La seguridad turística integral, una necesidad tangible, por Henry Rodríguez
Durante el Primer Coloquio Internacional de Seguridad Turística, celebrado recientemente en la capital mexicana, expertos en la materia coincidieron en que el fortalecimiento de la seguridad en las zonas turísticas es un pilar fundamental para el posicionamiento internacional de destinos como México. Para ello, es necesario apostar por la coordinación de esfuerzos entre prestadores de servicios turísticos, sector privado, municipios, estados y gobiernos.
Sin embargo, para los países latinoamericanos, con alto potencial turístico pero con retos complejos en materia de seguridad, este objetivo presenta desafíos significativos, pues las medidas que muchas veces se adoptan, como la militarización de las zonas turísticas, terminan generando un efecto contraproducente y alejando a los turistas.
La seguridad turística integral, en cambio, radica en adoptar medidas de gerencia pública y diseñar tanto políticas como estrategias que entiendan y aborden, específicamente, los delitos que afectan directamente tanto a los turistas como a los operadores turísticos y comerciantes.
La importancia de la seguridad turística
Si bien el concepto de seguridad turística abarca diferentes enfoques en su análisis, una de las premisas es garantizar que el turista regresa a casa de manera segura y en las mejores condiciones para satisfacer plenamente su deseo de disfrutar y viajar por placer. Para comprender este concepto de manera integral, es necesario desglosar tanto el componente del turismo como el de seguridad asociada al mismo y las fases en que se desarrollan en el territorio.
Por un lado, la ONU Turismo (anterior OMT)[1] entiende el turismo como una experiencia de viaje que busca ofrecer al turista momentos de disfrute y placer. Respecto a la seguridad, señala que implica garantizar un entorno libre de riesgos y amenazas que puedan afectar negativamente a la experiencia del viajero. La combinación de estos dos aspectos debe resultar en un enfoque de seguridad turística que esté centrado en la calidad del servicio que el turista demanda y que los destinos deben ofrecer.
Este enfoque plantea que la seguridad es el elemento esencial para garantizar experiencias positivas y satisfactorias para los turistas. Bajo esta perspectiva, la seguridad turística no solo implica la ausencia de riesgos sino también la creación de un ambiente acogedor y confiable que promueva la calidad y la excelencia en el servicio turístico.
En otros términos, se trata de proteger «la vida, la salud e integridad física, psicológica y económica de los visitantes, prestadores de servicios y la población local receptora». Es decir, proporcionar condiciones óptimas que permitan tanto a los turistas como a los prestadores de servicios ejercer sus derechos y deberes de manera efectiva.
En este sentido, el plan estratégico delineado por ONU Turismo brinda un marco integral para abordar los desafíos de seguridad turística, que contempla aspectos como la identificación y prevención de riesgos, la protección de turistas contra delitos y el establecimiento de medidas de seguridad en las instalaciones turísticas.
Es un tema que implica una alta responsabilidad. El Código Ético Mundial para el Turismo de la ONU afirma: «Las autoridades públicas tienen la misión de asegurar la protección de los turistas y visitantes y de sus bienes. En ese cometido, prestarán especial atención a la seguridad de los turistas extranjeros, por su particular vulnerabilidad. Con ese fin, facilitarán el establecimiento de medios de información, prevención, protección, seguro y asistencia específicos que correspondan a sus necesidades. Los atentados, agresiones, secuestros o amenazas dirigidos contra turistas o trabajadores del sector turístico, así como la destrucción intencionada de instalaciones turísticas o de elementos del patrimonio cultural o natural, de conformidad con la legislación nacional respectiva deben condenarse y reprimirse con severidad”.
El garantizar un entorno seguro, por tanto, no solo genera una percepción de confianza que posiciona a la ciudad como un destino turístico seguro y confiable, sino que debe asumirse como una estrategia de largo aliento, que permita fomentar el desarrollo económico local y atraer a más viajeros al destino.
Entendiendo que la seguridad turística es un componente crítico para la consolidación y competitividad de la industria del turismo, países como Colombia y México han desarrollado sus Planes Estratégicos, que, en el papel, priorizan la coordinación y la implementación de medidas prácticas buscando asegurar la sostenibilidad de esta actividad económica.
En el Coloquio Internacional de Seguridad Turística, el especialista en seguridad turística Manuel Flores Sonduk hizo énfasis en la necesidad de amalgamar a los prestadores de servicios turísticos con los municipios, los estados y el sector nacional para abordar los desafíos de seguridad que afectan tanto a los ciudadanos mexicanos como a los visitantes extranjeros.
Del mismo modo, resaltó la importancia de adoptar un modelo conjunto que se base en las mejores prácticas implementadas en otros destinos turísticos exitosos en todo el mundo. Este enfoque colaborativo sería fundamental para abordar los problemas de seguridad de manera efectiva y mejorar la percepción de seguridad entre los turistas.
Es un tema para prestarle atención, a sabiendas de que la percepción del riesgo es determinante en la selección de destinos por parte de los turistas, así como en la planificación y duración de sus viajes.
La complejidad y el costo asociados con estas actividades requieren decisiones tácticas y estratégicas en la gestión de la seguridad del destino, como, por ejemplo, el contar con información relevante sobre las impresiones de los visitantes acerca de la seguridad del destino. Por lo tanto, además de establecer un sistema de seguridad eficaz, es esencial monitorear constantemente las percepciones de seguridad de los visitantes y abordar cualquier preocupación o amenaza que puedan tener.
Al entender y abordar estas preocupaciones, es posible mitigar los efectos negativos en las visitas turísticas debido a los temores relacionados con la seguridad personal. De igual manera, actividades como mejorar los estándares de seguridad del destino y gestionar eficazmente la imagen y la marca del destino también contribuyen a este fin.
Como en la actualidad el turismo se ha convertido en una actividad altamente competitiva, la seguridad turística adquiere una relevancia aún mayor, especialmente, en países latinoamericanos. Si bien el crecimiento de los viajes turísticos internacionales ha llevado a la implementación de estándares de seguridad más rigurosos, aún persisten amenazas, varias de ellas transnacionales, que tienden a generar efectos negativos a largo plazo en la industria del turismo.
Los turistas, en efecto, ya no solo buscan destinos por su atractivo natural y cultural, sino que también priorizan su seguridad personal, y es fundamental que los destinos turísticos se comprometan con la implementación de medidas efectivas de seguridad, que promuevan la confianza de los visitantes a través de una gestión integral, colaborativa y atenta.
Este panorama, a su vez, destaca la necesidad de profundizar en las investigaciones sobre seguridad en el turismo, para desarrollar estrategias más efectivas que la militarización y apunten a la gestión integral de riesgos y seguridad en general, con acciones que garanticen experiencias seguras y satisfactorias para los turistas y los prestadores de servicios turísticos.
Henry M. Rodríguez es Doctor en Políticas Públicas por la Universidad IEXE (México). Investigador en la Organización de Estados Iberoramericanos OEI. Asesor organizacional de corporaciones policiales de México e consultor en seguridad pública y privada.
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