La visita, por Luis Manuel Esculpi
Alguna vez estuvo de moda un cuento del español que afirmaba: «Si me muero en Madrid quiero que me entierren en Valencia… Y si muero en Valencia que me entierren en Madrid». Cuando se le preguntaba a que obedecía la contradicción respondía: » Pues, por joder». El cuento viene a colación a propósito de la visita que recientemente realizara a nuestro país, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. Cuando aún no estaba decidida su visita muchas voces reclamaban su presencia en Venezuela, para constatar las múltiples violaciones que se ejecutan a diario.
El famoso cantante español Miguel Bosé emplazó en un concierto de una manera poco amigable y menos diplomática, para que acudiera a nuestro país, incluso intentó localizarla en el Hotel donde se alojó la ex presidenta chilena en México. Aquí la conducta de Bosé tuvo importante compañía, sobre todo en las redes sociales, se exigió la presencia de Michel Bachelet. Muchos de las voces que reclamaron esa solicitud, luego criticaron su actuación durante los tres días de su visita y la declaración que hiciera al culminar.
No se puede ignorar que con antelación a la visita de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, un equipo técnico hace aproximadamente tres meses estuvo en el país y realizó diversos encuentros con los sectores afectados, precisamente después de la crítica situación presentada con el apagón nacional sucedido en marzo. En otras palabras; además del conocimiento general que la ex presidenta podía poseer de nuestra situación en materia de derechos humanos, se supone que tiene información actualizada proporcionada por su equipo.
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La narración de representantes de las organizaciones civiles y de los familiares de los presos políticos, que denunciaron las torturas aplicadas a sus parientes, señalaron percibir sinceramente conmovida a Michel Bachelet al escuchar el relato de tan aberrantes prácticas. Resulta completamente compresible pues su padre murió en una cárcel y ella misma fue torturada durante la sangrienta dictadura de Pinochet.
Si bien podemos comprender alguna insatisfacción por la declaración de prensa, conviene recordar que el informe será presentado, tal como ha sido anunciado, los primeros días del mes de julio, pareciera conveniente esperar a conocerlo para tener una opinión mejor formada, en todo caso por los antecedentes no tengo dudas que condenará abiertamente la violación a las derechos humanos. Hace poco menos de un año el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en una resolución señaló graves violaciones a los derechos humanos, al Bachelet presentar informe el próximo mes estaría cumpliendo expresamente con el mandato de ese Consejo.
De la declaración rescato dos elementos de suma importancia, el mantener una delegación para hacerle seguimiento a las denuncias y los señalamientos relativos a la crisis humanitaria y la solicitud de liberación de los presos políticos
Si me resulta incomprensible las acusaciones contra Michel Bachelet por su pasado, señalado una supuesta militancia comunista y participante de acciones armadas; el rechazo al régimen de Maduro que se identifica como de «izquierda», no puede llevar a la irracionalidad de desconocer que en el campo de la internacional Socialista, que no tiene nada que ver con la III internacional (comunista) importantes líderes han enfrentado al régimen, entre ellos Felipe González, Ricardo Lagos y Fernando Henrique Cardozo, para mencionar sólo a los más prominentes.
Durante este periodo no sólo han conducido al país a la más grave crisis de la Venezuela contemporánea, además han desprestigiado la lucha por la justicia social, la igualdad de oportunidades y la profundización de la democracia; postulados esenciales de la izquierda democrática y moderna. Provocando reacciones en algunas capas sociales tendientes a identificarse con visiones sumamente atrasadas y reaccionarias, pudiéndose ellas convertirse en un obstáculo para la reconciliación y el reencuentro entre los venezolanos.