Las focas quedaron locas, por Teodoro Petkoff
¡Qué lección le dio la oposición a la banda de las focas al votar a favor de la investigación que por orden de Chávez plantearon contra la MUD! ¿Quieren perder tiempo en llevar adelante contra la oposición una de las más estúpidas y ociosas investigaciones jamás adelantadas por Parlamento alguno en el mundo? Pues, vamos a darle, fue la respuesta de una oposición que no tiene absolutamente nada que temer de la investigación bufa que fue aprobada, hasta con su voto. La banda de las focas, que desde que el caporal se enfermó ya está suficientemente desconcertada, el lunes en el Parlamento se quedó sin entender nada.
Chávez mismo debe estar descubriendo, también, que sus viejos trucos, desgastados por la repetición, ya no funcionan. Acorralado por las denuncias contra el grupúsculo de generales dedicados a proponer un golpe de Estado si Chávez pierde, como perderá, las elecciones del año próximo, el prócer de Sabaneta intentó, una vez más, una de sus jugarretas: voltear la acusación de «golpismo» contra la oposición, proponiendo esa investigación imbécil, creyendo que la oposición, y con ella el país, la tomarían en serio. Pues se cayó de un coco.
La inconsistencia de la acusación es tal, el argumento que la sustenta es tan gaseoso, que sólo una banda domesticada de focas, a las cuales ya no les queda ni pudor ni sentido de autoestima, podía hacer de eso una pieza de prueba que sirviese de sustento a la gran investigación de alcance históricouniversal que se proponen llevar adelante, ¡con la colaboración de los «acusados»! La verdad es que a Chávez se le está secando la sesera. Creer que una carta inocua de la MUD a unas comisiones del Congreso norteamericano, en defensa de la OEA, atacada precisamente por dichas comisiones, una de ellas presidida por una gorila impresentable como la señora Ros Lehtinen, podía servir para «demostrar» que la oposición venezolana está financiada por los gringos, revela que a Chávez ya no le queda nada en la bola.
Como es sabido, dos comisiones del Congreso gringo, una del Senado y otra de los representantes, habían propuesto que el Congreso suprimiera la contribución financiera norteamericana a la OEA, que aquel país, como todos sus demás miembros, incluyendo el nuestro, está obligado a dar. Esas proposiciones las viene haciendo la ultraderecha de Estados Unidos casi desde que existe la OEA y la MUD consideró necesario alertar al Parlamento de Estados Unidos de las consecuencias que podría tener la aprobación de tal propuesta.
Advertencia perfectamente innecesaria, por lo demás y que por nuestra parte francamente no vemos las razones para que la MUD se ocupara de tal asunto, puesto que la señora Ros Lehtinen es una especie de Cilia Flores a quien poco toman en serio incluso sus propios colegas. Pero, en fin, sus razones habrán tenido y lo hicieron, además públicamente, y si dio lugar al debate del martes y a la aprobación de la investigación es porque entre las focas no hay una sola que tenga el minúsculo coraje de advertirle al Presidente que estaba hablando por la tapa de la barriga y que arriesgaban hacer un ridículo casi sin precedentes.
Como en efecto, lo hicieron y, para colmo, la oposición los dejó en evidencia.