La Red Global de la Diáspora: necesidad y punto de encuentro, por Alejandro Oropeza G.
Twitter: @oropezag
… muy pocos individuos tienen fuerzas para conservar
su integridad si su posición social, política y jurídica es confusa”.
Hannah Arendt: “Nosotros, los refugiados”.
Resulta determinante que, según las últimas cifras difundidas por expertos en el área, más de siete millones de venezolanos han abandonado el país y se encuentran dispersos por el mundo. De ello resulta que constituimos la más grande diáspora que se haya generado en toda la historia de Venezuela y una de las más numerosas de la humanidad; de esta manera, el estado más habitado de nuestro país queda atrás, comparado con los venezolanos que hacen vida y desarrollan sus actividades más allá de la «casa grande».
Tomás Páez, una de las cabezas más preocupada, experta y atenta sobre esta realidad, habla de una nueva geografía nacional. Geografía definida y determinada por un país en el que cambió sustancial y dramáticamente su estructura demográfica tradicional, desde diversas perspectivas. El derrumbe del sistema de ejercicio de derechos ciudadanos y político; la ocupación arbitraria y violenta del espacio de lo político y, como consecuencia, la polarización y sub-polarización confrontacional, se identifican como factores asociados que explican la masiva emigración de nacionales; la crisis general de servicios, la violencia de todo tipo y el descalabro de los niveles de vida, complementan la terrible, pero innegable ecuación que determina una realidad ineludible. Realidad que no es asumida, entendida, reconocida y abordada por uno de los actores claves del sistema: el régimen nefasto que la ocasiona.
Los venezolanos lanzados a un nuevo mundo, han tenido que asumir la nueva realidad sin el apoyo lejano de un Estado, que proyecta su ineficiencia más allá del territorio, atrincherado en justificaciones que pretenden, finalmente, la continuidad del despojo de los derechos ciudadanos de sus nacionales. La justificación ideológica soporta la posibilidad de disponer o no de un apoyo consular, de ejercer el derecho a la identidad o de elegir a aquellas autoridades que, desde la distancia, se tiene derecho; o bien, participar en los mecanismos de evolución de los acuerdos sociales.
Es decir, se exporta la restricción arbitraria del ejercicio ciudadano y se coarta la posibilidad de diseñar un espacio público que, desde cualquier parte del globo, complemente y extienda la ocupación del mismo como ensanche natural de la condición de ciudadano venezolano.
No es absurda y, menos aún, irrelevante la conclusión a la cual se llega: es la venezolana una diáspora no reconocida por la autoridad nacional, en buena medida abandonada en el mundo, que se pretende tenga muy poca participación efectiva en los asuntos y la realidad política nacional por parte, no solo del régimen opresor; sino también, de factores de la denominada oposición democrática, en muchas de sus segmentaciones y, con muy contadas excepciones.
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Más allá de aspectos referidos a las contribuciones, aportes y positiva cooperación de nuestra diáspora en el seno de las sociedades y comunidades receptoras; y de procesos de integración en doble vía, emerge la necesidad de coordinarnos, reconocernos, acompañarnos y hacer efectivos el esfuerzo de iniciativas que surgen para apoyar a los venezolanos fuera del país. En los cinco continentes hemos hecho posible muchas iniciativas honestas y serias para acompañar y atender necesidades de los venezolanos en muchas áreas.
Conjunto de acciones que es indispensable apoyar, potenciar ad infinitum y coordinar, a través de la interacción, la comunicación y la identificación de fines comunes para que, en la lejanía del país, logremos fines y objetivos que contribuyan a alcanzar metas y solidaridades fuera de Venezuela y que esta acción, igualmente, coadyuve con la atención de realidades adversas dentro del país y, acompañe el restablecimiento del desmantelado sistema de libertades destruido por la polarización y la ideologización adversa del tejido social y político nacional.
El mes de junio de 2022, fue testigo del lanzamiento de una iniciativa necesaria, cual fue la presentación de la «Red Global de la Diáspora de Venezuela», auspiciada por un equipo multidisciplinario procedente de las organizaciones: Fundación Víctimas del Comunismo, Observatorio de la Diáspora Venezolana y la ong Plan País. Dicho lanzamiento se realizó en tres ciudades de los Estados Unidos de América: Washington DC, Los Ángeles y Miami. Iniciativa que viene a refrescar las relaciones entre organizaciones e integrantes de la diáspora y entre estos y sus pares, que desarrollan una titánica labor dentro de Venezuela.
En estos actos se evidenció que se persigue promover mecanismos que potencien y hagan efectivo ese esfuerzo de organizaciones que apoyan a nacionales donde quiera se encuentren. La acción se basa en la convicción de la necesidad de trabajar en equipo, dejando atrás el perverso ánimo de la «viveza» que tanto daño nos ha hecho; reconocer y asumir que las acciones deben ser coordinadas sin la intención del «picar adelante» oportunista, para luego fenecer en el marasmo inútil.
Así, el proyecto de la Red Global se orienta a conocer iniciativas y organizaciones, compartir la información, facilitar la conexión y que se intercambien experiencias exitosas para aprender y generar mecanismos de coordinación e intercambio.
Es por ello que uno de los aspectos clave de la iniciativa es facilitar la inter-relación de nosotros, los venezolanos, dentro y fuera del país, con las organizaciones que, en diversas áreas operan, con base a su experiencia, capacidades, proyectos y logros, para hacer viable, motorizar y estimular su conexión. Todo ello con la finalidad de estimular se diseñen y ejecuten proyectos conjuntos, solicitando apoyos y ofreciendo el conocimiento de experiencias exitosas sobre dichas ejecutorias.
Con estos objetivos se han comenzado a constituir los denominados «clústers» dentro de los cuales se concretan estos intercambios y se persigue la inter-relación entre ellos con miras a extender una red efectiva de acción e información. Entre estos clústers se cuentan ya, con los referidos a: emprendimiento; salud mental; arte y cultura; ayuda humanitaria; medicina y enfermería; ingeniería y hábitat, entre otros; y, al momento se trabaja para la constitución de aquellos que atenderán emergentes temáticas sustantivas: derechos sociales y ciudadanos, academia, Etc.
Adriana Meneses, quien fue invitada a dirigir unas palabras al público asistente en el acto de lanzamiento de la Red Global en Miami, el pasado 10 de junio, entusiasta afirmó: «El deseo y el trabajo constante para el éxito nos re-hermana y reclama en este maravilloso compromiso del acuerdo, la responsabilidad con nosotros mismos como comunidad, el apoyo mutuo y la solidaridad. Todo un camino maravilloso para seguir andando».
Un deseo que aplaudimos y acompañamos con la esperanza de poder contribuir a la unión de los venezolanos más allá y dentro de nuestra Tierra de Gracia, con ánimo de cooperación, de reconocimiento y de construcción de un futuro que nos permita hacer llevadera la distancia entre nuestros corazones que vivaces palpitan acompasadamente en la distancia.
Alejandro Oropeza G. es Doctor en Ciencia Política. CEO del Center for Democracy and Citizenship Studies – CEDES / USA. – Dtor. General del Observatorio Hannah Arendt / Caracas. – Consultor de la Red Global de la Diáspora de Venezuela.
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