La vialidad es el principal dolor de cabeza para los conductores del barrio Maca
Residentes de la zona advierten sobre el desinterés del Estado en reparar las calles y recuerdan que los últimos trabajos de la alcaldía se realizaron hace años
Huecos enormes, calles deterioradas, policías acostados mal elaborados, alcantarillas rotas y complicadas vías son elementos con los que deben lidiar los conductores del barrio Maca, ubicado en Petare.
Ya sean conductores de transporte público o particulares, transitar por el barrio se ha convertido en una experiencia muy poco placentera y genera un temor constante, ante la posibilidad de que alguna pieza de sus vehículos se dañe.
«Esto es parte del día a día en la comunidad, hay muchas fallas. Resulta tortuoso porque un día caes en el hueco y se dañan piezas del carro. Eso implica descuadrar tus ganancias del mes para repararlas», advierte Danixon Camacho, conductor que reside en Maca.
Camacho denuncia que, aunque la misma comunidad debería ponerse manos a la obra para solucionar algunos problemas, el Gobierno parece no tener la voluntad para arreglar las calles. Recuerda que hace tan solo un mes se hicieron trabajos en la redoma de Petare, en los cuales, como parte del plan Venezuela Bella, se decoró la vía principal y se rehicieron las aceras que estaban aún en buenas condiciones.
«Destruyeron unas aceras que estaban en perfectas condiciones para hacer unas bastante dudosas. Dañan para meter más presupuesto. Es más de lo mismo», comentó para argumentar que esos recursos pudieron estar destinados a reparar la vialidad de los barrios.
La gestión de José Vicente Rangel Ávalos, alcalde del municipio Sucre desde hace dos años, también es puesta en duda por Manuel Montenegro, quien no reside en la zona, pero tiene dos negocios y es víctima de las ineficientes políticas implementadas por la alcaldía.
Según recuerda, las calles del barrio no habían estado en buenas condiciones desde que Enrique Mendoza era gobernador del estado Miranda, a inicios de la década de los años 2000. Paradójicamente, en aquel entonces el municipio Sucre era gestionado por el chavista José Vicente Rangel, padre del actual alcalde.
Por otra parte, señala no recordar obras dedicadas a la vialidad durante toda la gestión de Rangel Ávalos. Asegura que la última vez que vio un trabajo de asfaltado en la vía principal que conecta El Llanito con los barrios de Maca, Las Praderas y El Mirador, fue mientras Carlos Ocariz era alcalde.
El mismo Montenegro alerta sobre el peligro que generan los huecos, ya que además de relentizar el tránsito vehicular y dañar los carros, son aprovechados para cometer delitos. «Yo llegando en la noche o de madrugada he visto como los conductores, por frenarse para atravesar los huecos, son abordados por malandros en motos que se paran al lado y les piden sus pertenencias», señaló.
Un problema financiero
La pésima vialidad de Maca tiene consecuencias profundas para los conductores. Los vehículos se deterioran con mayor rapidez y pagar los repuestos y reparaciones llevan a muchos a la ruina financiera.
Sin embargo, la situación es peor para los conductores de autobuses o vehículos tipo Jeep de las líneas de transporte público que trabajan en Maca.
De acuerdo con Humberto Gutiérrez, conductor de la línea Campi-Mac, la gran cantidad de huecos hacen mella en distintos componentes del tren delantero. «Parten ballestas (suspensión), dañan los amortiguadores y básicamente parten los carros», sostuvo.
Esto genera la necesidad de incrementar el precio de los pasajes, estancados durante largos períodos de tiempo en un mismo precio en bolívares, mientras que los demás bienes y servicios incrementan al ritmo de la hiperinflación o se encuentran dolarizados. «Mientras nosotros cobramos sencillo en bolívares, los mecánicos y las casas de repuestos te cobran en dólares», destaca.
El conductor también llama la atención sobre el alumbrado, ineficiente en la ruta de Maca y Las Praderas, que complica conducir de noche y da licencias a los delincuentes para robar en las camionetas con facilidad.