La repesca, por Carolina Gómez-Ávila
Twitter: @cgomezavila
Hace días, en nombre de los partidos de la coalición democrática que Venezuela reconoce como opositores, Juan Guaidó ha llamado a aquellos que, en distintos momentos y con diversas excusas, renegaron de la entonces Mesa de la Unidad Democrática, para que renueven un pacto unitario y tracen una ruta conjunta.
No le quedaba más remedio y por las respuestas, pienso que la iniciativa no tendrá final feliz. Este nuevo intento de darse mutua confianza, de consensuar una estrategia, es sólo el aviso de una próxima traición porque no habrá, entre los que ya se apartaron y ahora regresen, otra condición que la de ser cada uno de ellos el líder.
Creo que en el pueblo empezamos a aburrirnos de esta compulsión a la repetición casi freudiana. No sé qué habrán reprimido, pero los demás sabemos que a cualquiera que escojan, le darán vuelo y lo llenarán de expectativas imposibles de cumplir para, en no más de 3 meses, destruirlo sin piedad.
Será difamado y atacado por laboratorios de opinión y medios en alquiler, que a esta hora son casi todos. Nuevos presos y exiliados será el saldo antes de que el plan se frustre y algún otro pretenda tomar el testigo en esta inútil carrera por ser el próximo que logre la silla presidencial. Ninguno llegará así.
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Todos están promoviendo una transición desde la dictadura hacia la misma dictadura. El desconsuelo popular, esta suerte de ritornelo que se presiente condenado al fracaso y la pandemia parecen favorecer un enroque en la caquistocracia.
No son ni serán creíbles las declaraciones de buena voluntad que hagan, en nombre de un bien mayor, los que ya se habían separado a dentelladas y chorreando todo tipo de calumnias y ataques indebidos.
Pero eso es lo que tenemos. Comenzó una nueva ronda. Los menos malos vuelven a poner a Mercedes muy cerca de un caimán cebado, con más cachos que un venado y más dientes que veinte babas…
La propuesta de Guaidó no es halagüeña, aunque lo pretenda. No hay forma de sentir entusiasmo por esta iniciativa. Ya están más que demostradas las intenciones de los convocados, incluido el guabinoso Capriles. Imposible que la mesita se devuelva porque ese chivo tiene experiencia y los carcamanes no enardecen a las masas. Aun así, continúa abierto el proceso de repesca.
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