Libertad en Navidad, por Lidis Méndez
Foto: Carolina Alcalde-La Voz de América
La Navidad es un tiempo de paz, esperanza y unión, pero también es un momento propicio para reflexionar sobre las injusticias que nos rodean, y este año tenemos tres meses para hacerlo. En Venezuela, miles de compatriotas se encuentran encarcelados injustamente, separados de sus familias y seres queridos. En este contexto fenomenalmente navideño, la sociedad civil venezolana tiene condiciones suficientes para organizar una campaña nacional que clame por la liberación de los presos políticos durante esta extendida temporada navideña.
La Navidad nos invita a mirar hacia adentro y a considerar el sufrimiento de aquellos que, en lugar de disfrutar de las festividades durante tres meses, enfrentan condiciones inhumanas en las cárceles. La situación de los presos políticos en Venezuela es un recordatorio doloroso de que la lucha por los derechos humanos sigue siendo urgente, y donde la voz con acciones colectivas puede marcar la diferencia, para solicitar la liberación de los presos políticos.
La historia ha demostrado que la unión de la sociedad civil puede provocar cambios significativos. Las campañas de sensibilización han logrado liberar a numerosos presos políticos en diversas partes del mundo. En Venezuela, es momento de que nos unamos y hagamos eco de esta causa, cada acción, por pequeña que sea, puede contribuir a crear un ambiente que promueva la justicia y los derechos humanos.
Como la Navidad es esperanza, imaginemos una campaña que se extienda por nuestros barrios, utilizando redes sociales, foros comunitarios y eventos locales para compartir las historias de aquellos que han sido encarcelados injustamente. Podemos organizar vigilias, conciertos solidarios y actividades en plazas públicas que visibilicen esta realidad y exijan la liberación de los presos políticos.
Es fundamental involucrar a artistas, líderes comunitarios y figuras públicas que puedan amplificar nuestro mensaje. Al unir nuestras voces, estaremos no solo pidiendo justicia por quienes lo necesitan, sino también promoviendo un diálogo sobre la importancia de la libertad y los derechos humanos en Venezuela.
Espero que el espíritu navideño extendido por tres meses, nos ilumine a ser agentes de un verdadero cambio, sólo a través de nuestras acciones, podemos enviar un mensaje claro: quienes exigen, también deben dar. Podría uno hasta sacar su arbolito de navidad para decorar la calle, si el decreto navideño se extiende también hacia los presos y sus familiares. De no ser así, quizás, esta sea una navidad sombría y vacía.
La lucha por la libertad y la justicia no se detiene, incluso en tiempos de celebración extendida, juntos, podemos remontar la ola del decreto y dar un paso en equilibrio para solicitar la libertad en navidad de los presos políticos, de los rehenes de conciencia.
Invitamos a nuestras comunidades a reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad. Esta temporada puede ser el momento perfecto para recordar que la paz y la libertad son derechos fundamentales de todos los venezolanos. ¡Unámonos y hagamos que nuestra petición se escuche!
No permitamos que la injusticia y la imposición se conviertan en una norma aceptada en nuestro país; en tal caso, quien exige algo, también debe dar. Este momento histórico debe permitirnos reflexionar sobre la reciprocidad, ya que en los últimos años se nos quita mucho más de lo que se nos da, y eso no tiene sentido.
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Aprovechemos la temporada navideña extendida por decreto, para elevar nuestras voces en favor de quienes han sido silenciados, es hora de que la sociedad civil venezolana se una en esta causa y demande la liberación de los presos políticos. En esta Navidad extendida, hagamos peticiones colectivas donde el amor al prójimo y la solidaridad sean los mejores adornos para nuestras casas y balcones.
#libertadenNavidad
Lidis Méndez es politóloga.
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