Las comunas de Chávez, por Teodoro Petkoff
La creación de comunas ha sido presentada por el gobierno como parte del proceso de «empoderamiento» de las comunidades populares, es decir, de dotar de poder al pueblo organizado, para que sea actor principal de los asuntos que lo involucran. Esto, desde luego, es una falacia. No existe tal «empoderamiento».
¿Cómo podría existir si las comunas dependen directamente de la presidencia, es decir, de Chávez, a través del Ministerio para las Comunas? Después de catorce años a nadie le queda duda de que Yo-el-Supremo tiene la primera y la última palabra en todos los asuntos que le atañen y en los que no le atañen también.
La condición sine qua non para que las organizaciones populares, en este caso las comunas, tuviesen verdadero poder es que gozaran de absoluta autonomía respecto del Estado y el gobierno, así como de cualquier poder fáctico.
Las comunas de Chávez, dada su dependencia vertical de la presidencia, están mediatizadas y condicionadas completamente, hasta el punto de que en la práctica son en verdad organizaciones de base del PSUV, e integrantes del Estado, circunstancia que Chávez pretende constitucionalizar mediante el llamado «proceso constituyente», tan ficticio como las propias comunas.
En las ya creadas, sus integrantes son miembros del PSUV y es rechazada la presencia de quien no lo sea. De igual manera, es rechazada la creación de comunas por sectores populares que no tengan vínculos con el chavismo.
Se trata, pues, de un nuevo intento de organizar y uniformar a la base partidaria, después del fracaso de los Círculos Bolivarianos, de las «patrullas» y otros engendros para controlar a la población. Este es el quid de la cuestión. Todas las experiencias totalitarias que ha habido (y que todavía hay), desde la soviética, en la URSS y su imperio centro-europeo, la China de Mao, hasta la cubana y la coreana del Norte únicas sobrevivientes de lo que una vez rigió los destinos de casi la mitad del planeta, han creado organismos que supuestamente ejercen el poder del pueblo y que, en realidad, fortalecen el poder dictatorial del partido y del Estado. Chávez intenta recorrer el mismo camino, pero para fortalecer, sobre todo, su propio poder personal.
Deja un comentario