Las verdaderas razones por las que se fue Avianca
La aerolínea colombiana anunció la suspensión de operaciones en Venezuela para agosto, y al día siguiente dio a conocer la cancelación de operaciones de manera inmediata
El Gobierno venezolano acumula una deuda millonaria con la aerolínea colombiana Avianca. El control de cambio hizo que los compromisos de pago fueran creciendo con todas las compañías aéreas, muchas de las cuales también han decidido irse.
En el caso de Avianca, las operaciones ya no fueron viables y la empresa decidió suspender sus operaciones a partir del 16 de agosto. Así lo anunció, y al día siguiente cambió la fecha: los vuelos quedaban cancelados desde el mismo jueves 27, sin anestesia.
¿Qué pasó? Varias cosas.
Por un lado, el gobierno venezolano envió a un directivo del INAC a Bogotá para negociar con la aerolínea, que ya está harta de la deuda. Lo que ofreció fue, básicamente, amenazas. La empresa decidió mantener su postura y cancelar sus vuelos desde agosto, dando un mes de plazo para solucionar los inconvenientes con el madurato.
Pero la respuesta del Gobierno fue peor: «ah, entonces te castigo». Surgieron amenazas de expropiación de activos ubicados en el aeropuerto de Maiquetía y de afectación a su personal de tierra. La respuesta fue anular todas las operaciones de inmediato.
Pero una información es aún más escandalosa. Las autoridades tenían en la mira a Avianca porque la aerolínea se negó a transportar material antidisturbios, principalmente bombas lacrimógenas, compradas por Miraflores a industrias de Brasil.
En cualquier caso, el tráfico aéreo con Colombia se verá comprometido porque Conviasa también suspendió sus vuelos. Es la respuesta oficial del Gobierno, creyendo que así hace algún tipo de daño al vecino país -no olvidemos que Maduro acusó a Juan Manuel Santos de aliarse con los gringos para derrocarlo- pero en realidad terminan fuñíos los venezolanos.
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