Lecciones de la transición democrática de Gambia, por Marino J. González R.
Luego de más de dos décadas de autocracia, Gambia inició una nueva etapa de democracia en 2017. El país africano se convirtió en uno de los seis países que han logrado transiciones democráticas exitosas en lo que va del siglo XXI. En la actualidad es una de las democracias de mejor desempeño en África.
En el gráfico se compara la trayectoria de Gambia y Venezuela desde 1988, de acuerdo con el valor del Índice de Democracia Liberal (IDL), elaborado por el programa de investigación «Variedades de Democracia» (V-Dem), desarrollado desde hace varias décadas por la Universidad de Gotemburgo, Suecia. Los valores indicados para cada país están disponibles en el respectivo sitio web de V-Dem.
Gambia y Venezuela: Índice de Democracia Liberal (IDL)
1988-2023
Fuente: Varieties of Democracy (V-Dem)
En el reporte del año 2020 sobre Gambia elaborado por el Índice de Transformación de la Fundación Bertelsmann se describen los sucesos más relevantes que marcaron la evolución democratizadora.
En 1965 Gambia deja de ser colonia británica. En 1994 se produce un golpe de Estado que inicia una etapa autoritaria liderada por Yahya Jammeh. En este período se realizan elecciones que no eran consideradas ni libres ni justas. Esta autocracia se caracterizó por una corrupción generalizada y masivas violaciones de los derechos humanos, incluyendo torturas y asesinatos extrajudiciales. Durante gran parte de este período la oposición al gobierno estaba dividida entre varios partidos políticos.
En las elecciones celebradas en 2016, la oposición formó una alianza bajo el liderazgo de Adama Barrow. De manera sorpresiva la elección fue favorable a Barrow. El triunfo del candidato opositor fue reconocido inicialmente por Jammed, aunque una semana más tarde cambió de opinión. Esta situación ocasionó que el candidato ganador y sus aliados tuvieran que marcharse al exilio en Senegal. Después de las amenazas de intervención por parte de la Comunidad Económica de África Occidental, el gobierno de Jammed abandonó el país y se procedió a la transferencia del poder a Barrow.
El nuevo gobierno debió concentrarse en un programa de transición con apoyo internacional. Se estableció la Comisión de Verdad, Reconciliación y Reparaciones, se reformó el sector de seguridad, y se modificaron las leyes opresivas de la autocracia.
En años recientes, la ruptura de la coalición que produjo la transición, y el clima de polarización política consiguiente, han despertado preocupaciones por la capacidad del país para profundizar la experiencia de democratización.
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Al igual que en el caso de la transición democrática de Perú, la experiencia de Gambia evidencia la importancia de dos factores: (1) la coincidencia de los actores de la oposición sobre los objetivos del cambio político, y (2) el apoyo de la comunidad internacional para la vigencia de la democracia. La sincronía de ambos factores es, sin dudas, un requisito fundamental para la sustitución de las autocracias.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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