La única guerra económica, por Juan D. Villa Romero
Twitter e Instagram: @jdiegovillave
La inflación es un asunto complejo, el cual debe ser atendido con rigor debido a su influencia negativa en la vida de cada estudiante, trabajador y jubilado de nuestra geografía. Existe conciencia de ello, por eso más temprano que tarde debe ser instrumentado el camino a seguir para desinflarla, que no es otro que emerger hacia la diversificación, aplicar disciplina fiscal, disminuir trabas burocráticas, garantizar seguridad jurídica hacia los inversores e ir hacia un sistema de libre mercado con participación de todos los que quieran ayudar al despegue de nuestro país mediante reglas claras.
El costo de lo que se adquiere, sea lo que sea, aún al día de hoy resulta insostenible y trabas como el llamado Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) vinieron para frenar el lento proceso de recuperación que se venía dando a través del esfuerzo de la ciudadanía emprendedora, según algunos indicadores macroeconómicos referenciales como el Producto Interno Bruto (PIB).
Sí bien es cierto que salimos de la hiperinflación, también es cierto que permanecemos estancados en inflación y lo moralmente correcto es ponernos de acuerdo para salir de tal estancamiento, estabilizar nuestro bello país y hacer fluir los manantiales virtuosos del crecimiento que Dios ha de tener predispuesto para nosotros.
Más que quejarnos corresponde evocar más la cultura del hacer, de la cooperación constructiva y la necesaria interlocución de todos sin distingos ideológicos, porque al fin y al cabo, nuestro barco llamado Venezuela es responsabilidad conjunta.
Por eso, mi llamado es el del partido Unidad Visión Venezuela que tengo el honor representar como su Secretario Juvenil Nacional, hacia la reconciliación, al trabajo en equipo, sin sectarismos y las minusvalías sobre el interés superior que es acordar una estricta agenda fundamentada en disciplina macroeconómica (gastar solo lo sustentado en producción), sanear las finanzas con transparencia (cero corruptelas, lo cual, se puede lograr mediante un sistema electrónico de gobierno abierto donde se publique periódicamente el destino final de los recursos nacionales), productividad, realismo; que nos lleve a abastecernos equilibradamente, también a ser una Nación macro exportadora, líder y respetada por la Comunidad Internacional.
*Lea también: ¿Cuánto debe ser el monto del salario mínimo y cómo pagarlo?, por Víctor Álvarez R.
El gobierno nacional debe rectificar cuanto antes su desacierto en materia tributaria con el mal llamado Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF) -, desmontando este impuesto hacia todos los rubros del comercio nacional, dado que genera desconfianza, incertidumbre, alteraciones y perturbaciones en los índices económicos sobre ítems cotidianos como el mercado cambiario de divisas y el marcaje de precios, ya que el adjetivo «grandes» no tiene lógica al ser aplicado a transacciones pequeñas y peor aún cobrarlo en algunos productos terminados exentos de IVA.
Es bien conocido el impacto del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, lo sufrimos todos, desde el ciudadano común hasta las cadenas de abastecimiento que reciben de parte del Seniat la calificación de sujeto pasivo especial, termino popularmente conocido como contribuyente especial.
Además de derogar ese salto al vacío mal nombrado IGTF, es imperioso hacer ajustes en el encaje legal de la banca en función de masificar el crédito, también y no menos importante me atrevo a proponer sea relanzado nuestro sistema cambiario en una blockchain electrónica híbrida, descentralizada, transparente y real que opere las 24 horas del día en los pares BS/$, BS/€ enlazada con las distintas criptomonedas.
Es bien sabido el leve fracaso de las mesas de cambio cuando vemos a un BCV inyectando divisas hacia la banca y a los bancos vendiendo las mismas restrictivamente, para muestra de ello el banco de Venezuela que al tener disponibilidad solo vende en horario de 8 AM a 12 PM. ¿Cómo van a creer que va a fluctuar sanamente un sistema cambiario bajo esa metodología obstruccionista? En fin, o nos sacudimos las regulaciones absurdas que quedan o seguiremos igual. Es un llamado constructivo a la reflexión que hacemos desde Unidad Visión Venezuela ¡hay que corregir responsablemente!, porque la única guerra económica que confrontamos es la improvisación.
Finalizo con esta sabía reflexión citada recientemente por el compañero Secretario General Nacional y diputado Omar Ávila en uno de sus más recientes artículos que tituló: «Medidas económicas indispensables«, en el cual enuncia lo siguiente: «El Estado debe deshacerse de empresas que no constituyen parte de su función principal y que terminan siendo un peso sobre las agotadas arcas nacionales». Afirmación con la cual estoy plenamente en concordancia dado que parte del proceso de potabilización que debemos transitar para crear dinero limpio de inflación es frenar en seco la burocracia estatal del presente.
Juan Villa Romero es Político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo