Táchira, sur de Aragua, Guárico y Caracas.
Los sonidos del silencio
Que el gobierno busque ocultar, enterrar, borrar, desaparecer o esconder lo que ocurre en la Cota 905 nada tiene que ver con la canción de 1964 The Sound of Silence interpretada por Simon and Garfunkel. Hello Darkness, My old friends... La realidad es que «lo que no me es favorable, no me conviene».
Y es que así reza el «Principio de silenciación» de la propaganda nazi y es utilizada por el régimen para opacar todo lo que no es a su favor. ¿Es la situación de la Cota favorable al régimen de Maduro? Pues, no.
Es, entonces, cuando aparecen «terroristas, laboratorios de droga, armas extranjeras», entre otras cosas, para buscar silenciar su fracaso en el tema de seguridad ciudadana. La realidad es que no han podido controlar la delincuencia en el país.
Y si no creen, pregúntenles a las personas que viven en Las Tejerías, estado Aragua; a las personas que viven en los Valles del Tuy, donde matan a las personas con liga; o a las personas que viven en El Callao, si el gobierno de Nicolás Maduro ha logrado controlar las bandas criminales que viven en su sector.
Amenazas a la seguridad
Hasta la simple emisión de un mensaje en la red social Twitter puede llegar a considerarse «una amenaza» por parte del régimen de Nicolás Maduro. Se lo pueden preguntar al diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015, Freddy Guevara, quien por el simple hecho de pronunciarse sobre lo que ocurría en la Cota fue detenido días después, acusado de «terrorismo y traición a la patria» por el fiscal general chavista impuesto por la extinta e ilegítima asamblea constituyente, Tarek William Saab.
Lo mismo ocurrió con otros dirigentes de oposición que debieron exiliarse o entrar en la clandestinidad ante las acusaciones del actual presidente del Parlamento adepto al régimen, Jorge Rodríguez.
Según Goebbles, esta técnica se le llama «Principio de la exageración y desfiguración» y tiene que ver con convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave a la seguridad de la nación.
O sea, si se te ocurre decir en tus redes sociales que «lo que ocurre en la cota es feo», el régimen te detendrá y dirá que tú dijiste cualquier barbaridad que a ellos se les ocurra.
La misma gente
Goebbels era un maestro en el tema de la propaganda. Por ende, utilizaba como técnica la «unificación del enemigo», otro de los principios utilizados por el régimen.
Ahora el Koki no es un enemigo de la seguridad ciudadana sino que es parte de los adversarios más grandes del régimen: la oposición.
Daniel Morales es estudiante de Comunicación Social-UCV y redactor de este medio.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo