La tragedia está en nosotros, por Griselda Reyes
Muchos culpan al gobierno o a la dirigencia de la oposición acusándolos de ser los responsables de los problemas personales que tenemos, a muchos le fascina señalar a todos desde el confort de la comodidad de su cama sin poner nada en riesgo, personas que no contribuyen en nada, sólo acompañantes de oficio que señalan a diestra y siniestra sin el pudor de respetar el trabajo y la dignidad de nadie, se creen jueces acusadores de todo sin que ellos puedan ser señalados, pero si por cualquier circunstancia le dice algo, se hacen las víctimas, y lloriquean por todos los rincones.
La tragedia es estructural, donde el acceso a lugares, el poder escribir lo que sea sin la ética del valor humano, ha hecho mucho daño en las sanas costumbres de la paz nacional.
Tenemos un gobierno con más de 20 años en el ejercicio del poder, una gente que agotó su discurso, donde se ha enriquecido groseramente, lo peor mucha gente quiere que “papá Estado” le haga todo.
Una vez en el mandato de Luis Herrera Campins se vendió la idea de pagar la deuda externa, el país tenía la deuda del Estado, que a través de políticas crediticias, el gobierno solicitó préstamos para atender programas sociales, pero los privados mantenían también deudas con acreedores internacionales, pues vino un Ministro muy recordado en este país y pagó la deuda externa del sector privado y a Herrera le hicieron ver que el país estaba solvente. Él muy orgulloso decía haber cancelado las deudas, pues lo engañaron porque pagó la del sector privado y no la deuda pública y todos conocemos el resto de la historia. Por eso afirmo que nuestra tragedia es de los últimos 40 años de vida republicana, pero los últimos 20 el deterioro ha sido acelerado.
Recorro el país y me encuentro con estos personajes perversos de la política venezolana, esos que lejos de generar producción, son pequeños parásitos que carcomen la inteligencia de mucha gente. Señalan, pero cuando alguien lo mira se hace la víctima, fascista que se cree miembro de una supremacía, resentidos de la envidia que no soportan ver el éxito de otros porque quieren hacer lo que sea necesario para destruir la moral integral de la gente, esos son los enemigos del país, no aportan nada, más que la envidia y el aislamiento, son mujeres, hombres, visten bien, huelen bien, profesionales, pero la miseria la llevan en las desgracia de su corazón y tenemos que identificarlos para colocarlos en el sitio que les corresponden.
Siempre identifico el mal y las alternativas, la cual es una, que encierra todo. Positivismo, por eso llevo mi bandera de lo positivo por todos lados, porque en esa doctrina está la salida definitiva y el crecimiento de este país. Positivismo al frente del resentimiento, contra esas personas perversas que le han hecho mucho daño al país, como quienes gobiernan que se encargaron de destruir todo el aparato productivo de país para ellos quedar como los omnipotentes acreedores de la dignidad humana, que la humillaron con una caja de comida, o muchos que andan por ahí que vienen con resentimiento igual para pretender vender justicia y que será la persecución humana, este país no soporta más resentimientos, requiere con urgencia el positivismo como método de vida.