La usurpación agoniza, por Luis Martínez
Tanto nadar para ahogarse en la orilla. Ese parece ser el destino de una revolución de pacotilla adornada con el remoquete del “socialismo del siglo XXI”. Fenece esa revolución dejando una estela de miseria a su alrededor que no admiten, embadurnados en su delirio de creer que hacen algo grande, cuando en realidad lo que han hecho es destruir el país que costó trabajo y sufrimiento edificar.
Venezuela hoy día es una escuela abierta para el mundo que deja un cúmulo de nuevas enseñanzas jurídicas, institucionales, económicas, sociales y políticas que servirán de ejemplo para que otros países eviten llegar a los extremos a los que se ha llegado aquí.
Enseñanza jurídica porque constitucionalmente no estaba claramente establecido el vacío de poder que deja el hecho de no tener un presidente electo legítimamente, teniendo que acudir a un mandato provisorio de la única institución legitima que se mantiene en pie, como lo es la Asamblea Nacional; de allí la proclamación como presidente encargado por parte del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
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Enseñanza institucional porque desde que Chávez asume la Presidencia de la República, se inicia un proceso de paralelizar las instituciones republicanas, creando un estado informal que detenta el verdadero poder, por encima de la institucionalidad establecida constitucionalmente. Por poner un ejemplo: la cadena de mando en la FANB se quiebra desde el mismo momento en que oficiales de menor rango o cubanos insertados en la institución por el hecho de ser chavistas, ostentan más poder que quienes respetan la cadena de mando en la institución armada o la creación inconstitucional de alcaldías y gobernaciones paralelas, cuando el alcalde o gobernador elegido no es del sector oficialista; y así sucede con todas las instituciones del estado venezolano.
Enseñanza económicas porque nunca había ocurrido que un gobierno de un país con el potencial de riquezas que posee Venezuela, con la alta calificación de sus profesionales, con la capacidad instalada para la producción de bienes y servicios que tenía y aún le queda, pudo ser llevado a una crisis económica de la magnitud que sufre actualmente. Pocos pueden creer que esta gente haya sido capaz de juntar números tan altos de inflación (hiperinflación) con caída bestial del PIB por varios años. Lograron torcer cualquier conocimiento en los antecedentes económicos en el mundo. Nadie por mucho que erre, puede ser capaz de tanto desatino.
Enseñanza social porque el desamparo y pobreza se ha generalizo en el país. Lo que era una vigorosa clase media hoy su esperanza deambula entre incertidumbre y deseos de cambio, consumiendo los pocos bienes que aún les queda, soportando estoicamente el drama con la esperanza de retornar, por lo menos a los niveles de vida que otrora ostentaba.
Pobres que apostaron sin miramientos al proyecto que los ilusionó y prometió elevar su calidad de vida, hoy mucho más pobres sin posibilidad de reivindicarse con ese proyecto, reaccionando y apostando a un cambio que los inserte y los ponga a participar en el desarrollo del país. Así como inversionistas dispuestos a invertir si hay un cambio que garantice su inversión.
Enseñanza política porque ningún país en el mundo ha mantenido la mitad de su población en permanente rechazo a la pretensión de imponer un modelo antidemocrático, autoritario y militarista, como el enclenque “socialismo del siglo XXI”. Durante 20 años el pueblo venezolano se ha mantenido en pie de lucha, marchando, protestando y utilizando todas las vías establecidas en la Constitución, a pesar de la crueldad y represión del régimen. Hoy, más del 80% de los venezolanos apuestan a una salida pacífica de quienes se empeñan en secuestrar el poder, pero no hay vuelta atrás si apuestan a otro tipo de salida.
Guaidó logro interpretar el sentimiento de cambio de los venezolanos, avalado por la legitimidad de la Asamblea Nacional. La ayuda humanitaria está en puerta para auxiliar a miles de ciudadanos venezolanos que la necesitan. La usurpación agoniza.
Docente universitario