La vacunación amaina la tormenta en Ecuador, por César Ulloa
Twitter: @Latinoamerica21
Ecuador se encuentra en medio de una tormenta que viene azotando a la región, inclusive antes de la pandemia. Pero la vacunación se ha convertido para el gobierno en un muro que viene conteniendo las demandas de los diferentes sectores sociales, quienes están demostrando poca paciencia ante la resolución de sus exigencias.
A casi dos meses de la asunción de Guillermo Lasso, la principal oferta de su campaña —nueve millones de personas inoculadas en 100 días— se va cumpliendo. La diplomacia de la vacuna ha funcionado porque el Gobierno ha conseguido que millones de dosis de distintas marcas lleguen al país. Y su alianza con la empresa privada está siendo efectiva en términos de logística y acompañamiento.
De esta manera, el presidente ha ganado oxígeno frente a un escenario que comienza a ponerse denso por la complejidad de la crisis económica.
En menos de dos meses, Lasso ya enfrentó el primer intento de paralización por parte del sector agrícola, específicamente de los arroceros, quienes han visto caer el precio del quintal de 100 libras a menos de USD 30, mientras que el arroz que entra de contrabando desde Perú se vende a mejor precio en el mercado. La Secretaría de Agricultura ha ofrecido resolver varias demandas de este sector en 150 días.
Otro frente que el Gobierno no puede perder de vista, si piensa en la gobernabilidad a mediano y largo plazos, es la nueva dirigencia de los pueblos y nacionalidades indígenas que recayó en el liderazgo de Leonidas Iza, quien representa al ala más radical. El antecedente más cercano y que dimensiona la capacidad de movilización del movimiento indígena es su protagonismo durante la protesta social de octubre de 2019. Lasso y Leonidas Iza se encuentran en los polos opuestos en temas de economía, conducción del Estado y medioambiente.
Manejo político, relaciones exteriores y pragmatismo
Todavía no se conoce cómo funcionará el equipo político del Gobierno por diversas razones. El principal protagonista y que fungía como ministro de Gobierno, César Monge, fue reemplazado por Alexandra Vela, debido a que él atraviesa un cáncer de páncreas que le tiene alejado de la esfera pública, lo cual ha levantado una ola de especulaciones.
Las diferencias ideológicas entre el Gobierno y sus aliados —Pachakutik e Izquierda Democrática— para elegir a las autoridades de la Asamblea comienzan a evidenciar la falta de una agenda programática. Y el Gobierno busca encontrar el equilibrio interno entre el ala más neoliberal y un equipo más moderado con tinte social.
Simultáneamente a la vacunación, el Gobierno ha apuntalado sus esfuerzos para combatir la desnutrición crónica infantil que ubica al Ecuador en uno de los peores puestos de la región.
La consigna del mandatario es un país libre de desnutrición. Alrededor de este objetivo se han aglutinado diversos sectores empresariales, organizaciones de la sociedad civil, la cooperación internacional y asesores en la materia. Sin embargo, de momento no hay una arquitectura institucional definida para llevarlo adelante.
*Lea también: Sin datos para superar el impacto de la pandemia, por Marino J. González R.
Ante la crisis económica y los sucesos en la vecina Colombia, el gobierno está siendo muy cauteloso a la hora de tomar cualquier decisión. Ha detenido el envío de un proyecto de reforma tributaria y tampoco se conoce de ninguna medida polémica y, mucho menos, sensible. En ese sentido, si bien aún no enfrenta una crisis, y más bien intenta acercarse a distintos sectores, no cuenta con los recursos que puedan satisfacer las demandas. De ahí que Lasso pueda buscar un acercamiento a los organismos multilaterales de crédito para resolver necesidades inmediatas.
En materia de relaciones exteriores, el gobierno ha definido claramente su postura. Hay un total distanciamiento con Venezuela y Nicaragua, y ha optado por mantener una relación protocolaria, no así cercana, con los gobiernos de orientación ideológica del giro a la izquierda al estilo de Bolivia y Argentina.
El presidente ha manifestado preocupación por lo que sucede en Colombia y no ha hecho espacio en sus comentarios a la situación política de Perú. No obstante, juega al multilateralismo para conseguir las vacunas, pues ha dicho que estas no tienen ideología. Pasos pragmáticos, antes que ideológicos.
En ese mismo sentido, en la línea que combina el pragmatismo y la identidad de un hombre de Estado, el presidente ha dado un singular paso con la creación de la Subsecretaría de Diversidades (sexo genéricas) y ha dicho que respeta el criterio de la Corte Constitucional acerca de la despenalización del aborto en casos de violación, pese a sus creencias conservadoras y su adscripción al Opus Dei. Lasso se ha granjeado el respeto de las diversidades, las que han puesto expectativas sobre posibles políticas públicas que los pudiesen favorecer.
Los menos de dos meses del gobierno han transcurrido en relativa calma, sobre todo teniendo en cuenta que el país sufre una severa crisis económica, y atravesó una severa crisis política que se inició inclusive antes de la pandemia. Sin embargo, si los sectores sociales no tienen respuestas efectivas a sus demandas, pese a que de momento no hay recursos, el país podría ser testigo de un nuevo estallido social.
César Ulloa es cientista político y comunicador. Profesor de la Universidad de las Américas (UDLA-Ecuador). Doctor en Ciencias Sociales por FLACSO-Ecuador. Últimos libros (2020): «En el ojo del huracán. Ley de Comunicación en Ecuador» y «Chávez, Correa y Morales: discurso y poder».
www.latinoamerica21.com, un medio plural comprometido con la divulgación de información crítica y veraz sobre América Latina. Síguenos en @Latinoamerica21
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo